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Se suman maestros, campesinos y amas de casa de Xaltianguis a la policía ciudadana

Mariana Labastida

Motivados por el deseo de vivir en paz, comerciantes, maestros, campesinos y amas de casa se unieron al Sistema de Seguridad Ciudadano en Xaltianguis, para encargarse de resguardar la comunidad y evitar que haya secuestros, robos y extorsiones.

No todos andan armados ni en las calles, incluso aún no se hace el esquema para determinar qué días cuida cada quien la comunidad, sino que sólo se tienen por el momento cinco grupos para vigilar los principales accesos al pueblo.

El comandante Miguel fue uno de los primeros impulsores de la organización ciudadana para trabajar en la seguridad de Xaltianguis, y la responsabilidad de coordinar a los policías ciudadanos pasó a un comité que se conformó el sábado después de la asamblea, donde los pobladores votaron a favor de incluirse al trabajo de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG).

En los nuevos grupos que se conformaron para vigilar la zona de El Retén, salida a Tierra Colorada; Crucero-Bachilleres, salida a El Treinta; Mirador y Cueva del Agua, colonias al interior de Xaltianguis y Centro, que es el área cercana al mercado del pueblo, hay comerciantes, maestros, médicos, campesinos, constructores y amas de casa.

Con escopeta al hombro caminan los efectivos entre la comandancia y el punto de control en la carretera y a ver su entusiasmo motivó a incorporarse al grupo de Xaltianguis al resguardo de la comunidad.

“Es un honor estar con ellos porque queremos un pueblo con justicia y queremos que se limpie esto. La verdad urge, levantarse en armas los pueblos y que vean quién está decidido a que no haya secuestros, que no anden levantando a la gente, que no se pida dinero, eso ya no lo queremos, queremos justicia”, dijo un joven de 20 años, quien intercalará sus actividades como albañil con los días que le toque hacer guardia.

A sus más de 60 años, en una silla de la comandancia una mujer hace guardia; ella se unió al SSC el sábado para “ya no vivir como las tortugas no más asomando la cabeza y escondidas todo el tiempo, para ya no estar todos encerrados”.

Explicó que ella y su esposo vivían tranquilamente en el campo donde criaban vacas, chivos, gallinas y otros animales, sin embargo empezaron a robarles obligándolos a abandonar sus tierras.

Aunque no quiso dar su nombre por seguridad, la señora indicó que lo que más quiere es vivir en paz y poder ir a las tierras que tiene en el campo.

El ver que llegaron tantos hombres de otras comunidades a apoyar a los pocos organizados en Xaltianguis y detener los secuestros, robos y extorsiones fue lo que motivó a otro de los recién incorporados a la Policía Ciudadana: “si ellos vinieron de otro lado a darnos el apoyo ¿por qué nosotros no podemos hacerlo?”, cuestionó.

Que hayan disminuido los secuestros y extorsiones desde la primera incursión de la policía comunitaria fue otra de las motivaciones de los vecinos de Xaltianguis para sumarse al SSC, y que los propios pobladores sean quienes consigan que el poblado tenga seguridad y retomar la tranquilidad.

Como parte de las acciones del recién organizado comité de la Policía Ciudadana, se analizan los gastos que se cubren con las cuotas voluntarias de los pobladores, como la del sábado donde en la asamblea se juntaron casi 6 mil pesos que servirán para pagos diversos y gasolina.

Entre los gastos están la reparación del inmueble utilizado como comandancia, ubicado donde antes se encontraba la Policía Ministerial; “tenemos que borrar esto” dijo un policía mientras hace el ademán en la pared donde está el membrete de la PIM.

Además de la pintura se repara el techo de lámina de la entrada y en el interior de manera provisional se tiene una instalación eléctrica que también será reparada, así como poner camas en el interior de la casa ubicada a uno metros de la carretera federal Acapulco-México.

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