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Se despedaza la cabeza de la escultura de la virgen de la Concepción en Santa Prisca, Taxco, por el sismo del sábado

Claudio Viveros Hernández

 

Taxco

 

Parte del patrimonio religioso y cultural taxqueño se extinguió, luego de que en los  primeros minutos del domingo el sismo de 5.8 grados en la escala de Richter sacudiera la monumental parroquia de Santa Prisca y con ello se desprendió la cabeza de la escultura-imagen de la virgen de la Purísima Concepción que quedó destruida.

Ubicada en la parte alta de la joya arquitectónica del Siglo XVIII como remate de la fachada principal, sobre el reloj de origen londinense, la cabeza de la virgen cayó a causa del fenómeno natural y quedó hecha pedazos, por lo que en el piso del atrio se logró recuperar la corona.

La parroquia de Santa Prisca y San Sebastián de Taxco, que fue construida entre 1751 y 1758, está dedicada a la advocación de la virgen de la Purísima Concepción, a la que la acompañan en el lado izquierdo San Juan y en el derecho San Mateo, la cual resultó nuevamente afectada por otro sismo.

De acuerdo con antecedentes que la investigadora emérita Elisa Vargas Lugo documenta en su libro La iglesia de Santa Prisca de Taxco, esta no es la única vez en que la imagen religiosa ha sido dañada y como refiere uno de los estudiosos de Taxco hacia 1930 Manuel Toussaint, “no deben haber sido pocos los hurtos y desperfectos sufridos por el monumento la centuria pasada”.

Refiere que otro estudioso, Antonio Peñafiel, que lo visitó en 1904, “nos dice que además de que un rayo lo había lastimado mucho, el edificio se encontraba desmerecido por los efectos de los pasados trastornos políticos del país”.

Entre otras supuestas restauraciones, intervenciones de mala calidad y torpezas que se han registrado en contra de este patrimonio cultural, la misma Vargas Lugo detalla que en 1930, cinco años antes de que fuera declarado oficialmente Monumento Colonial, según un informe del inspector de Bienes Nacionales, José Gorbea, “se avisó que la imagen de la Purísima Concepción que remataba la fachada estaba en malas condiciones de estabilidad”.

Debido a ello, asienta que el cura de apellido Corrales “le mandó hacer unos anillos de hierro pasa sujetarla, advirtiendo que no se podía evitar la destrucción de la escultura, dada la mala calidad de la piedra en que estaba hecha, pero el peligro de que la escultura se desintegrara se agravó”.

En 1932, otro inspector, Alberto Ortiz Irigoyen, no consideró probable que la imagen se cayera, “dados los refuerzos colocados antes, pero pidió, sin embargo, que se cinchara también la esfera que le servía de peana a la virgen, que era el elemento más deteriorado”, por lo que con estas indicaciones la escultura quedó restaurada en febrero de 1933.

Cuatro años después, en 1937, de acuerdo con Vargas Lugo, “un temblor de tierra la echó abajo”, entre otros daños y desperfectos que se fueron reparando, por lo que “la imagen de la virgen fue rápidamente reproducida copiando la original, esta vez en cantera gris, la cual se destaca perfectamente de la piedra pintada de color de rosa”.

En breve entrevista, el cronista de Taxco, Juan Crisóstomo Estrada González, recuerda que él era niño cuando se cayó la imagen original, “yo estaba ahí, trabajaba con mi papá vendiendo carne cuando se cayó durante el temblor; la imagen que colocaron después era más grande y distinta a la talla de la original”.

En su opinión, la única protección que tiene la parroquia es el pararrayos “pero no hay manera de protegerla de otra manera contra los fenómenos naturales, no se puede hacer más”.

Por ahora se espera el dictamen respectivo del Instituto Nacional de Antropología e Historia y así conocer el curso que seguirá la escultura de la virgen tallada en cantera, al igual que el reporte de otros daños que pudieran detectarse en la inspección.

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