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Octavio Klimek Alcaraz

Estrategia nacional de cambio climático

 

El pasado 3 de junio fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo por el que se expide la Estrategia Nacional de Cambio Climático, en adelante la Estrategia. La Estrategia fue elaborada conforme a los términos previstos en la Ley General de Cambio Climático. Conforme a dicha ley en su artículo 60, la Estrategia “constituye el instrumento rector de la política nacional en el mediano y largo plazos para enfrentar los efectos del cambio climático y transitar hacia una economía competitiva sustentable y de bajas emisiones de carbono”.

La Estrategia fue elaborada por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con la participación del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), la opinión del Consejo de Cambio Climático, y posteriormente fue aprobada por la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático en sesión celebrada el 29 de mayo de este año, para ser finalmente publicada en el Diario Oficial de la Federación.

La Estrategia define seis pilares de política nacional de cambio climático, tres ejes estratégicos en el tema de adaptación que dirigen al país hacia un país resiliente (es decir, capacidad de un sistema social o natural de recuperarse del efecto de cambio climático), y cinco ejes estratégicos en materia de mitigación que llevan a un desarrollo bajo en emisiones.

Los pilares y ejes estratégicos se integran por líneas de acción, que son directrices que involucran diferentes actividades que requieren participación, integración y continuidad de esfuerzos, además, procuran señalar aspectos críticos para su cumplimiento.

Los seis pilares son:

1. Contar con políticas y acciones climáticas transversales, articuladas, coordinadas e incluyentes (18 líneas de acción).

2. Desarrollar políticas fiscales e instrumentos económicos y financieros con enfoque climático (18 líneas de acción).

3. Implementar una plataforma de investigación, innovación, desarrollo y adecuación de tecnologías climáticas y fortalecimiento de capacidades institucionales (20 líneas de acción).

4. Promover el desarrollo de una cultura climática (7 líneas de acción).

5. Instrumentar mecanismo de medición, reporte, verificación y monitoreo y evaluación (12 líneas de acción).

6. Fortalecer la cooperación estratégica y el liderazgo internacional (8 líneas de acción).

Los tres ejes estratégicos en el tema de adaptación son:

 

1. Reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia del sector social ante los efectos del cambio climático (13 líneas de acción).

2. Reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia de la infraestructura estratégica y sistemas productivos ante los efectos del cambio climático (12 líneas de acción).

3. Conservar y usar de forma sustentable los ecosistemas y mantener los servicios ambientales que proveen (16 líneas de acción).

Los cinco ejes estratégicos en materia de mitigación son:

1. Acelerar la transición energética hacia fuentes de energía limpia (14 líneas de acción, una de ellas es la opción del desarrollo de la energía nuclear).

2. Reducir la intensidad energética mediante esquemas de eficiencia y consumo responsable (14 líneas de acción).

3. Transitar a modelos de ciudades sustentables con sistemas de movilidad, gestión integral de residuos y edificaciones de baja huella de carbono (13 líneas de acción).

4. Impulsar mejores prácticas agropecuarias y forestales para incrementar y preservar los sumideros naturales de carbono (15 líneas de acción).

5. Reducir emisiones de contaminantes climáticos de vida corta y propiciar cobeneficios de salud y bienestar (19 líneas de acción).

 

Adaptación a los efectos del cambio climático

 

La Estrategia señala que “existe consenso de que, a lo largo de las próximas décadas, México experimentará un incremento de temperatura generalizado superior al 6 por ciento respecto a la media histórica…En consecuencia, podemos esperar un aumento en el riesgo de eventos climáticos relacionados con incrementos en temperaturas, como ondas de calor o la disminución de rendimientos agrícolas, incluso en localidades donde históricamente no se han registrado” (p. 33).

La Estrategia informa que de los más de 2 mil 240 municipios del país, existen mil 385 en la categoría de alto riesgo de desastre, es decir, que tienen alta vulnerabilidad y alto riesgo de ocurrencia de eventos climáticos y éstos concentran 27 millones de habitantes.

Del análisis en la Estrategia de los municipios con riesgo alto se concluye que: “Hay incremento importante en el riesgo asociado a mayores temperaturas; esto afecta entre otros, a los rendimientos agrícolas. El sector agropecuario es el que presenta mayor riesgo ante eventos climáticos. Es probable que se presente un aumento en las sequías, sobre todo en la región norte del país, que afectarán mayormente al sector pecuario. La población de los municipios con riesgo relacionado a la salud humana (5 millones), supera a la población expuesta a eventos como inundaciones (4 millones) y deslaves (2 millones)” (p. 34).

Del análisis en la Estrategia de los municipios con vulnerabilidad alta se concluye que: “el 64 por ciento de los municipios tienen alta vulnerabilidad pecuaria. 12 millones de personas viven en municipios altamente vulnerables por temas de salud. Hay mil 224 municipios que son vulnerables a más de un evento climático” (p. 35).

También la infraestructura estratégica social y económica está expuesta a eventos catastróficos en los que destacan ciclones tropicales, inundaciones y deslaves. A nivel nacional el 28 por ciento del total de viviendas, 16 por ciento del número total de unidades médicas, 20 por ciento del número total de planteles educativos, 46 por ciento de la infraestructura estratégica de PEMEX, 30 por ciento de las líneas de 400 kilocvatios de la CFE, 11 por ciento de los kilómetros totales de carreteras federales, 23 por ciento de los puertos del país, 16 por ciento de los aeropuertos del país, 16 por ciento del número total de cuartos de hospedaje, así como el 22 por ciento del número total de centrales de abasto (p. 36).

Ante esta vulnerabilidad frente al cambio climático, la Estrategia propone una orientación para la selección de medidas de adaptación a través de la evaluación de un conjunto de criterios que enlista. Tal vez, es en esta parte en donde la Estrategia queda todavía débil.

 

Desarrollo Bajo en Emisiones.

 

La Ley General de Cambio Climático señala que para el año 2020, México deberá reducir de manera aspiracional sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 30 por ciento con respecto al escenario de línea de base. Para ello, la Estrategia estima una reducción de emisión de 288 millones de toneladas de CO2eq (emisiones de gases de efecto invernadero expresadas en unidades de potencial de calentamiento equivalente al dióxido de carbono), emitiendo sólo 672 millones de toneladas de CO2eq al 2020. En el año 2050 deberán haberse reducido dichas emisiones en un 50 por ciento (estimado de emisión de dicho año de 320 millones de toneladas de CO2eq) con respecto a las emitidas en el 2000 (640 millones de toneladas de CO2eq).

En la Estrategia se identifica que el esfuerzo de mitigación a realizar será mayor a lo antes pronosticado, ya que por ejemplo en los próximos años, con relación a los escenarios presentados en el Programa Especial de Cambio Climático 2009-2012, incluyendo el ajuste para reducir de 20 a 30 por ciento las emisiones de gases de efecto invernadero respecto al escenario de línea de base en el 2020, se estimaba una reducción de emisión de 264 millones de toneladas de CO2eq para emitir sólo 618 millones de toneladas de CO2eq al 2020 (ver análisis en INECC-Semarnat, 2012. Quinta Comunicación Nacional ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Capítulo V.). Esto significaría conforme a los datos de la Estrategia un aumento en la meta de reducción de 24 millones de toneladas de CO2eq al 2020 (288 menos 264 millones de toneladas de CO2eq), además de que conforme al escenario de la Estrategia, en el año 2020 se emitirán 672 millones de toneladas de CO2eq y no 618 millones de toneladas de CO2eq conforme al estimado del Programa Especial, es decir hay un incremento de emisiones de 54 millones de toneladas de CO2eq con este nuevo escenario de la Estrategia. Para darse una idea de la dimensión del aumento de emisiones, la meta de reducción de emisiones del año 2012 en el Programa Especial fue de 51 millones de toneladas de CO2eq, esto además significa aumentar la reducción de emisiones en casi 6 veces para el 2020 con respecto al 2012.

 

Finalmente, se señala que la Semarnat con la participación de la Comisión Intersecretarial de Cambio Climático, conforme a lo indicado en la Ley General de Cambio Climático, revisará la Estrategia por lo menos cada 10 años en materia de mitigación, y cada seis años, en materia de adaptación. Con base en dichas revisiones y los resultados de las evaluaciones de la Coordinación General de Evaluación del INECC, la Estrategia podrá ser actualizada, pero siempre sin reducir objetivos y metas.

Ahora sólo falta esperar por la presentación del Programa Especial de Cambio Climático, que debe de instrumentar la Estrategia hasta el año 2018.

 

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