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Jorge Camacho Peñaloza

Cambio de gabinete

“La práctica de la paz y la reconciliación es una de las acciones humanas más esenciales y artísticas”. Thich Nhat Hanh

 

 

No son los que empezaron Florentino Cruz Ramírez, Iñaki Blanco Cabrera, Sergio Javier Lara Montellanos, Tulio Ismael Estrada Apátiga, Beatriz Mojica Morga, Eduardo Basilio Melo, Humberto Zapata Añorve, Javier Aluni Montes, Filemón Navarro Aguilar, Netzahualcóyotl Bustamante Santín, José Luis Patiño Soberanis, Antonio Arredondo Aburto, Mariana García Guillén, Manuel Zepeda Mata, Fernanda Lasso Martínez, entre otros tantos de los integrantes del gabinete central y ampliado, lo que caracteriza al actual gobierno del estado como una administración cambiante.

Pero los cambios anunciados el pasado viernes son sin duda los más significativos, porque son resultado de una crisis de gobernabilidad y maniobrabilidad que han orillado al ejecutivo estatal a resolverla, entre otras cosas, mediante el cambio de los responsables precisamente del área  de seguridad, gobernabilidad y comunicación.

Sin duda que estos cambio marcarán dos etapas muy distintas del gobierno de Ángel Aguirre, la primera con un inicio casi festivo y pleno de confianza en que se gobernaría con un bono democrático lleno de respaldo y legitimidad a cualquier acción de gobierno, pronto esa etapa de arranque se vio sacudida por los lamentables sucesos del 12 de diciembre de 2011. Rodaron las primeras cabezas.

Esos sucesos mostraron fallas en la operación gubernamental, que trataron de ser corregidas aprovechando el cumplimiento a las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos para resarcir los daños y prejuicios de las víctimas de ese 12 de diciembre.

Las cosas parecían componerse, pero nunca se volvieron a estabilizar, y así inestables llegó la otra marejada de crisis con los movimientos de las policías comunitarias y grupos de autodefensa, y el de los maestros de la CETEG, que se fue abriendo paso en medio de la falta de previsión y anticipación a lo que se veía venir con la aprobación de la Ley de Educación.

La crisis estalló y Guerrero se expuso en los medios de comunicación, no sólo locales, sino nacionales e internacionales, compitiendo en rating con los lamentables sucesos de los atentados al maratón de Boston, a la par que la televisión mostraba las calles de esta ciudad del país del norte, mostraba las escenas de Chilpancingo tomada por los maestros de la CETEG, y los rostros de los maestros Minervino y Gonzalo fueron catapultados a la fama internacional.

Ahora, la decisión del cambio de funcionarios ha sido tomada con esperanza, lo digo desde la posición que ocupa mi partido como partido que a final de cuentas apoyó de facto la candidatura de Ángel Aguirre por la gubernatura del estado; era ya necesario que se oxigenara el ya desgastado gabinete de seguridad, ya no daba como para terminar el sexenio.

Lo importante es que estos movimientos son un indicador del ánimo de cambiar, de hacer de distinta manera las cosas, de reconocer que se iba mal con los que se operaba y que se iba por el camino equivocado, por eso es importante subrayar que estos cambios vienen bien al gobierno de Aguirre Rivero, pero no deben quedar sólo en los hombres o las mujeres, de los nombres o las personas, sino que debe reflejarse en el cambio de método, de visión y misión; de estrategias y políticas. Hay dentro y fuera del equipo de colaboradores gente capaz, que puede llegar a delinear esas directrices.

Las crisis han hecho que los márgenes de legitimidad y maniobrabilidad se reduzcan, ya no hay luna de miel, no con los guerrerenses ni con el gobierno federal, ni con el gabinete que se empezó, ahora se deben hacer las cosas distintas, incluyendo la colaboración y coordinación con los poderes legislativo y judicial, el festejo de la victoria electoral y del arribo al poder terminó, ahora a trabajar, hay mucho en juego.

Los cambios anuncian, por las características de las personas designadas, un incremento potencial de las capacidades de conducción gubernamental, lo celebro por Guerrero porque sé que de la capacidad ejecutiva de su gobierno dependen miles de miles, millones de vidas guerrerenses; falta mucho trecho por recorrer, si las cosas siguen igual aun con los cambios, el trecho será largo y escabroso, si cambian no sólo de personas, se hará corto pero fructífero.

El perfil de los integrantes del gabinete de seguridad y gobernabilidad es por lo menos alentador: un intelectual, académico y político estudioso de las rutas de la paz de los países con conflictos bélicos en la Secretaría General; un conocedor por excelencia de la seguridad y defensa de la nación en la secretaria de seguridad, y un abogado de carrera y con experiencia en la procuración de justicia, seguramente que van a conducir a Guerrero por una ruta de mayor gobernabilidad y estabilidad. Enhorabuena.

Vuela, vuela palomita y ve y dile: a la CRAC y la UPOEG que vayan tendiendo puentes, para que quede asentado en los anales de la historia de Guerrero que hubo una vez un grupo de valientes y honorables guerreros, que surgió de la sociedad para dar paz y no confrontación.,

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