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Destaca director a LEGOM como uno de los innovadores en la dramaturgia mexicana

Oscar Ricardo Muñoz Cano

 

Taxco

 

Con una mención al dramaturgo Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio (LEGOM) y a su trabajo como uno de los innovadores en la dramaturgia mexicana moderna, fue como concluyó la charla ofrecida por el director de teatro Ricardo Ricaño, este viernes en la Corrala del mitote.

Ricaño, quien fuera acreedor al premio nacional de Dramaturgia Víctor Hugo Rascón Banda 2011, si bien reconoció la polémica por la entrega del premio Juan Ruiz de Alarcón, no quiso abundar.

Durante su exposición, dentro de su charla Dramaturgia contemporánea, previo a la presentación de su obra El amor de las luciérnagas, recordó que el teatro comenzó como parte de festividades religiosas, y que con el tiempo se independizó como espectáculo.

Desde el teatro de los griegos, hasta llegar al teatro isabelino, recordó que las puestas en escena cumplían con toda la solemnidad de la época; eran de larga duración, eran presentadas en grande espacios y las tramas, explicó, eran aleccionadoras.

Hoy debemos reflexionar, dijo: “¿Por qué el teatro? ¿Para qué?, incluso ¿cómo?”

Y propuso que, a manera de respuesta, pensáramos en el hecho de que el teatro sirve para hacer un mundo más habitable.

Con la adaptación del lenguaje, que al principio era versificado, y el tratamiento de situaciones más afines a la gente, más actuales, es como se da el paso para presentar un teatro más acorde, inspiracional, comentó.

Asimismo, agregó Ricaño, se crearon híbridos temáticos como la unión del drama y la comedia. “La comedia es como el aceite de ricino, te deja con la boca abierta justo antes de las malas nuevas; además ahora se dice de la narraturgia, donde los actores ya no realizan las acciones, sino las narran”, y acotó que esta situación surge de la falta de dinero para grandes producciones. Además, “el teatro se ha modificado; hay menos espacio, las obras tiende a ser más cortas y hay menos gente”.

Afirmó: “nosotros tenemos la culpa, hacemos teatro para los teatreros”, no obstante que remarcó el hecho de que el público se ha vuelto menos exigente.

Al referirse a autores contemporáneos innovadores, el joven director mencionó a Heiner Müller y destacó que fueron los alemanas los que a mitad del siglo pasado iniciaron un movimiento renovador en el teatro europeo.

En el caso mexicano mencionó a “Luis Mario Moncada y Martín Acosta, con su obra Carta al artista adolescente, así como a Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio (LEGOM), sí el de la polémica por el premio…”, de quien declaró “está dejando escuela pues muchos de sus alumnos son buenos dramaturgos”.

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