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La música tiene en el cine un poder increíble que pocos reconocen: Nyman

Xulio Guillén / Agencia Reforma

Guadalajara

Sin empacho para decir las cosas como son, Michael Nyman lamentó que no se le dé la importancia necesaria al score cinematográfico en la industria actual, pues más allá de las premiaciones de la Academia, la realidad que se vive desde su profesión es meramente subestimada.
“Los compositores siempre están en competencia con otros elementos sonoros de la película, toda la energía invertida, tanto por productores como directores, siempre es hacia el guión, hacia los diálogos, lo que sale de la boca de los actores y los efectos sonoros que los acompaña. Pero la música, la música nunca ha sido considerada una etapa inicial de una película”, compartió después de su Master Class de Talent Campus, durante el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.
A través de las anécdotas personales que compartió, Nyman demostró que su fama se la ha forjado a pulso y su carácter le ha valido el reconocimiento internacional con el que hoy cuenta.
“Es una pérdida de tiempo enfocarme en hacer música para un film cuando los estudios están dispuestos a quedarse con los derechos y hacer con ella lo que les plazca.
Porque siempre le apostarán a resaltar los efectos especiales y destacar los avances tecnológicos mediante el sonido, más allá de complementar la historia a través de la música. En ese sentido, la música siempre pierde”, dijo ante los participantes del área de formación del FICG.
Nyman, de 67 años, ha hecho música para más de 90 películas, como 9 Meses, 9 Días, El Piano, Man on wire, Gattaca y Les enfants volants, por mencionar algunas.
El paso del británico por el encuentro fílmico es a propósito del país invitado, Inglaterra, y su participación, además de la Master Class, incluyó la musicalización con piano de la película A propósito de Niza en el Teatro Diana.
Más que quejarse de la realidad de su profesión y ver el lado negativo de las cosas, espera que sus palabras tengan un impacto positivo en las nuevas generaciones, de quienes dependerá el cambio, destacó
“Estoy consciente que mi papel es ser sólo un sirviente del director, así siempre es la función de un compositor; si el director pide que la música no opaque los diálogos, uno tiene que mantenerse al margen de eso y no buscar protagonismo con la música”, señaló.
“La realidad es que esa pequeñez en la que está contemplada la participación del compositor puede destruir años de preparación de una película o enaltecer y darle un valor agregado al proyecto.

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