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Graves protestas en Bulgaria ponen al país al borde del caos; exigen la renuncia del nuevo gobierno

DPA

Sofía

Diez semanas después de las elecciones parlamentarias en Bulgaria, la situación política es cada vez más difícil en el país más pobre de Europa, donde manifestantes piden desde hace 41 días la renuncia del nuevo gobierno dominado por los socialistas y la convocatoria a nuevos comicios.
En la noche del martes, cientos de manifestantes bloquearon el Parlamento cuando en el interior del edificio se encontraban más de cien personas, entre ellas tres ministros y decenas de diputados. Las graves protestas desembocaron en la cancelación de las sesiones parlamentarias.
Entretanto, en la noche de ayer, 4 mil personas se reunieron de nuevo para protestar, según datos oficiales. Los manifestantes gritaban “¡Mafia!” y “¡Renuncia!” y marcharon hacia el Parlamento, que tiene previsto sesionar de nuevo este  jueves.
Los socialistas, que gobiernan en alianza con el partido DPS, subrayaron que el gobierno, en el poder desde fines de mayo, no renunciará. “En la mayoría de los países europeos los gobiernos no caen por la presión de varios miles de personas, así caen en el mundo árabe”, indicó el vicejefe de los socialistas, Janaki Stoilov.
Las fuerzas policiales disolvieron en la noche del martes las protestas y el bloqueo al Parlamento, y liberaron a los políticos retenidos. Emisoras estatales informaron que durante los enfrentamientos resultaron heridas unas 20 personas, entre manifestantes y policías.
El presidente del país, Rosen Plevneliev, instó a los manifestantes a permanecer “pacíficos y civilizados”, y llamó a los partidos representados en el Parlamento a superar la crisis a través del diálogo. La confrontación podría poner en peligro la seguridad del país, advirtió.
La Comisión Europea se mostró preocupada. “La Comi-sión insta a todas las partes a demostrar la mesura necesaria”, dijo un portavoz en Bruselas.
Mientras, el movimiento de protesta pro europeo criticó al gobierno socialista por guiarse por los intereses de los ricos.
El primer ministro, Plamen Oresharski, no tomó posición sobre los disturbios, pero siempre ha declarado que una dimisión sería “un paso irresponsable.”

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