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Un balance de la alfabetización: cuentas alegres y el interés por el dinero terminaron con el sueño

*El error del gobernador fue colocar a políticos al frente de este proyecto, que requería de gran sensibilidad y mucha experiencia, asegura el coordinador de Yo sí Puedo, Bulmaro Muñiz. Los dos ex coordinadores generales, Sergio Tavira y Ricardo Castillo, aún tienen mucho que explicar sobre el fraude en que se convirtió la más noble política de gobierno, asegura

Lourdes Chávez

Chilpancingo

El sueño de acabar con el analfabetismo, que marcó el inicio de la gestión del gobernador Ángel Aguirre Rivero, comenzó a derrumbarse cuando los operadores políticos de la nueva administración se interesaron en la jugosa inversión inicial de 200 millones pesos, destinada a abatir un problema social tan sentido por la población.
A partir de una administración austera, la introducción de un método innovador y aceitando las viejas estructuras burocráticas, que por décadas han estado alfabetizando, los operadores hicieron cuentas alegres para colocar una bandera blanca de la UNESCO en el estado, pero el error del gobernador fue colocar a políticos al frente de esta empresa, que requería de gran sensibilidad y mucha experiencia en el trabajo.
El ex coordinador del método cubano Yo sí Puedo, Bulmaro Muñiz Olmedo, que denunció distintas irregularidades en el proceso, hizo un balance del proyecto truncado, y consideró que la secretaria de Educación, Silvia Romero Suárez, y los dos coordinadores generales de Guerreros por la Alfabetización, Sergio Tavira Román y Ricardo Castillo Díaz, aún tienen mucho que explicar sobre el fraude en que se convirtió la más noble política de gobierno.

Sobre el dinero

En su primer discurso como gobernador electo, el 1 de abril de 2011, Aguirre Rivero dijo que tenía 150 millones para la alfabetización, y tres días después anunció 50 millones más para abatir este rezago.
“Pero en un gobierno que la administración anterior dejó en banca rota –sólo en el sector educativo se hablaba de un desfalco de 600 millones de pesos–, el dinero fresco despertó el interés y la ambición”, afirmó Muñiz Olmedo, académico, político y activista de distintas luchas sociales desde hace más de 30 años.
De inicio, señaló que el entonces director del Instituto Estatal para la Educación de Jóvenes y Adultos (IEEJA), Genaro Meneses Reyes –también operador del ex secretario de Educación, José Luis González de la Vega–, comenzó a sorprender a la esposa del gobernador, Laura del Rocío Herrera, con eventos multitudinarios en Xochistlahuaca y Ometepec, para convencerla de que este organismo tenía la experiencia y estructura para encargarse de la tarea de alfabetización.
Sus intenciones fueron tan evidentes que el gobernador sacó una convocatoria amplia e integró en la tarea al IEEJA, a la Secretaría de Educación Guerrero (SEG) con la Cruzada Ignacio Manuel Altamirano (IMA), a la Iglesia católica que se anotó de pronto con el método Alfabetizar para Humanizar; y se firmó un convenio con la embajada de Cuba para importar el método Yo sí Puedo.
Muñiz Olmedo recordó que a muchos sorprendió la designación del perredista Sergio Tavira Román, como responsable de Guerreros por la Alfabetización, para armonizar todos los esfuerzos, porque era cercano a la secretaria de Educación, trabajaba en la dependencia y era partidario de la Cruzada IMA de la SEG.
Sin embargo, es facultad del gobernador hacer la designación, y dada su cercanía al grupo Nuevo Sol, donde participa Tavira Román, comprendieron que se trataba de una concesión política.
Pero desde su llegada al puesto, Tavira se dedicó a gastar el dinero –aún no se sabe cuánto–, y una de las cuestiones que molestó mucho al gobernador fue que envió a imprimir 5 mil conjuntos de materiales de apoyo para la Cruzada IMA, en una imprenta del ex diputado zeferinista Fernando Pineda Ménez, que luego operó por la desaparición de poderes en el estado tras el homicidio de dos estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, en diciembre de 2011.
Más tarde se supo que contrató a esta empresa por recomendación de Castillo Barrientos, quien desde la oficina de asesores del gobernador, también era parte de la dirección del programa Guerreros por la Alfabetización.
Además, afirmó que Sergio Tavira metió a nómina a su esposa, a su hijo, a su hija, a su nuera, “a sus cuates”, así como a Castillo Barrientos, y les asignaron los salarios y viáticos más altos posibles.
También obstruyó la operación del Yo sí Puedo. Se aseguró que fue su culpa la demora de la firma del acuerdo con Cuba, el retrasó en la llegada de los metodólogos cubanos, la compra de materiales a aquel país y además que violentó un convenio internacional.
Muñiz Olmedo precisó que en dos ocasiones recibió llamados de la Secretaría de Migración, por la estadía de extranjeros en la entidad, y después, de manera más específica, por cubanos trabajando en alfabetización; “Migración tiene claro cuándo deben entrar y salir los metodólogos, y ahí me doy cuenta de que Tavira compró permisos sólo por medio año y no para dos, como estipula el convenio con el gobierno cubano”.
Al equipo de Yo sí puedo en Guerrero no les pagó las quincenas de noviembre y diciembre de 2011, las prestaciones de fin de año, ni los gastos de operación. Lo que les adeudan a la fecha.
Pero aclaró que hasta mayo de 2012 se integró un equipo formal con 28 integrantes, pues antes el Yo sí Puedo sólo tenían tres personas a cargo, pero la nómina del método estuvo ocupada por amigos y familiares de los coordinadores.

Sin transparencia ni rendición de cuentas

Tras seis meses de operación, en enero de 2012, Silvia Romero aceptó que a Sergio Tavira le quedó grande el puesto, y aunque se realizaban auditorías a su gestión, se le invitaría a continuar laborando en la administración estatal.
Muñiz Olmedo reveló que por manejo inadecuado, en noviembre de 2011 el gobierno estatal congeló las cuentas de Guerreros por la Alfabetización, luego las liberó, “y hasta hora no han querido informar, pero ya hay resultados de auditorías del estado y la federación”.
Asimismo, dijo que en diciembre de 2011 el gobernador entregó 5 millones de pesos más e instruyó que se pagaran los adeudos a Yo sí Puedo, antes de concluir el año fiscal. “Esa fue la gota que derramó el vaso, que en enero el dinero ya estaba ejercido y Tavira no pagó, incumplió una determinación jerárquica”.
También habló de Ricardo Castillo Barrientos, quien en octubre de 2012 abandonó la coordinación de Guerreros por la Alfabetización porque el secretario de Administración y Finanzas, Jorge Salgado Leyva, le negaba el presupuesto; se habló de 15 millones sin comprobar, de abultar la nómina y de haber alterado decisiones de carácter administrativo, y que las auditorías (ocultas) confirmarían las irregularidades.
El siguiente tropiezo fue colocar a Castillo Barrientos como operador del programa, porque redujo el proceso de alfabetización a la administración del dinero, señaló Muñiz Olmedo, quien como coordinador estatal de Yo sí Puedo, fue crítico y se convirtió en el personaje incómodo para la estructura.
Señaló que como responsable del proceso, Ricardo Castillo llegó con un perfil bajo y la intención de recomponer las cosas, pero siguió asfixiando al equipo de Yo sí Puedo, que de abril a mayo de 2012 operó sin apoyo.
“Convertido en el coordinador incómodo, busca la manera de hacerme a un lado, pero no lo logra (de entrada) porque los resultados de Yo sí Puedo son viables y estaban próximos a llegar los 20 metodólogos cubanos”.
Indicó que al mismo tiempo hubo un reconocimiento de que la estrategia del equipo del gobierno no funcionó, que equivocaron el camino al colocar a personas sin perfil, y con poco compromiso con la política pública: “Los resultados eran muy menores a la expectativa gubernamental y se guardó silencio”.

El convenio con Cuba

En mayo de 2012, regresando de una gira por Costa Grande, Ricardo Castillo lo despidió porque los resultados del Yo sí Puedo eran “desastrosos”, y Muñiz Olmedo le recordó que no eran las formas y en todo caso, ni el coordinador operativo, Félix Moreno Peralta, ni Castillo Barrientos, debían continuar al frente. “Presentemos la renuncia, que se oxigene y rectifique todo”, afirmó Muñiz Olmedo que le dijo al encargado.
En su lugar quería poner a la coordinadora de los metodólogos cubanos, Ana María Machuat, a quien ya presentaban públicamente como responsable del Yo sí Puedo en lugar de Muñiz Olmedo; a pesar de que como extranjera está impedida para ocupar un cargo en el gobierno, porque es penado y violatorio de la soberanía nacional.
Aclarado el punto ante la secretaria de Educación, le dejaron de llamar coordinadora pero se encargó de esta función, y Muñiz consideró que Romero Suárez cometió un error de omisión al no involucrarse en su destitución, porque en los documentos firmados con la Embajada de Cuba, él era el responsable del convenio por parte del gobierno del estado.
Explicó que poco de su salida habló con Romero Suárez, ella le dijo que desconocía la decisión de separarlo de la estructura y convocó a Castillo Barrientos a un encuentro para abordar el problema, pero tuvo la impresión de que ya habían “pactado” su destitución, porque la funcionaria abandonó la mesa de trabajo.
“Lo único que pedí fue un finiquito justo para los 28 trabajadores, que a mí se me pagaran los gastos de operación –que adeudan a la fecha–, así como salarios y prestaciones pendientes, y que le dieran seguimiento al trabajo que se hizo con tanto esfuerzo”.
Dijo que dejó funcionando más de mil 200 círculos de alfabetización y programados otros 600, que no tuvieron seguimiento.

La última estrategia

Ahora, opinó que la coordinadora general de Guerrero Cumple, Mariana García Guillén, que administra los programas de apoyos sociales y el de alfabetización, “está cuidando que (el dinero) no se vaya a manos que nada tienen que ver”, pero existen muchas insuficiencias en la atención.
La utilización de los programas Oportunidades, DIF y Guerrero Cumple para llegar a las personas analfabetas, “a pesar de que se hace de buena fe”, pervirtió el proceso porque hay quien sólo asiste a los cursos para que les ofrezcan algún obsequio.
Insistió en que debe replantearse la estrategia, si no en éste en el siguiente gobierno, y poner a trabajar a toda la estructura burocrática. Mientras tanto, los ex responsables del programa tienen que explicar por qué se pervirtió, por qué lo dejaron en manos de personas que sólo llegaron a ejercer el dinero.

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