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Opositores a La Parota: diez años en busca de información para descubrir los engaños de la CFE

*El vocero del Cecop, Felipe Flores Hernández, cuenta cómo se planteó por primera vez la consigna “la tierra no se vende, no a La Parota” en una reunión de Garrapatas, San José y Arroyo Verde

Maribel Gutiérrez

Agua Caliente

(Segunda parte)

El vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota (Cecop) Felipe Flores Hernández, fue de los primeros organizadores del movimiento que este domingo cumple diez años. Desde el principio fue nombrado vocero, y en esa función ha descubierto que no son 3 mil afectados directos sino más de 30 mil, que la presa traería graves problemas ambientales, que la Comisión Federal de Electricidad (CFE) nunca ha dado información real de sus planes.
En entrevista, Felipe Flores, de 57 años de edad, obrero de la construcción radicado en Acapulco, originario de Garrapatas que es uno de los poblados que se inundarían si se hiciera la presa, habla de la primera vez que comuneros de tres anexos de los Bienes Comunales de Cacahuatepec se reunieron y determinaron su postura: “no a La Parota”, que el 28 de julio de 2003 fue la demanda del plantón que cientos de campesinos hicieron en el paraje El Fraile.
Ese plantón para impedir la entrada de la CFE a la zona de la presa es el origen del Cecop, que encabeza el movimiento social más importante de Guerrero en esta década, y desde ese día planteó: “la tierra no se venden, no a La Parota”, que ha sido la consigna única durante 10 años.
–¿Cómo entraste a participar en el movimiento contra la presa?
­–Yo al inicio fui de los que organizamos el movimiento, después me nombraron vocero del Consejo de Ejidos y Comunidades Opositoras a la Presa La Parota.
–¿Donde naciste?
–En Garrapatas, ahí nací y ahí crecí, y después tuve que emigrar por la situación económica, uno busca vivir mejor. Pero visito constantemente mi pueblo, allí están mis hermanos que son comuneros.
–¿Eres comunero?
–No estoy en el padrón. Si no estamos en el padrón no somos reconocidos por el gobierno como comuneros, pero lo que nos da el derecho son las comunidades, son las que reconocen que somos originarios de ahí, y lo que necesitamos es que nos reconozcan los pueblos, ellos nos dan el reconocimiento, la asamblea del Cecop me dio el nombramiento de vocero.
–¿Qué te motivó a participar si ya no vivías en Garrapatas?
–Primero porque yo había participado en una lucha que se dio en Las Cruces cuando se hizo el Maxitúnel de Acapulco, a muchos colonos los despojaron de sus tierras, les quitaron su patrimonio, su vivienda, y solamente los que tenían recursos para pagar un abogado recibieron una buena indemnización.
“Me vine a Garrapatas para preguntar qué pensaban de lo que se decía de La Parota, porque por el lado de Agua Caliente ya estaba entrando maquinaria.
“Por primera vez en nuestra historia organizamos a los pueblos, iniciamos en Garrapatas, Arroyo Verde y San José, preguntamos si estaban de acuerdo con la presa. La respuesta fue que no estaban de acuerdo en abandonar el territorio, que no estaban de acuerdo en que se hiciera la presa.
“Ahí se dijo que en otros lugares donde se habían hecho estos megaproyectos no había desarrollo, ya había cierta información de que el desarrollo no es para los pueblos, es para los inversionistas, a los pueblos lo único que les queda es el despojo de su territorio.
“La Comisión Federal de Electricidad solamente hablaba de cuatro pueblos que eran Pochotlaxco, Arroyo Verde, San José y Los Huajes, ésos eran los que la CFE decía que iban a desaparecer, que iban a quedar bajo el agua, la CFE nunca dio a conocer el tamaño de la presa que iba hacer ni cuántas poblaciones iban a ser afectadas, nunca dijo que después de la cortina de La Parota iban a hacer otra presa en Los Ilamos y otra en Parotillas, sabían que si lo decían la gente se iba a organizar y no iba a permitir los trabajos, por eso entraron como delincuentes, sin tomar a cuenta a nadie, sin consultar a nadie.
–Garrapatas es conocido porque en varias elecciones los ciudadanos decidieron no votar y no permitieron la instalación de las casillas.
–En esos tiempos no participaron porque estaban cansados de que los partidos se burlaran de la comunidad, incluso cuando fue alcalde Alberto López Rosas el ayuntamiento puso la tubería de agua potable sin tener ni siquiera un pozo, nada de agua, entonces eran burlas y decidieron no votar por ningún partido y no permitir que ahí hubiera elecciones. Creo que fue una lección ejemplar, fue histórico lo que hizo Garrapatas de no ejercer su voto, y ahí nosotros no tuvimos nada que ver, fue decisión de la comunidad.
–¿Porqué la gente no se quiere ir?
–La gente está acostumbrada al campo, la gente vive del campo. El gobierno dijo que las tierras son infértiles, y se ha demostrado que las tierras o fértiles y más en la zona de la margen o la ribera del río, en Garrapatas son de temporal pero la gente cosecha mucho, maíz, frijol, calabaza, jamaica. Se vive bien en el campo.
–¿Qué se imaginan que pueden hacer si les quitan sus tierras?
–Nos imaginamos que si sacaran a nuestras familias iban a andar causando lástima. Hemos ido a otros lugares donde se han hecho megaproyectos y hemos visto en lugar de desarrollo a miles de campesinos deambulando de un lado a otro, sin casas, sin tierra y sin dinero porque el gobierno les prometió pero no les cumplió. En todos los casos es la misma realidad, no hay desarrollo, solamente el desplazamiento de  miles de familias deambulando de un lado ara otro porque en las grandes urbes no hay espacio para la gente que  no tiene preparación. Pensábamos que si un día el gobierno impusiera el proyecto, aunque no lo vamos a permitir, vamos a seguir la lucha porque este megaproyecto no pase, que serían muchos campesinos desplazados.
–¿Cuántos?
­–La CFE tiene en su registro 3 mil ejidatarios y comuneros, sólo reconoce a los que tienen título pero no a los hijos, en nuestros Bienes Comunales en 2005 el Inegi hace un censo de las 47 comunidades, hay arriba de 42 mil habitantes, sólo en Bienes Comunales de Cacahuatepec, y aparte están los ejidos Los Huajes, La Palma y Dos Arroyos. Se hizo un cálculo que serían desplazadas 25 mil personas de los cinco municipios afectados: San Marcos, Tecoanapa, Tierra Colorada, Chilpancingo y Acapulco. Creo que en este año ya rebasamos los 30 mil que serían desplazados.
–¿Cómo fuiste recabando más información sobre la presa?
–Al inicio sólo se hablaba de la presa, de la cortina que estaba entre el cerro de la Yerbabuena y Los Mayos, hasta ahí se sabía, para abajo no se sabía, no contábamos con el proyecto.
Después del primer plantón el 28 de julio de 2003 el regidor José Luis Morales Torres nos facilitó esos materiales en un CD. Ahí  nos dimos cuenta cuántas comunidades serían afectadas, hicimos recorridos para alertar, pero hasta la fecha algunos no creen que los van a sacar o creen que les van a pagar bien sus tierras.
“Ahora se sabe que serían afectadas 43 comunidades entre los cinco municipios, que aparte de La Parota hay una presa reguladora en Los Ilamos, otra en Parotilla y otra en El Carrizo.
“El proyecto de La Parota es para generar energía, el gobierno dice que Acapulco va tener agua por 50 años, nosotros lo hemos desmentido porque en el proyecto no dice que viene a abastecer de agua a Acapulco, es una hidroeléctrica, muchos dicen que por culpa de nosotros Acapulco padece la sequía, y yo me he peleado con ellos porque no es por nosotros, es porque el gobierno municipal nunca ha dado mantenimiento a sus redes, los pozos mandan agua suficiente, los sistemas Papagayo uno y dos, pero el 60 por ciento se desperdicia en fugas. Al contrario, si se hace la presa Acapulco se va a quedar sin agua, porque si tomara agua del embalse tardaría mucho en hacer la red hidráulica y con la presa los pozos actuales  de la parte baja van a tener menos agua para Acapulco. Hemos desenmascarado al gobierno también en el problema del agua.
“El plan de la CFE es sólo la hidroeléctrica que va a generar energía sólo cuatro horas al día porque dicen que el caudal del río no es suficiente para que llene la presa al 100 por ciento, entonces iban a retener el agua 20 horas para echar andar las turbinas cuatro horas y cada 24 horas la misma operación. Sería un desastre, un daño ecológico grave por soltar agua contaminada cuatro horas al día, además entraría la salinización a la tierra, el equilibrio ecológico se perdería porque los ríos no están nada más porque sí, cada cuenca tiene una función, los ríos van al mar y cuando son apresados se rompe todo un sistema ecológico. Hemos ido a varios lugares a reuniones de afectados por las presas, para aprender”.
–¿A qué lugares has ido?
–Estuve dos veces en El Salvador, tres veces en Guatemala, una vez en Venezuela y en Brasil. En Brasil, en 2006, los afectados por las presas nos decían que cómo era posible que un puñito de campesinos frenó un megaproyecto, eso fue en 2006, decían que allá habían hecho marchas hasta de un millón y medio y no  habían logrado frenar ni una presa”.
–¿Cómo ha avanzado el Cecop, de los que serían afectados qué porcentaje crees que esté con ustedes?
–Creo que tenemos más del 65 por ciento de las personas a favor de nosotros porque mucha gente que estaba engañada ha abierto los ojos y se ha sumado a nuestro movimiento. Muchos han visto en la televisión los desastres en los lugares donde hay presas, como en China.
“No se ha visto el apoyo a la lucha, pero si se diera lo que se rumora, que la CFE quiere entrar a hacer reuniones a las comunidades, la gente está más consciente, sabe que ese proyecto no viene a beneficiar, viene a afectar nuestro entorno, nuestra vida, y la gente está peleando porque no quiere dejar de ser campesino, quiere morir donde nació y donde creció”.
–¿A quién afectaría si se hace la presa?
–A todos no nada más a los que van a ser desplazados, porque la afectación viene en el calentamiento global, en daños a la salud. Acabaría con especies endémicas, con plantas en peligro de extinción, rompería los ecosistemas. Eso vendría a causar este proyecto si lo hubiéramos dejado, hoy estamos más conscientes de que nunca lo vamos a permitir.

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