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Llama Marta Lamas a los diputados a legislar para que se despenalice el aborto en Guerrero

Karla Galarce Sosa

 

La antropóloga, feminista y articulista de diversos medios impresos en temas de derechos reproductivos y equidad, Marta Lamas Encabo señaló que el aborto es un tema de igualdad y justicia social.

En Acapulco, donde impartió una conferencia magistral a integrantes del sector salud y organizaciones civiles, convocó a los políticos de izquierda guerrerenses a afrontar las consecuencias de legislar para que el aborto se despenalice en Guerrero. “Necesitamos políticos más laicos, más valientes y que no les importen las campañas que orquesten los empresarios católicos”, destacó.

La titular de la Secretaría de la Mujer, Rosario Herrera Ascencio, dependencia que convocó a la conferencia magistral, exhortó a los diputados locales a “sacar de la congeladora” la iniciativa de ley para despenalizar el aborto en la entidad.

La funcionaria estatal destacó que tan sólo en Acapulco, según cifras que la Secretaría de Salud estatal (Ssa) difundió, hubo 3 mil 186 interrupciones de embarazo que se hicieron de manera clandestina durante 2010.

En su discurso de bienvenida a la conferencia Derechos sexuales y reproductivos que dictó Marta Lamas, Rosario Herrera resaltó la necesidad de discutir y aprobar las reformas para la despenalización del aborto, tema al que hizo alusión Marta Lamas durante su exposición, en el sentido de que Guerrero es una de las tres entidades del país –junto con Morelos y Tabasco– con gobiernos encabezados por el PRD, pero que carecen de avances significativos en el rubro.

En la parte introductoria de su ponencia, Lamas Encabo dijo que en 17 de las 32 entidades del país, los gobiernos y congresos locales “blindaron” sus leyes para mantener como pena la práctica de un aborto.

Señaló que a nivel nacional existe una política conservadora que permite que las mujeres se sigan embarazando y que carece de alternativas para la práctica legal de la interrupción del embarazo, por lo que muchas de ellas, originarias de Oaxaca y Chiapas, viajan al centro del país, donde tal práctica es legal desde abril de 2007.

Criticó que la ausencia de debates abiertos e incluyentes, así como la falta de espacios donde efectuar ésta tarea, sea un motivo para que la ciudadanía esté desinformada y se forme un juicio que derive en una propuesta sobre el tema.

Destacó que falta una mayor participación ciudadana, así como la opinión de académicos y expertos en temas legales y científicos, además del interés y participación de funcionarios y políticos que apoyen las propuestas y éstas prosperen.

Proporcionó datos sobre el número de abortos que se han hecho en la ciudad de México desde que se despenalizó e indicó que en seis años, las mujeres cambiaron su conducta y se han apropiado de ese servicio, que calificó como ciudadanizado.

Mencionó las resistencias que presentaron los empleados del sector salud, tanto médicos y enfermeras que se oponían a practicarlo. Detalló que se han practicado 110 mil interrupciones legales del embarazo, practicadas a mujeres en edades de los 16 a los 24 años.

Especificó que de las 110 mil mujeres que se lo practicaron, un 80 por ciento son católicas, el 70 por ciento de ellas tienen bachillerato y universidad como escolaridad mínima y, sólo un 1 por ciento, que representa a mil cien mujeres, tienen “reincidencia”, puesto que solicitan una interrupción legal del embarazo por segunda ocasión.

Sobre las mujeres que provienen de otras entidades del país que llegan a la ciudad de México para practicarse una interrupción legal del embarazo, dijo que muchas de ellas reciben ayuda de una red nacional que las apoya con el pago de traslado, hotel y las acompañan a las clínicas. Dijo que la mayor cantidad de mujeres que llegan de otros estados, provienen de Chiapas y Oaxaca, pero que sus embarazos son muchas veces por incesto, aunque no abundó en cifras.

Celebró que con el paso del tiempo, existe menos “dramatización” sobre el tema del aborto, tanto con el personal del sector salud, como con las usuarias que solicitan el servicio. Explicó que con la adopción del servicio de interrupción legal del embarazo, existe un cambio de cultural y conductas más desinhibidas, aunque acotó que aún hay estigma.

En declaraciones al término de su exposición, reiteró que el tema del aborto es un tema de justicia social, porque si es ilegal y se practica de manera clandestina, a quienes afecta es a las mujeres que carecen de dinero para pagar un aborto.

“Las mujeres con dinero, tienen para pagar 15, 20 mil pesos para hacerse un aborto en un buen hospital, con un buen médico. Si hay una prohibición, a quien afecta, a quien pone en una situación de riesgo, es a las mujeres pobres que no tienen esa cantidad de dinero, estamos ante un tema de mucha injusticia social”, señaló la experta en temas de salud reproductiva.

La también articulista de la revista Proceso, dijo que el costo que pagan los políticos, al apoyar iniciativas de vanguardia es que los poderes fácticos, los medios de comunicación conservadores y los empresarios católicos realicen una campaña en su contra.

“Qué tan dispuestos están a enfrentar esa campaña, a Marcelo Ebrard le armaron una bronca y a él no le importó, pero hemos visto a otros gobernadores que por sus aspiraciones políticas, no quieren enfrentar esas campañas ni ver a grupos fuertes de empresarios católicos hacerles una campaña en contra o a los propios obispos. Sí hay un costo político porque a la jerarquía de la Iglesia, con sus aliados que son los empresarios archi católicos, hacen campañas muy duras contra los políticos que asumen ésta posición, necesitamos políticos más laicos, más valientes y que no les importen éste tipo de situaciones y no son muchos”.

Habló de que se requiere, no sólo en Guerrero, sino en las entidades donde existe una iniciativa de ley para legalizar el aborto, una sociedad civil más organizada y una ciudadanía que exija a los funcionarios la realización de foros de discusión sobre el tema.

Consideró iluso lograr la despenalización del aborto en pocos años para Guerrero y habló de que en la ciudad de México el movimiento feminista, después de sumar a organizaciones civiles, políticos, funcionarios e intelectuales, tardó 35 años en obtenerla.

“Los procesos de concientización toman tiempo y la organización no se da de un día para otro, hay que hacer alianzas con muchos grupos, hay que convencer a muchas personas, no es fácil, toma tiempo, pero hay que hacerlo”, finalizó.

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