Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Ofrece el coreógrafo Martín Lanz taller de lenguaje corporal a acapulqueños

Óscar Ricardo Muñoz Cano

 

“Mapas, traducciones y movimientos, es un taller que invita a la práctica interdisciplinaria; esto es, trabajamos con leguajes como la escritura, el sonido o el cuerpo para adquirir la práctica y generar mecanismos creativos a partir de ello”, declaró el coreógrafo Martín Lanz Landázuri, quien dirige por tres días a una decena de jóvenes bailarines acapulqueños.

Teniendo como espacio de prácticas la Gran Galería de Acapulco, del Centro Cultural de este puerto, Lanz Landázuri declaró en entrevista que diseñó una serie de herramientas, a partir de su experiencia, para la creación de mapas personales que puedan dotar de sentido y contenido a los discursos estéticos de los participantes; esto, “dentro de estructuras flexibles y sensibles que permitan la manifestación de identidades, percepciones y entendimientos tanto individuales como colectivos”.

“Los talleristas”, agregó el coreógrafo, “deberán al final del taller abrir su panorama creativo, romper cualquier barrera en cuanto al temor o duda para acercarse a otra disciplina, haciendo ese tránsito mucho más orgánico…”, y puso como ejemplo el paso de un bailarín a ser actor de teatro y viceversa.

“Que se entienda que si bien son lenguajes distintos, pueden comunicar la misma idea”, dijo, al tiempo que justificó su trabajo al referirse a las nuevas tendencias en las artes escénicas.

“Es la tendencia, y lo puedes ver, es inevitable, incluso en la utilización de herramientas digitales; cualquiera puede tener un video, una grabación de sonido, e introducirla a las artes escénicas con una disciplina, con un rigor artístico para la creación”.

Asimismo, dijo que “actualmente las barreras entre unas disciplinas y otras están cediendo”, y aceptó que actualmente los creadores, los artistas deben ser más completos, multifuncionales.

“La educación artística es fundamental, pero cuando se encuentra uno en el campo hay que manejar distintos lenguajes, estar abiertos a ciertas situaciones donde uno va a entrar en contacto con tantos campos y tan diversos…”.

Y como ejemplo de esa multifuncionalidad, recordó, “mi experiencia personal; yo empecé estudiando física, luego música y luego hice coreografía; claro, esto llevó un tiempo para poder lograrlo, asimilarlo de manera orgánica, pero es mi origen, por lo que para mí, digo, es una fortuna haber contado con esta apertura desde el inicio porque no tengo ninguna retracción al enfrentarme a otro campo, al contrario, me da curiosidad por acceder a él”.

Lanz Landázuri, quien además de ser coreógrafo es intérprete y gestor cultural, apuntó que este taller tiene ya cuatro años de desarrollo; “empezamos en Nueva York, en colaboración con otras dos compañeras más, de ahí cada uno por separado aprendimos y desarrollamos nuestras herramientas y desde entonces lo hago en México, en Uruguay, en Bolivia, etcétera”.

No obstante, declaró que con el tiempo las ideas cambian o se asientan, “este taller es incluso para mí mismo algo experimental, donde yo mismo tengo que integrar mis ideas para entregar de una manera más clara mi propuesta a la gente”, concluyó.

Martín Lanz Landázuri tiene una especialidad en Creación Dancística (CICO-INBA) y diplomas en Investigación y Docencia de la Danza (CENIDI-Danza) y Gestión Cultural y Políticas Culturales (UAMI, CNART, OEI), además de estudios en Filosofía y Física (UNAM) y Diseño de Materiales e Historia no-lineal.

468 ad