Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Héctor Manuel Popoca Boone

Conversaciones

 

Caso uno. En algún lugar de la Costa Chica, llegué con Don Roberto, ejidatario de edad que me recibió amablemente en su casa. Me puso una silla en el pórtico de la misma y con la confianza que le dio estar en su hogar, depositó su humanidad en senda hamaca para que, empezando a mecerse en la misma, me dijera: ¿En qué puedo servirle, mi estimado? Inicié diciéndole que había recorrido, con su permiso previo, la huerta de coco que poseía colindante al estero que bordeaba la orilla del mar.

–Mire usted Don Roberto –le dije. Sus tierras tienen un gran potencial productivo y podemos apoyarlo para que rehabilite su cocotero e intercale la siembra de algún frutal o pastizal bajo palma, construya unos estanques acuícolas para engorda de camarón y establezca contratos con algunos centros comerciales de Acapulco y evitar así la sangría económica que le provocan los intermediarios innecesarios.

–Oiga licenciado –me respondió. Con todo respeto, tal como vivo estoy bien. La huerta me da para irla pasando modestamente pero en forma tranquila, sin zozobra. Cuando a veces tengo limitaciones para darle de comer a la familia, me voy de pesca con los amigos de la cooperativa. Así tengo para ahuyentar el hambre y un sobrante. Adicionalmente mis pocas vaquitas, gallinas y cerdos que deambulan en la parcela son la alcancía para las malas épocas. Por lo que le agradezco la visita, aprecio sus consejos, pero por favor, ¡retírese con su neurosis económica a otro lado! Es más, le obsequio unos trozos salados de cuatete, para lo que usted ya sabe. Je, je.

Caso dos. En la Costa Grande, visité el pequeño rancho ganadero de Don Aurelio. Recorrido que fue su potrero, le comenté que pusiéramos manos a la obra mejorando sus pastizales, rehabilitando sus corrales, el baño “garrapaticida” y una batería de hornos forrajeros; acompañado de un adecuado crédito bancario para la adquisición de ganado mejor y para engorda de novillos.

–¡Párele licenciado! ¿Es usted mi amigo? ¿Me aprecia o perjudicarme quiere?, me interrogó medio serio.

–Lo que pretendo es ayudarlo, le dije sorprendido.

–Pues entonces no me haga ese tipo de sugerencias porque si las llevo a cabo, inmediatamente me convierto en ¡secuestrable! El negocio del secuestro en esta región es muy frecuente, redituable y realizado con la mayor impunidad. Así es que mejor sigo viviendo con lo que modestamente tengo y hago. Sin progresar demasiado, para no llamar la atención de los malosos y mi familia no quede en la ruina, me advirtió.

Caso tres. –¡Me voy del puerto! –Exclamó Andrés, propietario de una zapatería.

–¿Por qué? –Le pregunté medio incrédulo, cuando fui a visitarlo para explicarle el PYME (Programa de Apoyos para la Pequeña y Mediana Empresa).

–Ya me cayó la “maña” o algunos que simulan pertenecer a ella. Ya fueron a extorsionarme a mi negocio. Me dijeron que debía pasarles una cuota semanal para dejarme trabajar en paz o de lo contrario podía acontecerle algo a mi empresa o a mi familia. Me tienen detectado y conocen mi rutina diaria. Estoy traspasándolo y si sabes de alguien que se interese, avísame, para prontamente mudarme a otro estado, a otra ciudad, en donde pueda trabajar con seguridad y tranquilidad, y sin que económicamente me estén ordeñando, me expresó con angustia y secrecía.

Conclusión. Si no emprendemos los gobiernos con decisión y firmeza, y con la presión y colaboración del pueblo, una real depuración y transformación de nuestros sistemas de seguridad pública, de procuración y administración de justicia (que han estado supurando de mucho tiempo atrás), las muchas políticas públicas de fomento económico que apliquemos en el campo y en la ciudad valdrán “pura mandarina”.

 

PD1. De escándalo fue el saqueo al erario público que realizó el gobierno priista saliente en el estado de Tabasco. En Acapulco, se sigue investigando.

PD2. El presidente municipal de Ayutla sigue sin aplicar la inversión comprometida en los pueblos indígenas de su municipio. ¡Uff!

PD3. Una lideresa del PRD-Guerrero denunció públicamente que en su partido se vendieron candidaturas electorales a millón y medio de pesos en los comicios pasados. ¡Nadie la desmintió!

 

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