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Rubén Aguilar Valenzuela

Peña Nieto: variables de la campaña

El cambio visual más evidente de la campaña es que Enrique Peña Nieto y sus acompañantes se quitaron la camisa roja, que los identifica como militantes del PRI. Los asesores tardaron tiempo en darse cuenta que la contienda interna había terminado y era hora de posicionarlo como candidato de todos y no sólo de los priistas.
La estrategia de estas últimas semanas ha mantenido al candidato en un perfil bajo que implica aparecer en pocas ocasiones y también hacer escasas declaraciones. Todo indica que hay una clara intención de protegerlo y no arriesgarlo de manera innecesaria.
El trabajo de campaña ha estado más bien a cargo del partido que, a su vez, sube y baja el tono en su enfrentamiento con el gobierno. La iniciativa de confrontarse a veces la toma el PRI, pero en otras ocasiones es reacción a los golpes que vienen desde el gobierno.
Después del encuentro del presidente Felipe Calderón con Pedro Joaquín Coldwell, presidente del PRI, motivado por las declaraciones de Calderón en la reunión de consejeros de Banamex, los priistas han evitado confrontarse con el Presidente y su gobierno. Habrá que ver si el PRI se sostiene en esta “nueva” posición.
Se puede pensar que los priistas vieron que les daba más puntos, a nivel de la sociedad, no confrontarse con el Presidente que hacerlo. Las encuestas indican que los electores tienden a solidarizarse con el Presidente cuando  se le ataca, incluso entre aquellos que no están de acuerdo con él, pero no tienen partido.
Al ser electa Josefina Vázquez Mota como candidata del PAN, el equipo de campaña de Peña Nieto tomó la decisión de que ningún hombre del equipo o del partido se  confronte con ella y en caso de necesidad o porque así lo requiera la estrategia, será siempre una mujer la que responda o entre a la discusión con ella.
La estrategia del candidato contempla también un trabajo al interior del partido, con los cuadros de base, para llamar a redoblar esfuerzos y no confiarse. Hay temor de que la estructura asuma que ya se ganó y deje de hacer las tareas que le corresponden.
El bajo perfil de Peña Nieto no le afecta en las encuestas. Sólo la de GEA-ISA y la mencionada por el Presidente dan una diferencia entre el primer y segundo lugar de cuatro a siete puntos porcentuales. Las otras conceden a Peña Nieto una ventaja de 15 o 18 puntos de distancia del segundo lugar y de 25 puntos con el tercero.
Al arranque de la campaña oficial queda claro, a la luz de la actual estrategia, que no se va a arriesgar al candidato mientras mantenga una ventaja clara. Todo indica que se le sostendrá en su actual zona de confort, pero arropado en grandes eventos y concentraciones. No es evidente cuál sería el viraje que daría la estrategia de campaña si Vázquez Mota y Andrés Manuel López Obrador empiezan a cerrar la distancia.

@RubenAguilar

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