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Apaxtla y Teloloapan, bajo el terror de las balas

Teloloapan, hay un puesto de revisión militar en el punto conocido como el Autopuerto.

Ahí se observa a algunos soldados, que ven el paso de los vehículos que se dirigen en dirección a Cocula y Teloloapan, y a un costado del carril norte-sur se puede observar una tanqueta del Ejército.

En Teloloapan la situación no es muy diferente; la mañana de ayer no se notó presencia o patrullajes del Operativo Guerrero Seguro, en el que participan básicamente elementos de la Policía Federal (PF) con la Policía Estatal (PE).

Para llegar a Apaxtla hay que tomar una desviación de la carretera Iguala-Teloloapan y un tramo federal.

La distancia entre Teloloapan y Apaxtla es de alrededor de 50 kilómetros, en los cuales no se observa el patrullaje de ninguna de las corporaciones de seguridad.

En ese tramo no se observa ningún tipo de presencia militar o policiaca a pesar de que en él se han registrado distintos enfrentamientos en las últimas semanas.

Entre dos comunidades pertenecientes al municipio de Teloloapan, Oxtotitlán y Colonia Emiliano Zapata, se pudo observar la mañana de este miércoles una camioneta que fue calcinada en medio de la carretera.

La presencia de elementos del Ejército en Apaxtla inició después de que el alcalde perredista sostuvo una reunión con el secretario general de Gobierno, Florentino Cruz Ramírez, encuentro que sostuvo tras la incursión de grupos armados a la cabecera municipal.

Se tuvo información de que a principios de esta semana Peña Damacio y el comandante de la 35 Zona Militar con sede en Acapulco, Juan Manuel Rico Gámez, se reunieron en Apaxtla para iniciar los operativos en el municipio de la región Norte.

Los militares, así como un destacamento de policías estatales, tomaron la Casa Ejidal como su principal cuartel de operaciones en la localidad.

En las instalaciones que también albergan la Comisaría Ejidal se pueden observar entre tres y cuatro camionetas artilladas, mismas que hicieron un recorrido con elementos de la PE a bordo de una patrulla.

El recorrido de los militares y los policías fue consignado por un grupo de reporteros y durante su paso por las principales calles de Apaxtla se observó consternación por parte de los habitantes, en algunos de ellos se percibió miedo, pero cuando pasaron por una primaria ubicada en el centro de la ciudad los niños más pequeños que salían de sus clases comenzaron a aplaudir.

Teloloapan, la costumbre de la violencia

 

A diferencia de Apaxtla, en Teloloapan la vida y las actividades comerciales se desarrollan en relativa tranquilidad.

En un recorrido que se hizo la tarde de ayer por el centro de Teloloapan y algunas calles aledañas se pudo observar comercios abiertos, cientos de personas en el zócalo y decenas de estudiantes caminando por las calles.

Lo que se ve en Teloloapan contrasta con las descripciones en las que se dibuja a una ciudad paralizada por la delincuencia.

A pesar de que hace unos días un comando armado atacó la comandancia de la Policía Municipal de Teloloapan y asesinó a dos agentes de la corporación, y de que se han registrado enfrentamientos en las distintas comunidades, la gente pareciera que se ha acostumbrado a vivir en la violencia.

“Cuando comienzan la corredera de las camionetas y los balazos y el desmadre, pues cerramos rápido la cortina (de los negocios)”, ilustra un comerciante que trabaja frente a la comandancia que fue atacada, en el corazón de Teloloapan.

Los hechos de sangre en el municipio más grande en extensión territorial de la región Norte no han permitido que escuelas en 15 comunidades estén trabajando.

De acuerdo con información de integrantes del cabildo, en las comunidades de Tlajocotla, Oxtotitlán, Buena Vista de Guadalupe, así como en todas las que son frontera con Apaxtla las clases no se han podido restablecer.

En el palacio municipal de Teloloapan se informó que en la comunidad de El Tanque la clausura de cursos se tuvo que adelantar debido al temor generado por la incursión de grupos delincuenciales.

Un policía de Teloloapan, que omitió su nombre por temor a represalias, dijo que en el último año han sido asesinados alrededor de 20 de sus compañeros.

Entrevistado en el palacio municipal, precisó que en lo que va de la administración municipal de Ignacio de Jesús Valladares —seis meses— han sido atacados a balazos en por lo menos cinco ocasiones.

–Muchos de sus compañeros han renunciado a su cargo, ¿usted porque decidió quedarse? –se le preguntó.

–Porque tenemos la necesidad, tenemos que llevar comida a la casa —responde el policía.

A una pregunta dijo no tener miedo de ser atacado y perder la vida, como pasó con dos de sus compañeros el sábado pasado.

A decir del agente, sus actividades se han restringido al resguardo del palacio municipal y del Hospital Básico Comunitario de Teloloapan.

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