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Colonos, ambulantes y profesores de la UAG en el velorio de los tres integrantes de la UP

Redacción

 

Iguala

 

Los cuerpos de los dirigentes de la Unidad Popular (UP), Arturo Hernández Cardona y Ángel Román Ramírez, así como del comerciante Rafael Banderas, fueron velados la noche de ayer en la explanada del Palacio Municipal, espacio que en su lucha por fertilizante y obras públicas tomaron varias veces en lo que va de la administración que encabeza el alcalde perredista José Luis Abarca Velázquez.

Después de que fueron identificados por sus familiares los cuerpos salieron del Servicio Médico Forense de Iguala para llegar en el transcurso de la tarde a la sede del Ayunamiento, que fue tomado por cientos de activistas de UP indignados por el asesinato de sus dirigentes.

El cuerpo de Ángel Román, conocido en la política de Iguala como El Cartulinas, porque siempre portaba alguna en la que escribía las demandas de su organización, fue el primero el llegar al ayuntamiento, ubicado en el corazón del Centro Histórico de esta ciudad.

Fue una camioneta tipo Van de los Funerales Gutiérrez la que llevó el ataúd alrededor de las 4 de la tarde.

El féretro se colocó en medio de la explanada del edificio bajo la sombra tenue que dan unos árboles que fueron talados al inicio de la actua administración municipal.

Ahí permaneció en una caja de madera de tonos claros; su rostro se veía limpio, aunque también fue torturado por sus captores, según refirieron fuentes de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia, ayer en la mañana en el Semefo.

Al ayuntamiento fueron llegando grupos de personas de colonias populares, comerciantes ambulantes, académicos de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) y representantes de organizaciones defensoras de derechos humanos.

Ya comenzaba a anochecer, aproximadamente a las 8 y media, cuando llegaron los cuerpos de Arturo Hernández Cardona y el del comerciante Rafael Banderas, que hace quince días se había integrado a la coalición de organizaciones

Ellos fueron colocados junto a los restos de su compañero Ángel Román.

De izquierda a derecha, estaban los ataúdes de Arturo Hernández Cardona, Ángel Román y Rafael Banderas.

En la cabecera de la caja de Hernández Cardona fue colocado un cromo de Ernesto Che Guevara, el mismo cuadro que colgaba desde 1990 de la pared de la “oficina”, como suele conocerse a las instalaciones de la UCEZ que dirigía.

Su esposa Sofia Lorena Barrera Mendoza lloraba cerca de la hija de Hernández Cardona, y a momentos abrazaba la caja.

Ya entrada la noche, un grupo de señoras comenzó a rezar el Rosario para rogar por el eterno descanso de los tres integrantes de la UP, asesinados después de haber desaparecido el jueves pasado en Iguala.

Una vez concluido el Rosario, los compañeros de los asesinados levantaron el puño izquierdo y entonaron el Himno de la Internacional.

“Venceremos, venceremos, mil barreras habrá que romper”, se escuchaba en la explanada, en la que todavía se pisaban los vidrios rotos que quedaron de las protestas de la mañana de ayer, tras la cual el palacio municipal fue tomado por tiempo indefinido.

El integrante de la Asamblea Popular de los Pueblos de Guerrero (APPG), Nicolás Chávez Adame, se acerco al sitio donde estaban los féretros mientras que Efrén Cortés, sobreviviente de la masacre de El Charco, estaba un poco más alejado, pero se notaba extraviado, confundido.

La tarde anterior al funeral había estado en la UCEZ reclamando la aparición con vida de los activistas, junto con el decano luchador de la izquierda en Guerrero, Pablo Sandoval Cruz, quien responsabilizó al gobernador Angel Aguirre y al alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, de la desaparición de los luchadores sociales.

Hernández Cardona solía recordar cuando con Nicolás Guerrero reclamaron el cuerpo de Omar Guerrero Solís, comandante Ramiro y jefe de columna del Ejército Revolucionario del Pueblo Insurgente (ERPI).

En el palacio municipal había poca iluminación, apenas llegaba la luz de algunas oficinas en las que se encendieron los interruptores.

Mientras el velorio continuaba, una intensa lluvia se soltó sobre la ciudad de Iguala, donde se desarrolló la trayectoria política de Hernández Cardona.

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