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Levantan el bloqueo contra la autodefensa en Tecpan, sin acuerdos, luego de 38 horas

Francisco Magaña y Brenda

 

Escobar – Tecpan y Petatlán

 

Después de casi treinta y ocho horas de bloqueo, anoche fue liberada la carretera federal Acapulco-Zihuatanejo en los límites del municipio de Tecpan y Petatlán, en Santa Rosa de Lima y Coyuquilla Norte.

A las nueve de la noche de ayer los ciudadanos que están en contra de la autodefensa, porque la acusan de asesinar gente, advirtieron que este sábado volverán a instalar el bloqueo hasta que le den solución a su demanda de que el grupo de autodefensa quite su retén.

La carretera estuvo cerrada desde el jueves a las 7:00 de la mañana.

Al lugar acudió a negociar una comisión del gobierno del estado encabezada por Saúl López Sollano, coordinador de asesores de la Secretaría de Gobierno, y Demetrio Saldívar Gómez, subsecretario de Atención a Organizaciones Sociales.

López Sollano se quedó en el lugar como garantía, con el alcalde de Petatlán, Jorge Ramírez, para que la vialidad fuera liberada.

El acuerdo fue aceptado con la condición de que se firmara ante el notario Bolívar Navarrete, lo cual en un inicio había rechazado firmar López Sollano.

De los pueblos que mantenían el bloqueo participaron en la negociación la comisaria de Coyuquilla Norte, Francisca Nogueda Gómez, Ignacio Salto Villa, presidente de los Ecologistas de Petatlán; Edith Martínez Cisneros, comisaria de Santa Rosa de Lima, Víctor Espino Cortés, representante del sector de la industria forestal; Carlos García Vargas, representante de los productores de copra; Jorge Villanueva Valencia, del sector mango y Jesús Mendoza Guillén, de la Ruta Santa Rosa de Lima-El Durazno, así como el presidente municipal de Petatlán, Jorge Ramírez Espino.

El alcalde de Tecpan, Crisóforo Otero Heredia, no se presentó a pesar de que fue invitado, señalaron los manifestantes.

El ambiente se puso tenso en la zona debido a que fue visible a las 6:00 de la mañana la presencia de policías estatales y federales en las inmediaciones del bloqueo.

Los inconformes señalaron que los agentes llegaron en seis autobuses de servicio de turismo y en 21 unidades oficiales de la Policía Federal con tres grúas.

Los agentes policiacos se retiraron después de la 11:00 de la mañana, cuando los manifestantes ya portaban palos.

Durante más de tres horas el diálogo no tuvo avances. La comisión del gobierno fue esperada por más de dos horas, pues los funcionarios se mantenían en las instalaciones del cuartel de la Policía Estatal con la condición de que se presentarían después de que fuera liberada  la carretera en ambos sentidos.

Lo anterior lo externaron los coordinadores del gobierno  a los manifestantes, quienes señalaron que se había cumplido con dejar pasar a familias con niños, ancianos y enfermos.

López Sollano dijo que acudían con la postura de resolver el problema para todos los afectados y llegar a acuerdos.

Señaló que no iban a buscar culpables, sino a buscar soluciones, y planteó que las demandas se iban a cumplir pero sin precisar fechas.

Abundó que hay un operativo integral para coordinar las acciones de seguridad, con lo que ya no habría necesidad de que los grupos de autodefensa estén en las carreteras.

Los funcionarios propusieron a los inconformes que se integraran en un comité de vigilancia, una especie de contraloría social, para vigilar las acciones del gobierno, “pero para ser vigilantes, no para poner retenes”, aclararon.

Los vecinos que mantenían el bloqueo externaron que sus peticiones eran:  respeto a los campesinos por los abusos de la Marina y el Ejército en la sierra, retiro del retén de Rancho Alegre del Llano, que controla el grupo de autodefensa, y justicia para el caso del joven levantado en ese retén, quien apareció muerto el miércoles en Las Antenas de Papanoa, municipio de Tecpan.

Cuestionaron que el retén opere en la vía federal cuando su intención era dar seguridad en su comunidad.

Asimismo, compararon que al bloqueo de San Luis La Loma se le dio rápida solución al pliego petitorio y con ellos el trato era diferente.

Denunciaron que el retén de la autodefensa ha provocado temor entre la población, a la que revisan exigiendo credenciales y cotejan sus nombres en una lista, siendo los vecinos de Coyuquilla Norte y Santa Rosa los más acosados.

 

Los de la autodefensa son sicarios de Los Granados, acusan

 

Una de las mujeres que estaba en el bloqueo denunció que los integrantes de la autodefensa que coordinan habitantes de la comunidad de San Luis la Loma, del municio de Tecpan instalaron el retén en Rancho Alegre del Llano, y “ nos está quitando gente, se las está entregando a sicarios, a Azael Granados y a Leopoldo Soberanis y los están matando”.

Un varón dijo que “los marinos subieron a la sierra a hacer puras cosas fuera de orden, subieron con ropa de marinos pero con tenis y pelo largo, esos no son marinos, si va a ir el gobierno que suba, que haga su trabajo pero que nos respeten, llevaban gente infiltrada, ellos tomaron a unos niños y los empezaron a golpear, queremos respeto, que nos escuchen, por eso estamos aquí, dando miles de molestias a toda esta gente”.

Ayer, pese a la intensa lluvia que cayó en la región, unas 800 personas, entre hombres, mujeres, niños y adultos mayores armados con garrotes permanecían en guardia en los siete retenes que colocaron sobre la carretera federal desde el tramo Los Laureles en Tecpan de Galeana hasta dos kilómetros más delante de la comunidad Coyuquilla Norte, en Petatlán.

En todos los retenes, apoyados por médicos entre ellos uno de la Secretaría de Salud al que llamaban para que acudiera a diagnosticar, únicamente permitían el paso de vehículos con casos excepcionales como personas que requirieran atención médica urgente. El resto, pasajeros de los autobuses que quedaron atorados en los retenes del bloqueo tuvieron que caminar más de seis kilómetros para poder tomar otro transporte y llegar a su destino.

En ese tramo de la carretera se observaron a cientos de adultos y niños caminando en ambos sentidos, cargados con maletas y aunque completamente empapados, intentaban protegerse de la intensa lluvia con paraguas y bolsas de plástico mientras andaban. Algunos lo hicieron después de haber pasado la noche en el interior de los autobuses en los que viajaban y con el transcurso de las horas se convencieron que de no caminar permanecerían ahí varados pues no tenían la certeza de cuándo se fuera a liberar la carretera.

Otros cientos más que iban en vehículos particulares, carros de empresas y autobuses, esperaban en el interior de los mismos o en los negocios de Coyuquilla Norte y de Santa Rosa en donde compraban alimentos y líquidos; la fila de carros abarcaba más de los seis kilómetros del tramo bloqueado.

Una de las manifestantes mencionó que a diferencia de los grupos de autodefensa de Rancho Alegre del Llano y San Luis la Loma, “nosotros no estamos armados, sólo traemos palos, estamos de manera pacífica, ninguno de nosotros porta armas, no estamos de forma agresiva, lo que queremos es que venga el gobernador, que escuche nuestras quejas y nos dé soluciones”.

Don Herminio Guillén Maciel, un adulto mayor de la comunidad de El Porvenir, municipio de Tecpan, dijo que la semana pasada, los marinos entraron a su casa, “me traquearon mi casa como si yo fuera un criminal, un delincuente, yo soy una persona pobre, yo le pido al gobierno que ponga gobierno que respete a las personas”.

Una mujer se quejó de que mientras hay habitantes que quieren vivir en paz, el gobierno del estado permite grupos de autodefensa que comenten abusos. Dijo que se vieron en la necesidad de bloquear la carretera porque no pueden pasar el tramo de Papanoa a Acapulco porque temen ser víctimas de quienes ahora participan en el grupo de autodefensa de Rancho Alegre del Llano, “no podemos ir para aquél lado a hacer nuestras peticiones, así menos nos van a atender”.

En el retén de Santa Rosa de Lima, una mujer que cargaba en brazos a una menor se acercó a quienes bloqueaban para comentarles que ella, su padre y su hija viajaban en un autobús y que estaban detenidos desde el jueves por la mañana; les platicó que tanto ella como su padre son diabéticos y que el señor es discapacitado pues por su enfermedad le cortaron un pie y que su hija tenía horas con diarrea.

Con lágrimas en los ojos les dijo que le permitieran el paso al autobús pues durante todas esas horas había batallado con su padre y su hija para conseguir un lugar en donde hicieran sus necesidades fisiológicas; los señores que bloqueaban le dijeron que la situación era momentánea y que si quería, podían irse caminando, a lo que la mujer les insistió en que tanto ellos sí tenían ambos pies, su padre no y cómo iban a pasar caminando los retenes pues ni siquiera traían una silla de ruedas.

Enseguida, le dijeron que buscarían la manera de ayudarla, por lo que se en una camioneta se dirigieron al autobús en el que viajaba la afectada y junto con otros pasajeros, los ayudaron a salir de los retenes.

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