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Diez años de lucha contra La Parota y los pueblos todavía están en peligro

*Entrevista con el representante de los comuneros opositores en Cacahuatepec José Venus Hernández. Se unió al movimiento cuando vio el desprecio y la represión a los dueños de la tierra, cuenta

Maribel Gutiérrez

Agua Caliente

(Primera parte)

Hace diez años, campesinos de las comunidades de Cacahuatepec y de los ejidos de Dos Arroyos y Los Huajes en el municipio de Acapulco, comenzaron a luchar contra los planes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) de expropiarles sus tierras para construir la presa La Parota.
El proyecto se había planteado años atrás, pero en 2003 la CFE y los gobiernos federal y estatal fueron insistentes. Hablan de una inversión de mil millones de dólares para utilizar el caudal del río Papagayo para generar energía eléctrica, de la inundación de más de 17 mil hectáreas y de la afectación a 24 poblados cuyos habitantes serían desplazados.
Si los planes de la CFE se hubieran cumplido tendría ya tres años funcionando la hidroeléctrica, porque estaba todo listo para comenzar la construcción en 2005 y que la planta funcionara en 2010.
Estaban ya los inversionistas que iban a participar en una licitación pública para hacer la presa, entre los que aparecía con frecuencia la constructora Ideal, propiedad del mexicano más rico del mundo, Carlos Slim.
Es 2013 y no se ha hecho la obra. Desde hace diez años, comuneros y ejidatarios se opusieron a que les quitaran sus tierras para hacer una presa porque dicen que ésta sólo va a beneficiar a las empresas que inviertan en ella, y que va perjudicar a los dueños de la tierra, a sus familias, y a todos los vecinos estén a favor o en contra.
Hace diez años acordaron rechazar los planes de la CFE, resistirse a que les quiten todo lo que tienen, incluida su historia, cultura y tradiciones, su actividad económica, las casas, el agua del río y las tierras.
Acordaron defender sus tierras el 28 de julio de 2003, y después le dieron a su organización el nombre de Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (Cecop).
El movimiento surgió con acciones directas para impedir los planes de la CFE: retención de funcionarios y bloqueo de caminos para impedir la entrada a la zona de conflicto, irrupción en asambleas montadas por las autoridades para dar anuencia a la expropiación de las tierras. Más tarde pusieron más atención en la defensa legal, con la participación del Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan. Pero las primeras acciones en defesa de sus tierras las hicieron arriesgando su vida, con su propio cuerpo contra las máquinas de la CFE, contra las armas de policías municipales que cortaron cartucho y apuntaban a la cabeza de los manifestantes y contra policías que les lanzaban piedras y gases tóxicos.
Cuatro de los opositores más visibles, dos voceros: Marco Antonio Suástegui Muñoz y Felipe Flores Hernández y dos representantes: José Venus Hernández Nicanor y Julián Blanco Cisneros, hablan en entrevistas sobre los diez años, en los que su principal actividad ha sido participar en el movimiento.
Expresan también su preocupación por la situación actual, en la que observan dos amenazas. Primero, hay información difundida por la CFE en medios nacionales según la cual tiene planes de hacer la licitación para la construcción de la presa el próximo año, para que comiencen las obras en 2015 y se construya en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
El segundo motivo de preocupación está relacionado con el surgimiento en Guerrero de movimientos de autodefensa contra la delincuencia organizada, que comenzó el año pasado en la región de la Cañada de Huamuxtitlán, en La Montaña, y siguió a comienzos de este año en la Costa Chica y ya se extendió a todas las regiones del estado.
El planteamiento es que líderes de la autodefensa, que están a favor de la presa, están promoviendo la formación de grupos de seguridad en Cacahuatepec, donde afirman que no hay delincuencia organizada y tienen un sistema de policías elegidos por los pueblos. Afirman que el propósito de esas autodefensas es golpear al Cecop para abrir camino libre a la CFE.

Agua Caliente, bastión del Cecop

José Venus Hernández Nicanor es comunero de Cacahuatepec, se dedica al trabajo en el campo donde siembra maíz, y tiene una tortillería y un molino en Agua Caliente, que se considera el bastión del Cecop y que es punto de referencia para las reuniones de los opositores.
La comunidad no está en el área que según el proyecto sería inundada, se localiza aguas abajo de la cortina de la presa, pero ha sido parte de la zona de conflicto porque la amenaza de expropiación es para toda la superficie de los Bienes Comunales de Cacahuatepec, de la que forma parte Agua Caliente con otros 13 poblados.
Aquí se han realizado las asambleas más importantes como la del 12 de agosto de 2007 en la que expertos invitados por el Cecop expusieron argumentos en contra de la presa y un director de la CFE, Eugenio Laris, habló de los beneficios y al final unos 3 mil asistentes votaron por el rechazo a la presa.
También estuvo aquí el subcomandante Marcos del EZLN, el 16 de abril de 2006, y ofreció el apoyo de las comunidades y del Ejército Zapatistas y advirtió al gobierno que sólo podría hacer la presa con una guerra en el sureste mexicano.
Agua Caliente tiene unas 300 casas y más de mil 600 habitantes, no tiene servicios públicos; a pesar de que ha sido un escaparate se ve al abandono de los gobiernos.
Cuando comenzó la lucha contra el proyecto de la CFE José Venus tenía 34 años, reconoce que al principio estuvo a favor de la presa porque pensaba que con ella llegaría dinero a la zona y su negocio se iría para arriba. Pronto se convenció de que la CFE sólo quiere quitarles las tierras a los dueños.

Francisco Hernández, de los primeros comuneros contra la presa

–¿Por qué te sumaste a la lucha?
–A raíz de que mi padre que también es comunero, Francisco Hernández Valeriano, en una ocasión estuvo en una asamblea en la cabecera de los Bienes Comunales de Cacahuatepec, había gente que iba de la CFE a promover el proyecto. Él ahí dijo: “no estoy de acuerdo en el proyecto porque si se hace la presa nos va atajar el agua y ya no voy a poder regar mis limones ni a sembrar maíz”, y los simpatizantes que ya había comprado la CFE gritaron: “saquen a ese pinche loco, está borracho”, entonces lo trataron como loco.
“Después vino gente de San José Cacahuatepec , de Arroyo Verde y Garrapatas, lo vinieron a ver, porque vieron que él era una pieza clave para defender las tierras.
“Entonces él empezó primero en la lucha, yo apoyaba con lo poquito que tenía. Mi papá me puso el ejemplo de que nosotros somos dueños de la tierra y tenemos que defenderla, y la gente me agarró confianza, me nombraron representante legal en la demanda de Cacahuatepec en la demanda de 3 mil comuneros contra el comisariado Crecencio Jerónimo Aparicio que hizo la primera asamblea para dar luz verde a la presa, somos tres representantes: José Facundo Hernández de Salsipuedes, Alfonso García Vázquez de Arroyo Verde  y yo”.
José Venus Hernández habla de uno de los hechos que marcan la represión al Cecop, cuando su papá, entonces de 63 años, fue encarcelado 10 días, acusado de privación de la libertad de un ingeniero de la CFE, y de robo de la camioneta en la que se dirigía a la zona de conflicto, que fueron retenidos por los opositores para impedir que siguieran las obras sin consultar a los dueños de la tierra. Por el mismo hecho estuvo encarcelado 10 días en 2004 el vocero Marco Antonio Suástegui.
“Otra razón por la que participo es por el trato que le dieron a mi papá, él nunca de los nuncas ha cometido algún delito, y a mi papá le fabricaron un delito, cuando el encargado de la CEF, el ingeniero Jaime Gutiérrez Tejada, dice que lo privaron de su libertad cuando se hizo una minuta con la comisaria municipal de Agua Caliente diciendo que a él no le hicieron nada mal, ni le dijeron grosería  ni lo maltrataron, pero ya después el gobierno le fabricó el delito de secuestro.
“Cuando lo fueron a aprehender fue la policía judicial al lugar donde estaba trabajando, en Capama, en el pozo Papagayo 1. Fue mi chavo de 12 años a dejarle las tortillas, y vio que llegaron los  policías empistolados cortando cartucho como si mi papá fuera delincuente  y lo agarraron del cuello y le pegaron la pistola para llevárselo”.
–¿Ese trato que le dieron a tu papá fue definitivo para que la gente tomara conciencia sobre los propósitos de la CFE?
–Sí, ese trato represivo fue para que los demás compañeros bajaran la guardia y dijeran, si están metiendo presos a los compañeros a nosotros también nos van a meter presos. Pero les salió contraproducente, porque  mucha gente en vez de bajar la guardia se sumó más a la lucha.
–Otro momento fue el 20 de junio de 2004, cuando unas 30 mujeres, encabezadas por doña Margarita Mendoza, que tenía 65 años, detuvieron con sus propios cuerpos un vehículo de la CFE, en Agua Caliente.
–Ese día pasó la maquinaria, era un carro grande con cocina integral, mi tía estaba trabajando en su cocina, y le dijeron que la CFE había pasado, y ella animó a las mujeres, les dijo: pónganse las pilas, vamos a atajar al carro de la CFE, el carro ya iba enfrente de la iglesia ya iba hacia La Parota. No pasó el carro gracias a la valentía de ella.
–¿Cómo ha cambiado tu vida por la participación en el movimiento?
–Mucho, porque ya el día que ocupamos para ir al corral, o a salirte a bañar al río lo dedicas a la lucha, porque si los compañeros no hubieran sacado esta idea de que domingo tras domingo se llevaran a cabo las asambleas, ya el gobierno nos hubiera chingado, porque el gobierno quiere que se apague esto para poder entrar, pero como siempre estamos haciendo ruido, aunque sea con 20 o 30 compañeros, que vienen  representando a cada comunidad, y ellos llevan el mensaje de cómo se está llevando la lucha. Si nos hubiéramos reunido cada dos meses en eso se mete la CFE, pero nos reunimos domingo tras domingo, sólo que sea Año Nuevo o Navidad se pasa la asamblea a otro día.
–¿Cómo te imaginas que va a ser tu vida si se hiciera la presa?
–No tendría a dónde ir, a dónde llevar a mis hijos, a mi esposa, a mi papá que está enfermo.
–¿Crees que si se hace La Parota te van a sacar de aquí, aunque tu comunidad y tus tierras no están en en el área que sería inundada?
–Sí, esos proyectos traen el  desplazamiento de todas las familias, de toda la gente que vive en los pueblos. Nosotros no queremos sumarnos a los números que tiene la Comisión Mundial de Represas, que son 80 millones de desplazados por ese tipo de proyectos.
–Pero se supone que la presa va estar aguas arriba del río, a ti no te van a sacar.
–El problema es que así nos dice el gobierno pero no es cierto. Cuando estaba de gobernador Zeferino Torreblanca, se lanzó la convocatoria para la expropiación de todos los bienes comunales de Cacahuateec, de todo, no solamente del área que va estar inundada. Ya después dijo, no estos indios no están dormidos, están  despiertos, voy a lanzar otra convocatoria que fue para la asamblea que hizo en La Concepción, donde dice que va agarrar mil 300 hectáreas donde va hacer la presa. Pero no, hay otras cosas que ya están determinadas, por ejemplo que nos quiten de aquí porque digan que es una zona de alto riesgo.
–Si los sacan a dónde se irían?
–No hay para dónde. Hace como siete años nos dijeron que nos iban a mandar para Xochistlahuaca en Costa Chica y para Tlacoachistlahuaca, de Ometepec hacia arriba, y ya nos mandaron a decir los compas de allá que nos van a correr  porque esas tierras son de ellos, tienen dueño, que nos enseñemos a defender lo nuestro porque allá no hay tierra para nosotros, que vamos a andar llorando.
–¿Después de 10 años la gente sigue participando en el movimiento?
–Algunos dejan de participar por falta de dinero, para ir a una reunión a cualquier pueblo fácil gastas los 100 pesos, todos esos movimientos los paga cada quién, por esa razón mucha gente se ha cansado, muchas veces se lleva lo del almuerzo y se quedan sin comer.
–¿Alguno de tus hijos piensa ser campesino?
–Nuestra raíz es ser campesino, no voy a dejar mi tierra por nada, nosotros somos de la tierra, de ahí dependemos y vamos a seguir trabajando la tierra.

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