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Examina Luis Villoro su propia memoria literaria en una antología

Curtido en la traducción del sinsentido y el caos del presente, Juan Villoro es considerado el líder de los ornitorrincos, los así llamados cronistas.

Con estas palabras, el peruano Julio Villanuega Chang rindió homenaje al cronista mayor durante la presentación, el jueves, de la antología de Villoro, Espejo retrovisor, en la Casa Refugio Citlaltépetl, cuya sala no alcanzó a contener el número de asistentes.

“Villoro es un cronista que ha ido construyendo un diálogo incesante entre la inteligencia y la sonrisa”, dijo Villanueva Chang, cronista también y director fundador de la revista Etiqueta negra.

Espejo retrovisor (Seix Barral) es una selección de cuentos y crónicas que reúne 30 años de trabajo literario, hecha por Villoro a partir de la memoria.

“Pretende acercar palabras distantes, alejadas en el tiempo”, destacó el escritor. “Es una combinación de textos que responden al autor que soy hoy en día”.

Lo acompañaron también en la mesa dos jóvenes autores: Paola Velasco, que se refirió a la importancia de la memoria en la elección de los textos de Espejo retrovisor, y Jorge Comensal, que planteó una serie de razones literarias por las que resulta provechoso leer la antología de Villoro. (Silvia Gámez / Agencia Reforma / Ciudad de México).

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