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Ocho días de protestas en Brasil se saldan con un centenar de heridos y 241 detenidos

DPA

 

Sao Paulo

 

El alcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad invitó ayer a una reunión a los integrantes del Movimiento Pase Libre, que organizó las marchas contra el aumento del precio del transporte público que en los últimos días generaron un “clima de guerra” en la metrópolis brasileña.

Según informó ayer el portal del diario Folha de Sao Paulo, el alcalde anunció que el movimiento “tendrá espacio el próximo martes para presentar sus propuestas sobre transporte público” durante una reunión extraordinaria del Consejo de la Ciudad, órgano consultivo creado por el alcalde este año, el cual reúne movimientos sociales, entidades sindicales y empresarios, entre otros grupos.

El grupo, que defiende la gratuidad del transporte colectivo, convocó en los últimos ocho días a cuatro marchas contra el aumento de la tarifa del transporte, que subió de tres a 3.2 reales (1.5 a 1.6 dólares) por decreto municipal.

La última manifestación, realizada el jueves, fue violentamente reprimida por la Tropa de Choque de la Policía Militarizada, que cometió diversos abusos contra manifestantes y transeúntes, dejando un saldo de cerca de un centenar de heridos –entre ellos siete periodistas de Folha– y 241 detenidos.

El alcalde aclaró que la invitación no significa que las autoridades estén dispuestas a atender las demandas del grupo, puesto que, explicó, el aumento fue menor a la inflación y la gratuidad del transporte público es “imposible” puesto que insumiría gastos de unos 6 mil millones de reales al año (unos 3.000 millones de dólares) al municipio.

La violenta represión policial fue duramente criticada hoy por autoridades municipales, comenzando por el propio Haddad, y por ministros del gobierno de la presidenta Dilma Rousseff, como el titular de la cartera de Justicia, José Eduardo Cardozo, y de Relaciones Institucionales, Ideli Salvatti.

Cardozo calificó la acción policial como “extremadamente violenta”. “Jamás la policía puede actuar de forma arbitraria y violenta, como todo indica que parece haber ocurrido”, dijo Cardozo, quien también criticó los actos de vandalismo que el martes, cuando se realizo la tercera manifestación, dejaron decenas de vitrinas, dos estaciones de metro, 85 autobuses y varios edificios destrozados.

“Es importante tener claro que el derecho de libertad y manifestación tiene que ser garantizado siempre. Es un valor democrático que tiene que ser respetado. Claro que eso no implica que al hacerse una manifestación se pueda actuar con vandalismo, como también no autoriza a las autoridades policiales a que actúen con violencia. No podemos concordar con la violencia, venga de donde venga”.

Por su parte, Salvatti dijo que los motivos que llevaron a los manifestantes a protestar en las calles son “legítimos”, pero consideró que no se puede admitir, “bajo ningún concepto”, la violencia ni de los activistas ni de la policía.

“El transporte es caro, es insufiente, hay personas que demoran tres, cuatro horas para ir al trabajo”, dijo la ministra. “Yo diría que hay motivo para hacer manifestaciones en relación al transporte colectivo. No hay problema con que haya manifestaciones. ¿Cuál es nuestro problema con las manifestaciones hoy? La violencia, la depredación”.

En tanto, el secretario de Seguridad Pública de Sao Paulo, Fernando Grella Vieira, ordenó al órgano fiscalizador de la Policía Militarizada que inicie una “rigurosa” investigación de los relatos e imágenes que circulan por todo el país sobre presuntos abusos por parte de los efectivos.

Imágenes del abuso policial fueron publicados en un video en YouTube, que muestra el momento en que un grupo de periodistas es agredido con balas de goma y gases lacrimógenos por policías, que ignoraron la exhibición de sus respectivas acreditaciones.

Asimismo, personas que ocupaban mesas de bares dispuestas en las veredas por las que pasó la marcha, relataron episodios en los que fueron expulsadas a la fuerza del lugar, sin motivo aparente.

Según relató a “Folha” una pareja de universitarios que se encontraba sentada en las afueras de uno de los bares, efectivos portando escudos y cachiporras expulsaron a los clientes a los gritos y empujones, y derribaron las mesas y las sillas del local.

“La policía fue extremadamente violenta. Yo estaba sentada tomando una cerveza y me tiraron al piso y me golpearon”, relató la estudiante, cuyo testimonio fue confirmado por periodistas de “Folha”.

El grupo anunció una nueva movilización para el próximo lunes.

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