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“No fuimos a la guerra sino a visitar a mi compadre”, dice sobreviviente de Atlixtac

*El padre de un joven asesinado señala que “los agarraron vivos, los reconocieron, ¿por qué los golpearon, los amarraron, los tiraron vivos a la barranca y les dispararon?”, pregunta

Carmen González Benicio

Xalpizahuac, Atlixtac

Claudio Florentino Aguilar, padre de José Florentino Cabrera, de 20 años, y compadre del comisario de Xalpizahuac, Pedro García Cabrera, de 44 años, ambos asesinados el lunes en las inmediaciones de la comunidad de Cuixilotepec de Atlixtac dijo que “no fuimos a la guerra fuimos a ver a mi compadre”, pidió justicia y comentó que la Policía Comunitaria de Tlatlauquitepec tenía detenidos por los cinco homicidios.
Él sobrevivió porque escapó del grupo que los atacó y que según se dice, fue porque los confundieron con comuneros de Huitzapula con los que San Juan Coapala tiene un conflicto agrario de antaño.
En la comunidad se percibe un ambiente tenso, la gente no habla, al preguntar por la comisaría responden con un no sé, para seguir su camino. Corre un viento frío. La lluvia cae sorpresivamente y luego se calma. Algunos niños salen a las calles.
La comisaría está vacía, a un lado el Centro de Salud a donde llegaron mujeres a dejar los resultados de sus exámenes gratuitos que les hicieron los militares en la comunidad de Tlatlauquitepec, llegó la viuda de José Florentino Cabrera con su hijo en brazos porque se hizo estudios de embarazo.
La casa de José Florentino se ubica fácilmente porque aún había personas que acompañaron a su familia en la velada y su sepulcro que fue a las 5 de la tarde del miércoles, se preguntó por alguien de la familia y llamaron a su padre, Claudio Florentino Aguilar porque él sabía más.
Se le informó el motivo de la visita y accedió  a la plática invitando a pasar a su casa, se entró en la habitación donde yacen las flores, velas y veladoras algunas sobre la mesa y otras en el suelo, como rastro del velorio de su hijo de 20 años, campesino, sin problemas y jugador de fútbol “su equipo vino a despedirlo”, recordó. En su mano llevaba una venda y su semblante era tranquilo.
Claudio Florentino Aguilar inició con la narración en primera persona por lo que se le preguntó si había estado en el lugar y respondió que sí, era la sexta persona que escapó y se desconocía su paradero, según informaron los coordinadores, promotores y comandantes de las CRAC-PC de Olinalá, Tixtla, Huamuxtitlán y Tlatlauquitepec, adscritos a la Casa de Justicia de El Paraíso de Ayutla.
Con voz triste recordó que un día antes el comisario municipal, Pedro García Cabrera, convocó a los principales del pueblo porque él ya fue comisario, para definir como es su costumbre en julio, designar en secreto al que fungirá como nuevo comisario el próximo año, por lo que estuvieron conviviendo.
Dijo que al otro día, el lunes, llegó el policía comunitario de Tlatlauquitepec, Martín Mora y dos personas más a explicarles cómo era el sistema comunitario y si les gustaría integrarse “escuchamos cómo ellos se habían organizado, luego me vine porque iba a salir a Coapala”, agregó.
Mencionó que su camioneta no arrancó y pasaron los de Tlatlauquitpec quienes se ofrecieron a hacerle el viaje pues sólo irían de entrada por salida, pues sólo iban a visitar a su compadre Vicente Baltazar, quien le entregaría la escritura de un terreno, y a la comitiva se agregó el comisario de Xalpizahuac, quien era su compadre  condicionándolo a que a su regreso lo acompañaría a una boda en el pueblo y su hijo. Eran seis tripulantes. “No sabíamos que ya no regresaríamos todos”, remarcó.
Recordó que llegaron a San Juan Bautista Coapala y se dirigieron a la casa de Vicente Baltazar, quien no estuvo, según le comentó su mamá y le dejó el recado de que pasara a verlo. Y recordó que su compadre fue detenido el 23 de junio por la Policía Comunitaria de Tlatlauquitepec, el día que el comisariado ejidal denunció su secuestro y se detuvo a 13 presuntos responsables y fue llevado a la Casa de Justicia de El Paraíso y que pidieron su liberación porque la gente reconoció que no era malo.
“Al salir de ahí, a la vuelta se oyeron balazos, pero no hicimos caso hasta que vimos que nos perseguían, nos disparaban, pensamos que era como un asalto, vimos gente armada a los lados, más adelante habían colocado troncos en la carretera, el chofer quiso pasarlos y le puso la camioneta, pasaron las delanteras y nos atoramos, gritamos que éramos paisanos, pero no se detenían, disparaban y no quedó de otra que correr, me aventé al monte para perderlos, nos agarraron a balazos, pude ver que alcanzaron a mi hijo, que ya había pasado la barranca, estaba del otro lado”, recordó.
Eso sucedió como a las 2 de la tarde y se mantuvo escondido hasta las 6 de la tarde, en ese tiempo escuchó varios disparos y salió cuando dejó de escuchar ruidos.
“Yo me siento mal porque no eran animales para matarlos de la forma en que lo hicieron, porque no intervino el comisario si es que había problemas, se debía hablar, porque el segundo comandante de Coapala, Juan Bautista Octaviano, estuvo ahí, por qué se los entregó a otros”, se preguntó.
Florentino Aguilar mencionó que los asesinatos se estaban investigando y que había detenidos por la Policía Comunitaria de Tlatlauquitepec, entre ellos el segundo comisario “yo no acuso a nadie, mi hijo ya no revive ni mi compadre tampoco, pero si voy a denunciar porque no estoy conforme con lo que hicieron, porque no había motivos, sólo ellos (quienes mataron) saben las razones”, recriminó.
Mencionó que ahora los de San Juan Coapala “dicen que nos confundieron, que lo hicieron porque les habían dicho que los de Huitzapula, con quien mantienen un conflicto agrario, estaban invadiendo los terrenos y por eso dispararon, pero los agarraron vivos, porqué no preguntaron, los reconocieron, somos paisanos, pertenecemos al mismo núcleo agrario, por qué los golpearon, los amarraron, los tiraron vivos a la barranca y ahí les dispararon matándolos en ese mismo rato”, enfatizó.
Remarcó que “si por consfusión los hubieran matado corriendo, pero no, los agarraron, los vieron a la cara” e interpretó “a lo mejor ahí se cobraron con mi hijo, quien fue yerno del comisariado de Bienes Comunales de San Juan Coapala, Agustín Arvizo, asesinado hace dos años por la misma gente de la comunidad porque aceptó acabar con el conflicto agrario”.
Reconoció que la gente de San Juan Coapala son traviesos y que han tenido incidentes, han balaceado y que poco comparten su forma de pensar y por eso nos los quieren y ahora “han hecho desmadre con nuestra gente”.
Pidió a las autoridades de los pueblos que solucionen los problemas, que pongan atención y no provoquen más y que Xalpizahuac no participa del conflicto agrario que mantienen con Huitzalpula “a lo mejor están dolidos”, dijo.
Comentó que las investigaciones las hace la Policía Comunitaria de Tlatlauquitepec porque nadie de la Agencia del Ministerio Público de Chilapa ha subido, y que el día de los homicidios le avisaron al síndico municipal de Atlixtac y no llegó porque es de Huitzapula.
“Me duele, no fuimos a la guerra fuimos a ver a mi compadre”, pidió que se investigue y se castigue a los que hicieron eso porque no  le gusta que las personas paguen por algo que no hicieron, que los agarren con hechos y que su compadre, el comisario, Pedro García Cabrera iba a cada rato a las reuniones a Coapala “no debían nada, al igual que mi hijo, que levanté de la barranca”, concluyó.

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