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El Tri vence a Japón y salva el honor en su adiós a la Copa Confederaciones

DPA

 

Belo Horizonte

 

La selección mexicana de futbol batió ayer por 2-1 a Japón gracias a un doblete de Javier Chicharito Hernández y encontró consuelo en su despedida de la Copa Confederaciones.

El equipo dirigido por José Manuel De la Torre, que afrontó la última jornada ya sin posibilidades de clasificación a las semifinales, pudo retirarse del certamen al menos con una victoria.

El equipo azteca celebró recién su segundo triunfo en todo el 2013 y, por momentos, expuso momentos de buen juego, motivo para su esperanza, de cara a la etapa final de las eliminatorias de la Concacaf para el Mundial 2014.

Como no podía ser de otra manera, Chicharito Hernández se coronó como la gran figura de su equipo en el torneo. Gracias al doblete de ayer (54 y 66 minutos) se convirtió en el autor de todos los goles del Tri en la Confederaciones, aunque tuvo su cuota de sabor agridulce en el final del encuentro al fallar un penal.

El conjunto de El Chepo de la Torre encontró algo de oxígeno en una experiencia brasileña que estuvo demasiado contaminada por los malos resultados y el pobre juego en las primeras dos jornadas y por una presunta fiesta nocturna protagonizada por algunos jugadores de la plantilla en Río de Janeiro.

Japón, por su parte, dijo adiós al torneo con la imagen de un equipo simpático para la afición, arriesgado, pero con los suficientes problemas defensivos como para haber finalizado la primera fase sin puntos.

De la Torre modificó el planteo táctico para el último partido en la Confederaciones. Por un lado, fue una apuesta en un partido sin valor para el torneo y, por otro, fue un nuevo síntoma de la anarquía futbolística en la que se encuentra el conjunto norteamericano.

El ingreso de Raúl Jiménez en el once inicial, en los papeles, fue la pieza novedosa para conformar el 4-3-3, mientras que Jesús Zavala volvió al centro del campo y Diego Reyes reemplazó al capitán Francisco Rodríguez.

Lo que en un principio aparentaba ser un duelo mucho más accesible para los mexicanos, se terminó por convertir en una producción similar a las de las dos primeras jornadas.

México se mostró ordenado en el aspecto defensivo, pero volvió a evidenciar una capacidad nula de generar espacios en el ataque.

Cada vez que el Tri cruzó la mitad de cancha en la primera mitad, su juego se convirtió en un cúmulo de improvisaciones, sin desmarques ni relevos. Sólo Andrés Guardado logró imprimirle algo de velocidad al dominio del balón y Chicharito Hernández fue un satélite solitario entre los centrales nipones.

El equipo japonés, por su lado, se mostró activo y dinámico en los primeros diez minutos, de la mano de Shinji Kawaga y Keisuke Honda, pero con el correr de los minutos cedió el control de la pelota y se preocupó sólo por defender la portería.

Un cabezazo de Guardado al palo fue la jugada más peligrosa de la mitad inicial, mientras que los asiáticos amenazaron con un mano a mano de Kagawa bien atajado por Guillermo Ochoa, reemplazante de Jesús Corona.

La reacción de los mexicanos apareció recién en la segunda mitad, cuando incrementó la presión sobre la salida rival y agilizó las transiciones ofensivas.

Una vez decidido a salir en busca del triunfo, México encontró el gol en una de las primeras desconcentraciones de su rival. Guardado lanzó un centro desde la izquierda apenas desviado en Hiroki Sakai, para que Hernández se anticipara a un dormido Eiji Kawashima y anotara de cabeza su segundo gol en el certamen.

Mientras los asiáticos intentaban reaccionar casi sin ideas y los miles de hinchas brasileños celebraban los goles de su selección en el partido disputado contra Italia en Salvador, el equipo de De La Torre aumentó la diferencia, otra vez mediante el juego aéreo y otra vez gracias a un tanto de su jugador estrella.

Un tiro de esquina de Dos Santos desde la izquierda encontró la cabeza de Hiram Mier, quien desvió el balón para que Hernández anotara en el segundo palo sin demasiada resistencia de su marcador.

La reacción de los japoneses llegó a cinco minutos para el final, gracias a un buen gol de Shinji Okazaki, tras asistencia de Endo, mientras que Chicharito desaprovechó la oportunidad de decir adiós a la Confederaciones con un hat trick al lanzar un penal a las manos de Kawashima y luego estrellar el rebote en el travesaño.

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