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Detiene la Marina a tres policías comunitarios de Olinalá; la CRAC responde con ocho retenciones

*Retiene al director de Seguridad municipal, Lorenzo Medardo Vázquez, a seis de sus agentes y al auxiliar del MP, Francisco Bello Pineda. Cercan militares, marinos y policías estatales la comunidad

Carmen González Benicio

Olinalá

La Policía Comunitaria (PC) de Olinalá integrada a la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) detuvo a seis policías municipales, al director municipal de Seguridad, Lorenzo Medardo Vázquez y al auxiliar del  Ministerio Público (MP), Francisco Bello Pineda porque la Marina aprehendió a tres comunitarios por portación de arma de uso exclusivo del Ejército.
La coordinadora de esta PC adscrita a la Casa de Justicia de El Paraíso en Ayutla, Nestora Salgado García, informó que sus compañeros fueron trasladados a la Procuraduría General de la República (PGR) y ellos son: Martín Acevedo Acevedo, Eulogio López Suárez y Carlos Sánchez Zepeda.
Exigió su libertad y la devolución de las armas que dijo son del pueblo, dos pistolas calibre 38 súper y una 9 milímetros.
Advirtió que de lo contrario, no liberarían a los policías municipales: Mauro Ponce Almazo, Guillermo Morales Gaspar, Eligio Palma Tomás, Isaí Lucero Lucero, Eugenio Lara Salgado y Jesús Navarrete Jiménez así como al director de Seguridad, Lorenzo Medardo y al auxiliar del  MP, Francisco Bello.
La Policía Comunitaria tenía en su poder la camioneta de Seguridad Pública, las armas de grueso calibre de los policías, sus chalecos, sus teléfonos y otras cosas que llevaban, entre lo que destaca que en la caja de la camioneta los uniformados traían una botella de brandy Azteca de Oro y cervezas de lata. El director de la corporación estaba alcoholizado cuando fue detenido, denunció la coordinadora.
De acuerdo al reporte de la Policía Comunitaria de Olinalá, los hechos iniciaron cerca de las 12 de la noche del domingo cuando patrullaban el centro del poblado, ahí se encontraron con efectivos del Ejército quienes les revisaron su armamento y encontraron las tres armas, dos calibre 38 súper y la 9 milímetros.
El militar responsable del grupo les dijo que esas armas eran prohibidas y que por esa noche “nos daban chance de llevarlas, pero al siguiente ya no”, las cosas quedaron en esos términos, pero minutos después los alcanzó otro grupo de la Marina cerca del hospital, rodeó la patrulla, bajó a los policías comunitarios y los detuvo,  “iba al frente el teniente Sierra (quien ya tiene antecedentes de intimidar a los integrantes de la PC), se fue directo a las armas y alegó que eran de uso exclusivo y portarlas es un delito, por lo que se los llevaron al Ministerio Público y en minutos los subieron a una camioneta para llevárselos a Chilpancingo”, contó Nestora Salgado.
Agregó que habló con el teniente, le explicó que minutos antes habían llegado a un acuerdo con los militares y le pidió que las cosas se solucionaran en el lugar, pero no le hicieron caso “al contrario, me amenazaron con llevarme y le pregunté que por qué y cómo no había nada, me dejaron”.
Relató que alrededor de la una de la mañana continuaron con sus recorridos  y detuvieron a un menor de edad que manejaba un auto a gran velocidad, lo acompañaban una niña de ocho años y un adulto alcoholizado, por lo que se lo llevaron a sus instalaciones y ahí se acercó el auxiliar del Ministerio Público a querer incidir y por eso lo detuvieron. Los del vehículo quedaron libres.
Minutos después se toparon con la patrulla en donde iba el director de Seguridad y los seis policías, los detuvieron y desarmaron porque el primero iba alcoholizado y al bajarse los agredió, entonces fue sometido.
Las exigencias
La Policía Comunitaria se mantuvo alerta el resto de la madrugada por los rumores de que un grupo de ciudadanos afines al presidente municipal, Eusebio González, intentaría liberar a los detenidos con apoyo de la Marina y el Ejército, por lo que se reunieron los simpatizantes de la CRAC.
Cerca de las 11 del día, Nestora Salgado informó a los asistentes lo ocurrido y recriminó que los militares y las autoridades municipales y estatales se dediquen a perseguirlos en lugar de atender los problemas y detener a los delincuentes. Ahí los ciudadanos reafirmaron que la PC debía continuar y no ceder ante los embates del Estado.
La comandanta hizo varias llamadas en las que pedía la libertad de sus compañeros o de lo contrario tomarían el Ayuntamiento o la carretera federal Tlapa-Chilapa, a la altura del crucero a de esta cabecera municipal “no son criminales y la detención es injusta porque había acuerdos”, repitió una y otra vez a sus interlocutores.
En ese momento se sumaron los policías de Tlatlauquitepec para apoyarlos, cuando antes también fueron detenidos por los militares en el Crucero a Olinalá y ahí los efectivos del Ejército prohibieron tomar fotos a la reportera. A las seis de la tarde aún no llegaban los policías comunitarios de Huamuxtitlán ni de San José Buena Vista, Alpoyeca,
Como a la una de la tarde, informaron que los tres detenidos fueron remitidos a la PGR en Chilpancingo en donde iniciarían a dar su declaración “están bien, no fueron golpeados”, dijo Nestora Salgado a los familiares.
A las dos de la tarde, los acuerdos eran que los liberarían, pero que no les entregarían las armas por lo que hubo desacuerdos “esas armas son del pueblo y las debemos de tener aquí al igual que los compañeros”, exigieron.
Para las tres de la tarde seguía la misma postura, liberación de las personas, pero sin armas “nos dicen que nos pagan las armas”, mencionó Salgado a lo que los asistentes se opusieron y dijeron que radicalizarían su postura, “no entregamos las armas, ni los chalecos ni a los policías y al director”, dijeron.
Entonces la coordinadora de la CRAC-PC de Olinalá subió con los retenidos para decirles que lamentaba que ningún funcionario municipal se había preocupado por ellos “nadie ha venido del Ayuntamiento a ver por ustedes”, les dijo.
Ahí le preguntó al director su versión y éste contestó que esperaría el tiempo que se tardaran los trámites.
A las cinco de la tarde los policías comunitarios y ciudadanos de Olinalá seguían a la espera de los acuerdos en Chilpancingo porque ninguna autoridad municipal se acercó al lugar y en un recorrido al Ayuntamiento dos policías dijeron a la reportera que no había nadie por el periodo vacacional del 14 al 28 de julio, aunque había personal y algunas oficinas abiertas en la parte superior.
Los militares pusieron un retén a la salida de Olinalá, cerca de la 5:00 de la tarde y otros vehículos se dispersaban por otros lugares. Se supo que la Marina se instaló en el punto llamado Las Ceibas. También llegaron tres patrullas de la Policía Estatal.

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