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Carlos Pérez Aguirre

Carlos Pérez Aguirre

LogoCarlosPerezAguirreEl gabinete: Imposiciones, corrupción y pesadillas

 

Para los analistas de los principales medios del país y para algunos locales no ha pasado inadvertido que el gabinete de seguridad, supuestamente “nombrado” por el gobernador Ángel Aguirre, en realidad le ha sido impuesto desde el centro.

Este hecho –la sustitución de la decisión estatal– se deriva de dos consideraciones que valoraron las autoridades federales con los dirigentes nacionales del PRD signantes del Pacto por México, y fueron por un lado la manifiesta incapacidad gubernamental como el manejo de la crisis con el magisterio de Guerrero y por otro, los cada vez más altos y alarmantes índices de inseguridad que sitúan ya al estado entre las entidades más violentas del mundo.

Esta situación se evidenció en la larga negociación, pero con contundente renuncia de su secretario de Gobierno, hecho que le fue dolorosamente impuesto al gobernante pues mantenía con él una vieja relación de intereses y amistad, pues el represor y torpe ex secretario es muy parecido en sus formas de actuar al gobernante. Recordemos que pesa aún sobre ambos el papel aun no aclarado que desempeñaron así como su proceder en los hechos que derivaron en el asesinato de estudiantes de Ayotzinapa, por ello Humberto Salgado fue protegido hasta el último momento.

Una vez realizados los nombramientos, se evidencian dos escenarios, el primero ya lo mencioné, corresponde al control de la seguridad y gobernabilidad con base en la directriz y operatividad del gobierno federal, sin real participación ¿por desconfianza? del estado en esos temas, y en otro el apuntalamiento para enfrentar los procesos electorales por venir.

Así, se trata de realizar por un lado una alianza con Luis Walton presidente municipal de Acapulco, después de evidentes desavenencias –como el caso de los vehículos que el gobernante estatal trató de adjudicarse como logro– con la incorporación de Florentino Cruz y Arredondo Aburto, pero al parecer estos movimientos tienen una intencionalidad de dividir a los sectores (ya no los llamare de izquierda) más bien independientes del PRI.

Argumento lo anterior: al priismo nacional y al candidato priista a la gubernatura, le caería excelente la división de los partidos que en las últimas elecciones le han ganado la gubernatura por Guerrero. Pero más aún, para todos es claro que Ángel Aguirre juega con dos barajas y trata tramposa y deshonestamente de acomodar su juego a sus particulares y corrompidos intereses; es sabido que su candidato por el PRD es un senador de nombre Sofío, que se desdibujó y ahora no cuenta con posibilidades, pero su otro candidato, el priista Mario Moreno, también gris y sin méritos pretende esa candidatura, por ello conviene a sus intereses dividir a los partidos de oposición al PRI, para que el actual presidente municipal por Chilpancingo tenga alguna posibilidad.

Mientras tanto también pretende acordar con la dirigencia perredista y con Walton la candidatura de Ángel Aguirre Herrera y Jorge Salgado Parra a las alcaldías de Acapulco y Chilpancingo, todo un sueño guajiro con aroma etílico, pues lo anterior tendrá que ser siempre y cuando los ciudadanos y los dóciles dirigentes partidistas lo permitan.

Una traición más al ciudadano de Guerrero y una traición más al proceso de democratización de la entidad, eso es lo que menos le importa a Ángel Aguirre, pero para la entidad ello sería un regreso a la más absurda monarquía en donde los hijos de los corruptos caciques pretenden perpetuarse en el poder. Otra cara del deshonesto nepotismo con el que se ha venido gobernando.

 

 

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