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Divierte la Compañía Ciénega Teatro al público con música, baile y acrobacia

Oscar Ricardo Muñoz Cano

 

Taxco

 

Dos cuentacuentos que fueron amigos y que alguna vez incluso trabajaron juntos, siempre se encuentran en la misma plaza agarrando al mismo público, lo que ocasiona divertidos enfrentamientos en medio de música, baile y acrobacias.

Esa fue la historia de Tierra a la vista, escenificada en la Plaza Borda este sábado, y es una producción de la Compañía Ciénega Teatro del Instituto de Cultura de Zacatecas, que formó parte de las actividades de las Jornadas Alarconianas.

En medio de una plaza llena, principalmente de niños y jóvenes, dos cuentacuentos intentaron narrar sus historias; uno, acompañado de Simona, un globo que era su primera actriz, y el otro, que se dedicó a interrumpirlo e incluso rompió el globo.

Tras ello, ambos cuentacuentos se enfrentaron en una pelea de escobas en cámara lenta, generando risas entre la gente por las muecas que ambos actores hacían y las acciones tan marcadas y bien logradas de la pelea que luego pasó a velocidad normal entre brincos, saltos y malabares.

Al respecto el actor Claudio de León apuntó previamente: “se requiere de gran condición física, sobre todo en este caso, donde sólo somos dos actores y se necesita llenar un espacio grande del escenario”.

Una vez que ambos cuentacuentos se pusieron de acuerdo para narrar una historia conjunta, ésta trató de una princesa, la princesa Wannabe, interpretada a la fuerza por uno de ellos porque no quería vestirse de mujer, y que al ver a su príncipe pierde su anillo que cae al mar. Tras ello, el príncipe promete recuperarlo pues, luego de caer al mar, el anillo es robado por un gigante.

Al tiempo que esta historia ocurre, y como no terminaron de coordinarse los cuentacuentos del todo, cada uno salpica ideas sueltas de otras historias: Aparecen piratas que buscan un tesoro, un niño que fue entrevistado luego de que lo atropellaron y que resultó ser un niño volador.

Entre gritos y bromas, a duras penas recuperaron el hilo conductor de la primera historia, con la diferencia de que los cuentacuentos cambian de lugar, con lo que hicieron la trama más divertida.

Luego de que el príncipe se va a la aventura, a cuentacuentos en turno le da por pedirle a quien lo representaba tres pruebas: entrar al mar lleno de pirañas, matar a un animal con patas de oso, cuerpo de oso, cabeza de oso pero que no era oso, y pelear contra una manada de leones. Si bien en las tres ocasiones el cuentacuentos mató al príncipe, éste entre gritos y amenazas, hace que corrija la historia para lograr enfrentarlo contra el gigante, a quien decapita, en contra de la voluntad del narrador en ese momento.

Una vez recuperado el anillo, el príncipe lo devolvió a la princesa Wannabe, quien, en un alarde de lo absurdo de uno de los cuentacuentos, es asesinada por un francotirador ante la sorpresa del público.

Luego de terminar la historia, uno de los cuentacuentos encuentra los restos de Sonia, el globo, y se entera que fue el otro cuentacuentos quien lo rompió, generando con esto que se enfrentaran en otra pelea que termina con ambos artistas alejándose de la plaza para regresar de manera furtiva.

Al darse cuenta de que se hizo un mal, el cuentacuentos afectado recibe un globo de parte del otro, quien buscó el perdón. Pero lamentablemente éste no llegó pues en un descuido el globo, al que ya le habían puesto el nombre de Cuquita la loquita, se reventó, lo que ocasionó una persecución que terminó fuera de la Plaza Borda dando fin a la obra.

Claudio de León e Iván Guardado, actor y director de la compañía, respectivamente, comentaron que la historia surgió luego de unos ejercicios de improvisación, puesto que son especialistas de teatro de calle, y, “a partir de otras historias empezamos a armar la estructura dramática”, compartió Guardado.

Con la actuación de este sábado en Taxco, agregaron, la obra ha sido representada más de 200 veces.

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