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Revitaliza Regina Orozco ante acapulqueños, con humor y picardía, la música ranchera mexicana

Óscar Ricardo Muñoz Cano

 

“La música del mariachi sirve para sacar las mentadas de madre contra los maestros, los policías y los gobernantes”, gritó la actriz y cantante Regina Orozco, quien enfundada en un vestido elaborado por artesanos de La Montaña, hizo las delicias a los cientos de personas que se dieron cita en el Centro de Convenciones Copacabana el viernes en la noche.

Enemiga de la pose y reconocida por sus posturas de izquierda, Regina Orozco, la Megabiscocho, hizo mofa de su currículum, leído por Blanca Reina, conductora del evento, y del que dijo, es enorme, para darle paso al mariachi Mar Acapulco para que arrancara con la primera canción: Un mundo raro.

Previamente, la conocida banda municipal de Acapulco interpretó un popurrí musical con el que logró calentar el ambiente previo a la presentación de Regina, ganándose los primeros aplausos de la noche.

Asimismo, hizo lo propio el Coro Municipal, agrupación de una veintena de niños dirigidos por el músico Enock Rodríguez, miembro de la filarmónica de Acapulco y que con tres canciones pudieron darle una idea al público de lo que puede esperar para cuando se realice su lanzamiento oficial en julio.

Cerca de las 9 de la noche, y al ritmo del Son de la negra, Regina Orozco salió al escenario para enfrentarse a un público de por sí entregado y que con las primeras canciones: Qué bonito amor, Cu-curru-cucú y Luz de luna, comenzaron a aplaudir, cosa que no dejaron de hacer hasta que acabó el espectáculo.

Entre bromas como la de quitarle su pañuelo a un caballero para secarse la cara y el cuerpo de sudor, o errores involuntarios del mariachi, la actriz y cantante se dio tiempo, incluso, para preguntar a la gente del público por sus amigays.

Amanecí, tema inspiración de José Alfredo Jiménez, fue dedicada “a todos aquellos que sí cuchiplanchan”, dijo, al tiempo que hacía una mueca de resignación, lo que causó risas entre el público.

No obstante el buen ritmo del espectáculo, no podían faltar los famosos celulares; y es que si bien, algunos discretos sonaban y sonaban, hubo uno que otro que logró sacarle a Regina una mirada fulminante, al grado que exigió, entre risas, el teléfono celular que estaba molestando. A su dueña, una señora, no lo quedó más remedio que prestárselo y quedar exhibida ante el público que en primera instancia la abucheó para luego reírse de ella y con ella tras los intentos fallidos de Regina por contestar.

Bromas aparte y el espectáculo continuó; llegó el turno de interpretar el huapango Deja que salga la luna, éxito de Miguel Aceves Mejía, cuyo falsete es inolvidable y pocas veces superable, cosa que Regina en un arrojo de fuerza interpretativa logró, llevándose la primera carretada grande de aplausos de la noche pues a la par, el Mariachi Mar Acapulco, que le siguió los tonos, el público pudo corear.

Pero las bromas volvieron y en un intercambio de palabras con uno de los asistentes, le recriminó el hecho de que “lo más cultural que han oído es a la Susana Zabaleta” no sin antes reír y asegurar que su siguiente canción, Por un amor, fue un éxito de la gran Lucha Reyes.

No obstante, todo lo anterior quedó en el pasado cuando interpretó Costumbres, escrita por Juan Gabriel y que convirtió en éxito Rocío Durcal; los sonidos de las guitarras y las trompetas, incluso los coros del mariachi, fueron opacados por la gente que cantaba a la par de Regina, quien condescendiente acercaba el micrófono a la audiencia para compartir con ella la canción, en especial aquella frase que se ha metido en el colectivo imaginario de la gente: “No cabe duda que es verdad que la costumbre es más fuerte que el amor…”.

Y si en ese momento era necesario bajarle la intensidad al espectáculo, fue ahora un miembro del mariachi Mar Acapulco quien con su celular, lo logró. Y Regina, ya entonces más dueña del escenario, ni tarde ni perezosa se aprestó a bromear con él, quien también se sintió apenado, con el mismo resultado que la anterior broma: no logró contestar el celular.

Para cuando llegó el turno a La media vuelta, y ya metida en el relajo del ambiente, Regina se apuró a  decir: “Esa que cantaba Luismi, la nueva cara de Acapulco… Pero un poco más abotargadita”, generando con ello más risas entre la gente.

Paloma negra, y México lindo y querido fueron las últimas canciones, durante las cuales agradeció a su producción y a las autoridades de Acapulco que la invitaran “a tan maravilloso lugar”, para dar paso, y como bonus track, a El rey, que cantó con el público, que pedía y pedía una canción más, cosas que lamentablemente no ocurrió.

Al término de su interpretación, Regina Orozco recibió de manos de las autoridades un reconocimiento a su labor como actriz, cantante y productora, además por el buen espectáculo presentado, cosa que ella agradeció y comentó incluso en su cuenta de twitter donde escribió: “Fue buena función la de Acapulco… mil gracias”.

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