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Carlos Pérez Aguirre

Entre la corrupción y los corruptos

 

 

“El gobierno de Ángel Aguirre no es corrupto, es muy corrupto…”, esta frase fue acuñada por el ex gobernador Zeferino Torreblanca en conferencia realizada en la ciudad de Chilpancingo y reseñada con profesionalismo por el compañero reportero de este diario, Jesús Saavedra.

Dice el dicho “peléense las comadres y se sabrán las verdades y corruptelas”. Solo así se conoce ahora de varias y variadas irregularidades del gobierno del nepotismo, como el de un edificio ubicado –según se dijo– atrás de Casa Guerrero que es rentado por el gobierno y que es propiedad del hermano del gobernante actual; que familiares del gobernante viajan en vehículos oficiales blindados y con ostentosas y caras escoltas; de que el déficit de mil 500 millones en el sector educativo nace de prestaciones y diez mil plazas otorgadas irregularmente y sin techo financiero en el gobierno interino; que Ángel dejo casi en la quiebra al gobierno con solo 42 millones al término de su interinato; que se pagan con cargo al erario millonarios recursos para callar la realidad que dejó la represión contra los estudiantes de Ayotzinapa el 12 de diciembre.

Todo eso como un pequeña muestra en un mar de irregularidades y muchas cosas más que son vox-populi pero que ahora fueron ratificadas por Zeferino que mostró documentos y fotografías.

No se hizo esperar del lado contrario la respuesta que acusa al club de amigos de Zeferino con haberse enriquecido de manera insultante y escandalosa al grado de estar realizando inversiones inmobiliarias en Estados Unidos. En el centro de esta discusión, esta la ciudadanía contenta por que ahora sí se esta cumpliendo con la ley de trasparencia y acceso a la información, aunque las anomalías salen a la luz no por decisión de esas instituciones, sino por canales mas sutiles y tal vez mas eficientes, las declaraciones encolerizadas de ex gobernantes y voceros gubernamentales.

Pero esta ciudadanía hoy también exige castigo a los responsables, por que un gobierno no puede caer en la ineficiencia máxima y en el beneficio del erario para un grupo de amigos, que fue lo que sucedió con el zeferinato, pero mucho menos en un gobierno que se basa en la demagogia extrema y en el beneficio irracional y abusivo para con las dos familias gobernantes, las que acaparan puestos públicos y puestos políticos al amparo del poder.

Ni la una ni la otra son vías para la entidad y sí habrá que retomar ahora lo dicho por el ex mandatario cuando señala que las mañas y prácticas corruptas del PRI siguen gobernando Guerrero; pero esas mismas prácticas él no sólo las dejo pasar, sino que además las prohijó, perdiendo la oportunidad de cambiar de una vez y para siempre el futuro de los guerrerenses. Pudo más su ambición y ahora se lamenta hipócritamente.

Pero lo más grave es que en estos dos gobiernos con disfraz de izquierda, se le han cerrado al ciudadano sus expectativas de cambio y sólo se le muestra un camino, el de la corrupción desmedida. Evidentemente hay otros caminos que transitan por la izquierda y también servidores públicos y líderes políticos honestos y comprometidos, pero por ahora sabemos que la democracia con que de alguna manera ya contamos nos da instrumento para demandar ¡castigo a los corruptos! Bienvenido el diferendo, juicio y castigo a aquellos que se enriquecen con recursos que son de los guerrerenses.

Titishando. Bien por la señora. Martha Obeso al realizar su inconformidad y protesta ante las formas inequitativas y antidemocráticas.

 

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