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Recicla cuentacuentos historias clásicas infantiles como un juego de espejos

Oscar Ricardo Muñoz Cano

 

Taxco

 

Entre risas y carcajadas de un foro lleno al tope se presentó ayer en la ex Hacienda del Chorrillo, Cuentos revueltos para niños perversos, donde su único actor, Fabián Garza, logró interactuar con los asistentes para hacer que los personajes de Caperucita roja aprovecharan un descuido del cuentacuentos para narrar otras versiones de la historia clásica.

El montaje, presentado por la compañía ImproTOP, del Centro de Enseñanza para Extranjeros de la UNAM, durante el segundo día de las Jornadas Alarconianas, contó con la colaboración de los taxqueños, quienes entre risas y gritos, de los niños principalmente, ayudaron al actor para hacer la transición entre ser el cuentacuentos que se queda dormido, el lobo feroz, que resulta no serlo tanto, un cazador que se siente galán, la abuelita de la Caperucita, y la misma Caperuci-ta roja.

Historias como la de una Caperucita roja que viajó al planeta Marte para traer un árbol parlanchín porque en la tierra se acabaron, provocaron risas a los asistentes cuando con la ayuda de una pequeñita se iba construyendo una historia llena de naves espaciales, marcianos, piedras que hablan y árboles que no conocen el silencio y que al final aceptan que uno de los suyos, el más pequeño y parlanchín, acompañe a Caperucita a repoblar la Tierra.

Luego tocó el turno a la Abuelita, quien en un alarde de memoria, narró cómo es que un día plantó una habichuela mágica y al subir fue a parar con un grupo de siete enanos que vivían en una casa de chocolate a la que le dio un mordisco.

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