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Crean robots para la guerra; sólo esperan activarlos para que funcionen

Inder Bugarin / Agencia Reforma

Bruselas

Terminator, el robot con poder de decidir sobre la vida y la muerte de seres humanos ya es una realidad.
El desarrollo de esta nueva tecnología promete ser la siguiente gran revolución en al ámbito militar, algo similar a lo que ocurrió con la pólvora y las bombas nucleares en su época.
La primera versión de robots letales aún no cuenta con inteligencia artificial, pero sí con diversos grados de autonomía.
Éstos están diseñados para buscar, identificar y localizar blancos asignados en cualquier región, así como para responder, detectar, interceptar y aniquilar enemigos, desde individuos hasta cohetes.
Un ejemplo de la revolución robótica son los androides de vigilancia y seguridad Samsung Techwin, con capacidad de identificar objetivos mediante sensores de rayos infrarrojos.
Estas máquinas ya están activas en la frontera entre las Coreas, aunque todavía no ha tenido lugar la transición de control remoto al modo automático.
Christof Heyns, Relator Especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias, afirma que la tecnología ya existe y sólo requieren de su activación para entrar en operación.
Sin embargo, ningún país ha anunciado oficialmente su empleo en conflictos armados.
“Estamos ante una nueva fase de máquinas creadas para asesinar personas”, indicó Heyns a Reforma.
Aunque su desarrollo es secreto, Heyns asegura que Estados Unidos, Israel, Gran Bretaña y Corea del Sur cuentan con armas robóticas aéreas, terrestres y marinas.
Por su parte, China y Rusia están en proceso de obtenerlas.
La producción y desarrollo está en manos de empresas privadas como Northrop Grumman, la sexta casa armamentista más grande del mundo.
El sistema Harpy fue desarrollado por la Industria Aeroespacial Israelí y está diseñado para detectar, interceptar y destruir transmisores de radar bajo el código de “dispara y desentiéndete”.
Tiene un precio estimado de entre 1.5 y 9 millones de dólares, según los contratos de transferencias a India, Turquía y Alemania.
En el ámbito militar, el sistema ofrece ventajas como ampliar el campo de batalla, penetrar más fácilmente líneas enemigas y desarrollar una guerra asimétrica sin bajas humanas para el que lanza la ofensiva.
Sin embargo, su empleo representa una violación dentro del derecho internacional humanitario y los códigos de guerra.

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