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Relanza Peña en Apango programa contra el hambre; llegará este año a 80 municipios, ofrece

*En este sitio donde la Cruzada Nacional arrancó en abril, y pasadas las elecciones que obligaron a frenarla, el Presidente reitera su compromiso de revertir los índices de pobreza y marginación en la que están 52 millones de mexicanos

Érika Hernández Carrillo / Agencia Reforma

Apango

El presidente Enrique Peña Nieto afirmó que tras la elección del 7 de julio en 14 estados del país, que frenó las acciones de la Cruzada Nacional contra el Hambre, el gobierno federal deberá redoblar esfuerzos para cumplir la meta de atender 80 municipios de extrema pobreza este año, de los 400 originalmente incluidos.
Acompañado de su homólogo de Guatemala, Otto Pérez, el mandatario federal reactivó los trabajos del plan contra el hambre en este municipio considerado como piloto.
Por las críticas que recibió el gobierno federal de utilizar ese programa para atraer votos, fue suspendida su promoción, pero ya había arrancado en el estado, en abril, también en este municipio.
Para Guerrero la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) destinó 280 millones, para los 40 municipios en donde operará la Cruzada; de éstos, 60 millones fueron destinados a Acapulco.
En el acto realizado en esta población, el presidente Enrique Peña Nieto reiteró su compromiso de revertir los índices de pobreza y marginación, pues en datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval), en México hay 52 millones de pobres, y de éstos 7.4 millones padecen pobreza extrema y alimentaria, los cuales radican en los 400 municipios a los que va dirigido el programa.
Ante cientos de personas, que fueron transportadas en autobuses de diversas comunidades y lo esperaron por más de tres horas, el presidente argumentó que tras “señalamientos infundados” tuvieron que suspender actividades por el proceso electoral del pasado 7 de julio.
“(Esto) hizo que el gobierno frenara un poco el ritmo de trabajo que llevábamos en materia social ante señalamientos, aunque infundados, pero que no queríamos tampoco alentar o alimentar más la idea de que el trabajo social tenía vinculación con el trabajo electoral que estaban realizando los partidos políticos”, dijo.
Añadió que “para fortuna ha quedado atrás el proceso electoral. Ahora es una exigencia y un deber del gobierno de la República redoblar el paso para recuperar el ritmo que habíamos perdido y podamos realmente alcanzar la meta trazada para este año, que es llegar al menos a 80 de los 400 municipios que forman parte de la Cruzada”.
El plan contra el hambre arrancó el 19 de abril en Chiapas en medio de críticas por parte de la oposición, que exigía la salida de Rosario Robles de la Secretaría de Desarrollo Social por una presunta red de funcionarios que usaba programas sociales para favorecer al PRI en la elección pasada.
En aquel acto, Peña Nieto dio su respaldo a Robles, por lo que el PAN y PRD amenazaron con abandonar el Pacto por México, y ante eso el 7 de mayo se firmó un acuerdo en el que se establecía que serían suspendidos los programas sociales en esas entidades, además de que el mandatario federal canceló todos los actos públicos sobre ese plan.
Ayer, el Ejecutivo justificó que el gobierno bajó su ritmo de trabajo para cumplir lo acordado con los partidos políticos.
Acompañado por sus secretarios de Desarrollo Social, Gobernación, Educación, Salud, Desarrollo Territorial, Agricultura y Relaciones Exteriores, Peña Nieto tomó protesta a 240 brigadistas que promoverán la Cruzada y dio un resumen a los asistentes sobre los objetivos de ésta, como el de combatir la pobreza en 400 municipios.
Insistió en que para la efectividad del plan no basta con que las dependencias del gobierno federal trabajen de manera coordinada, sino que las autoridades estatales y municipales también participen.
En su intervención, la titular de Sedesol, Rosario Robles, manifestó que la estrategia corresponde a un nuevo enfoque en la política social basado en la participación ciudadana y con el que se busca romper con lógicas clientelares.
“Con esta estrategia se marca un antes y un después. Lo que estamos haciendo es para que se ejerzan los derechos, para construir ciudadanos, para romper con las lógicas clientelares y corporativas, porque no hay mejor vacuna para ello que el empoderamiento de los de abajo”, dijo. (Redacción)

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