Abelardo Martín M.

¿…. y el campo, apá?

Si de verdad alguien buscara cuál es el origen de prácticamente todos los problemas actuales, se toparía con la realidad de pobreza, marginación y atraso en que vive el campo en todo el país.

Los mayores índices se miseria se encuentran en el sector rural; las mayores y más representativas muestras de abandono están precisamente en el campo. Los más pobres de los pobres viven ahí; la falta de médicos, hospitales, maestros y escuelas, también. Sin embargo, no es glamoroso ni está de moda aludir a esas vastas zonas geográficas y de población, porque lo que ahora se analiza es al sector urbano, el problema de los servicios de las grandes concentraciones humanas y no de las miles y miles de pequeñas comunidades que carecen de servicios de salud y escuelas y en donde, además, programas como el Seguro Popular, no llegan.

Guerrero es un claro ejemplo de esta realidad, como todos los estados del país, inclusive los aparentemente más ricos o mejor dotados como México, Nuevo León, Jalisco, Sinaloa o Puebla, por citar unos cuantos.

Como la gobernabilidad está sin brújula, los gobernantes no atinan a definir rumbo ni prioridades. La inseguridad se volvió prioridad por encima de salud y educación lo que equivale a creer que con volver policiaco todo, lo demás se resuelve. No es así.

Urge recuperar rumbo. Para empezar debe aceptarse que el origen de todo está en el campo. El estado que gobierna Ángel Heladio Aguirre tiene hoy varios retos que enfrentar, pero entre ellos, están por lo menos 100 conflictos agrarios, la mayoría complicados y difíciles de resolver, la mayoría ubicados en las zonas indígenas.

Es difícil resolver los problemas cuando se extravió el orden y da lo mismo empezar por el final o por el lugar que los encuestadores u opinadores digan y no por la que dicta el buen juicio y una metodología con objetivos diferentes como la fama o el aplauso fácil.

Atender al campo es no solo una obligación humana, moral, económica y política, sino también histórica. La Revolución de 1910 tuvo como origen la reivindicación del sector rural, deuda que no solo prevalece sino que ha crecido. Solo los ciegos no lo ven.

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