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Aboga académica de la UNAM por los excluidos social y económicamente

Karla Galarce Sosa

 

Guerrero es una entidad olvidada por la federación, señaló la catedrática de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Rosaura Martínez Ruiz, quien ofreció la conferencia La deconstrucción como acción política contra la exclusión y la violencia, en el auditorio Norberto Bobbio del Instituto Internacional de Estudios Políticos Avanzados Ignacio Manuel Altamirano de la Universidad Autónoma de Guerrero (IIEPA-IMA-UAG).

Acerca de la implementación de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, que comenzó en la colonia Simón Bolívar de Acapulco, dijo en entrevista luego de su exposición que es un derecho de los ciudadanos y una obligación del gobierno dotar de alimentos y servicios a los grupos marginados.

La académica del Colegio de Filosofía y Letras de la UNAM explicó que durante su exposición, que se desarrolló durante dos sesiones en igual número de días, mostró un panorama de los aportes del pensamiento a la filosofía política, en particular a la parte de la metafísica de la presencia.

Consideró que se debe establecer entre la sociedad una ética de la vigilancia, una ética de visibilizar a los excluidos, a los discriminados, a los excluidos social y económicamente, para lo que propuso ver a los grupos vulnerables como suma de una sociedad enferma.

“Una sociedad patológica que como síntomas tiene a estos grupos excluidos, prácticamente aniquilados, que no forman parte de las relaciones de poder, una de las cuestiones que la sociedad, no sólo de Guerrero sino de la humanidad, tenemos que exigirle a todos los representantes que deben poner atención a quien no es poderoso y que los excluye económicamente”, opinó cuando se le preguntó sobre el desempeño de los políticos en la entidad y de la participación de la sociedad en su elección.

Enfatizó en una mayor participación, en dejar egoísmos que la sociedad prácticamente fomenta a partir del bienestar y la comodidad promulgada como premisa, pero que cuesta al país mucho más de lo que paga, y que se revierte en la generación de más grupos marginados.

“Creo en que sí debemos comenzar a pensar en el altruismo, en la cooperación, en la solidaridad, en la igualdad, me parece que son valores sociales que deben ser contagiados”, dijo.

Cuando se le preguntó si esos valores se perdieron, respondió que más que perderlos, éstos se han modificado a partir de la adopción de valores distintos que surgen de una sociedad cada vez más violenta.

De su exposición ante los estudiantes, dijo que revisaron nociones fundamentales de la deconstrucción en la metafísica de la presencia, con el fin de manejar un vocabulario común, y en su segunda exposición enfocó el tema a partir de lo que establece Jacques Derrida, que “es una crítica que deriva en un pesimismo, en un nihilismo, en una apatía, como por ejemplo algo que ocurre en Guerrero”, explicó.

Mencionó que como ente modificable y alterable, el ser humano, además de ser susceptible al contagio del entusiasmo, también es susceptible al contagio de la apatía.

“Debemos tomar conciencia de qué es transformable y por lo tanto, trabajar con nuestras actividades cotidianas para transformar el entorno”, explicó Martínez Ruiz.

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