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Correa jura en Ecuador su cargo para nuevo mandato presidencial

DPA

 

Quito

 

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, juramentó ayer el cargo para un nuevo mandato para el período 2013-2017 en una ceremonia en la que resaltó los logros alcanzados en seis años de gobierno y los nuevos retos que enfrentará.

Correa, que fue investido con la banda presidencial por la presidenta de la Asamblea Nacional, Gabriela Rivadeneira, dijo que ahora su país avanza hacia una segunda independencia “en contra de la pobreza, la desigualdad y exclusión”.

Para ello, aseguró, se han dado importantes pasos como bajar el desempleo, optimizar el ahorro nacional, renegociar la deuda externa y los contratos petroleros y ampliar la recaudación de impuestos, que duplicaron los ingresos fiscales.

Además de los logros económicos, Correa destacó que la “revolución ciudadana” ha triunfado en nueve procesos electorales “con los más altos índices de aprobación política”.

El gobernante cuestionó a la prensa en su país que “no ha podido ni podrán contra nuestra integridad” y proclamó que Ecuador es un país firme defensor de los derechos humanos y de la libertad de expresión.

En esa línea criticó también a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por tener su sede en Washington, país que no ha suscrito los convenios interamericanos sobre la materia.

“Ecuador no acepta más neocolonialismo”, expresó, planteando a los gobiernos latinoamericanos cambios en el accionar de la Comisión y les propuso crear instancias propias para resolver controversias en materia de inversiones. “No hay tiempo que perder, hay mucho que hacer por la Patria Grande” instó.

Correa consideró que “vencer la pobreza debe ser imperativo en el Planeta” y en ese cometido, señaló que acabar con la pobreza “es posible” desarrollando el talento humano, el conocimiento, la ciencia y la tecnología.

Para su inmediata gestión al frente de Ecuador pidió a su equipo mucha más eficiencia “sin prisa, pero sin pausa” y al mencionar que éste será su último período se oyó en la sala un rotundo “¡No!” de la mayoría de los presentes.

El mandatario ecuatoriano hizo una pausa en su intervención para dar la palabra al vicepresidente entrante Jorge Glass, quien señaló que esta es la “oportunidad de dar ese salto hacia el desarrollo” y que ahora es el momento de hacerlo.

Al término de su intervención, Correa agradeció a los funcionarios que participaron en su gobierno, en especial al vicepresidente saliente Lenin Moreno, por su labor de rescate a las personas con discapacidad.

Correa asumió así un período de cuatro años con el que completará diez años de administrar el Ecuador, ya que ha dicho que no optará por una futura reelección.

La asunción a un nuevo mandato se dio ante una decena de jefes de estado, vicepresidentes, cancilleres, delegaciones gubernamentales y de organismos internacionales, que asistieron a la ceremonia y aplaudieron al gobernante ecuatoriano tras su juramento y luego de recibir la banda presidencial que reza: “Mi poder en la Constitución”.

Correa lució un terno oscuro y una camisa con bordados indígenas de la región de Zuleta, del norte andino de Ecuador.

Llegó al local de la Asamblea con su esposa Anne Malerbe y acompañado de dos de sus hijos, Anne Dominique y Miguel Rafael. Sofía, su tercera hija, está cursando sus primeros estudios universitarios en Francia.

Sus ojos se llenaron de lágrimas cuando entró al recinto una niña con discapacidad que portaba la banda presidencial, mientras se escuchaba un coro de niños con la canción emblemática de sus mítines políticos.

Correa, economista de 50 años, consiguió en las elecciones del pasado febrero una arrolladora victoria del 56 por ciento de los votos y logró una mayoría absoluta de 100 de 137 escaños en la Asamblea Nacional con integrantes de su movimiento oficialista “Alianza Pais”.

El 24 de mayo, Ecuador recuerda la gesta emancipadora de la Batalla del Pichincha y este día está señalado constitucionalmente como la fecha para la posesión de sus mandatarios.

La posesión de Correa tuvo también una cara popular, ya que se organizó una ceremonia abierta en el parque “Bicentenario” de Quito, donde frente a miles de sus simpatizantes prometió profundizar y avanzar en los cambios del “socialismo del buen vivir”, que es la filosofía de su gobierno.

Con los mandatarios visitantes mantuvo breves reuniones bilaterales y asistió a reuniones sociales con los representantes de gobiernos y organizaciones del mundo, en este intenso día que marcó el inicio de su nueva gestión cuatrienal.

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