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Escenifican el concepto del deseo sexual desde la perspectiva generacional de los 80

Óscar Ricardo Muñoz Cano

 

Taxco

 

Con la premisa de ¿por qué siempre que hay un desnudo en el teatro a la gente se le olvida la obra para ver los cuerpos?, arrancó la obra La pura idea excita, cuya primera escena nos mostró a dos actores desnudos, sin pudor, sin pena, enfrentando al público y sus complejos pues, al ver a los actores así, la gente volteaba en principio la mirada hacia otro lado y después se fijaba sólo en sus genitales.

Escenificada ayer en el teatro Juan Ruiz de Alarcón de Taxco dentro de las Jornadas Alarconianas por la actriz Ana Beatriz Martínez y el también actor y director David Gaitán, la obra “trata el tema del deseo visto desde una postura generacional, de gente que nacimos en la década de los 80, y cómo nos paramos alrededor del concepto del deseo y más específico del deseo sexual, de cómo incide en nuestra sociedad, en nosotros, en nuestras relaciones cotidianas…”, declaró Gaitán.

Y es que al pasar a la segunda escena, nos encontramos con una pareja que trató de resolver el hecho de que él confiesa que se acostó con una prostituta y que quiso confesarlo por amor a la chica, lo que ocasionó que ella le revelara que también se acostó con uno de sus amigos.

A manera de juego de posibilidades, la escena se repitió a propósito varias veces, presentándonos las posibles reacciones de la pareja: ella lo deja por la vergüenza, ella lo perdona por amor, él se va por acomplejado, él se queda por amor.

El juego cambió de improviso y los actores se enfrentaron en un intercambio de preguntas y respuestas rápidas para averiguar la verdad de ambas infidelidades: ¿Cuándo fue, ayer, hoy?, ¿dónde, en la casa, en el sillón?, ¿cómo fue, te gustó? Dando como resultado respuestas duras, secas, frías: Hoy, en el sillón y me gustó mucho…  Y las luces se apagaron.

Ella, desnuda, iluminada con una lámpara de manera cenital, apareció para señalar las maneras en que su generación, la de los 80, y en especial las mujeres, enfrentan el amor, la tensión sexual, el acoso, la falta de información, la doble moral, para dar paso a la siguiente escena donde él intenta seducirla, ya vestida, en el funeral de su padre.

Una trampa, colocada por él para seducirla, fue puesta en práctica. El lugar correcto, intercambio de frases, miradas, sonrisas, a una muchacha dolida, pero no ingenua, que al descubrirlo le revela que ella quería todo con él, justo antes de su plan de conquista.

Así, pasamos al turno de él, desnudo, bajo la luz, donde confesó que los hombres en particular tenemos puntos de vista muy raros pero que al final es el miedo a los deseos que se cumplen lo que nos conmueve.

Y así es como se dio paso a la siguiente escena donde otra pareja intenta llevar al límite el juego del qué harías para ganarte un cumplido.

Ella, niña mojigata y que cada que tiene sexo se hace una prueba de embarazo, fue presionada por él, un muchacho inseguro que piensa que el mundo no lo merece y que se sorprendió cuando ella se transformó en una femme fatale. El por supuesto, entre asustado y extrañado, la corre.

Al cuestionar al director sobre la validez de sus textos en la actualidad, éste dijo que: “Respecto el tema de la sexualidad, ha evolucionado; la vigencia artística es la misma, nos sentimos igual, más que el discurso se haya modificado, lo que se ha modificado la estrategia para comunicarlo; hemos dado más de 100 funciones con las que hemos podido verificar con mucha alegría el impacto que tiene el espectador, el desconcierto que le genera, la emoción con la que se quedan al terminar la obra…”.

Para cuando llegó el final, ambos actores desnudos y sentados, recordaron la premisa del inicio y cuando se preparaban para ofrecer una solución, fueron agredidos por la gente que les lanzó ropa dispuesta en las sillas para la ocasión, con lo que los actores dieron cuenta de que la respuesta del público fue buena. Asimismo, agregó que su visión al respecto el tema de la sexualidad ha evolucionado; “la vigencia artística es la misma, nos sentimos igual, más que el discurso se haya modificado, lo que se ha modificado la estrategia para comunicarlo”.

David Gaitán, además de que ofreció un curso de dramaturgia dentro de las Jornadas Alarconianas, reveló que actualmente en la capital del país está en cartelera La pura idea excita al tiempo que “se está montando una obra con textos míos: La velocidad del zoom del horizonte, y otro montaje que se llama Escurrimiento anticuagulante, que está basada en Crimen y castigo (del autor ruso Fiódor Dostoievski) y bueno, estamos con mucha actividad”, concluyó.

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