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“Han dado despensas y pintado casas, pero para resolver la pobreza nada se ha hecho”

*Diez desmayados por la larga espera del presidente Peña Nieto

Jesús Guerrero / Agencia Reforma

Apango

Al menos diez asistentes al acto de relanzamiento de la Cruzada Nacional contra el Hambre encabezado por el presidente Enrique Peña Nieto sufrieron desmayos por insolación y por no probar alimentos.
Elementos de Protección Civil del estado informaron que dos mujeres salieron en camilla del evento, pero se recuperaron al poco tiempo.
Algunos asistentes salieron de sus comunidades en la Costa Chica desde la madrugada y esperaron desde las 8 de la mañana el inicio del acto.
“Nos trajeron desde Ometepec en un autobús y nos hicimos casi siete horas para llegar aquí”, comentó un integrante de un grupo de danza tradicional.
Las autoridades estatales informaron que el acto iniciaría a las 12, pero finalmente empezó poco después de las 13 horas.
El presidente llegó en helicóptero poco después de medio día y recorrió varias casas antes de dirigirse al acto.
En tanto, la indígena Rosalía Amateco, procedente de la comunidad de Atliaca, discutía con miembros del Estado Mayor Presidencial en un puesto de revisión, pues no la dejaban entrar a la Unidad Deportiva donde hablarían Peña Nieto y el gobernador Ángel Aguirre, entre otros.
“Estamos aquí desde las ocho de la mañana y ni siquiera nos han dado un taco”, reprochó.
Como ella, decenas de personas permanecían afuera con un gafete de la Cruzada colgado al pecho.
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, llegó en ese momento, custodiado por un grupo de hombres vestidos de guayabera blanca y pantalón beige.
Algunos reconocieron al funcionario federal y se acercaron para hacerle peticiones.
“Sí, con mucho gusto”, respondió, mientras se abría una de las vallas metálicas para dejarlo pasar.
Adentro, una carpa de casi cien metros de largo y 30 de ancho cubría la cancha de futbol de pasto sintético.
Se encontraban ahí adultos, jóvenes y alumnos de escuelas primarias, a pesar de estar de vacaciones.
“Venimos de la escuela primaria Francisco I Madero, de la comunidad de Huiziltepec, y los niños van a cantar en nahua”, explicó un profesor.
Pero no todos estaban contentos.
“Nos trajeron en un autobús que pagó la Sedesol con la promesa de que nos iban a autorizar proyectos productivos, pero no nos dieron nada”, reprochó una mujer que vive en una colonia popular de Chilpancingo.
Pasadas las 15 horas, la gente salió en tropel de las instalaciones deportivas para tomar su camión y trasladarse a sus lugares de origen.

Reclamos

Victórico Ríos Mundo, presidente del Consejo para el Autodesarrollo Sustentable del Alto Balsas, que aglutina a siete comunidades indígenas nahuas, acusó a la Sedesol de incumplir sus promesas.
“Habíamos acordado con el subsecretario federal de Desarrollo Social, Javier Guerrero García, que tendríamos una reunión donde se le expondría (al presidente) de manera crítica la situación real que vive el municipio de Mártir de Cuilapan, pero no me dejaron entrar al acto, pese a que tenía invitación oficial”, señaló.
Hasta ahora, indicó, la Cruzada sólo ha servido para construir baños ecológicos y cocinas y pintar viviendas.
“Pero los programas para proyectos productivos y obras de infraestructura, como la construcción de caminos, centros de salud, drenaje y escuelas, son sólo anuncios que hasta el momento no han aterrizado”, reclamó.
Eliseo Alonso Astudillo, integrante de una organización social del municipio, coincidió en que, a seis meses de que la titular de la Sedesol, Rosario Robles, arrancó aquí la Cruzada, la situación de las comunidades no ha cambiado.
“A lo mejor a la gente le han dado despensas, o bien le han pintado sus casas, pero para resolver el problema de la pobreza nada se ha hecho”, refirió.
Lejos del lugar donde Peña encabezaba el acto, el alcalde pe-rredista de Mártir de Cuila-pan, José Guadalupe Herrera, or-denó que se instalaran en una cancha de basquetbol mesas con ca-zuelas de peltre llenas de mole verde y tortillas envueltas en servilletas.
A la persona que pedía un plato de comida le decían que enseñara su gafete de invitación al acto.
“¿Quiere comer? Allá le dan”, señaló un policía municipal a una indígena que iba con dos hijos.
“Seguro el alcalde quiere ser candidato a diputado y por eso anda regalando comida”, criticó Clemencia Guevara, líder del Frente de Defensa Popular (FDP), quien el pasado lunes encabezó la toma de las instalaciones de la Unidad Deportiva para tratar de boicotear el acto de Peña.

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