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Anuncia Danny Boyle en Guanajuato la segunda parte de la emblemática cinta Trainspotting

Oliver Zazueta / Agencia Reforma

Guanajuato

Es fanático del Manchester United y del criquet, gustoso del horror, interesado en las autopsias y tiene una cuenta pendiente con el musical…
Todo esto y más es el cineasta británico Danny Boyle, quien ayer se dejó conocer, apapachar y preguntar por los asistentes al Festival Internacional de Cine de Guanajuato (GIFF).
El certamen le dedicó ayer casi por completo el día al director de Trance, pues además recibió la Cruz de Plata como homenajeado internacional.
Boyle visitó el museo de Las Momias, así como el de Diego Rivera, charló sobre tópicos diversos en abarrotado Auditorio del Estado.
Además, atendió a los medios por más de una hora y estuvo en el Teatro Juárez al final del día para la entrega de la distinción.
Demostró su conocimiento del cine mexicano, de realizadores como Alfonso Cuarón y de Guillermo del Toro, y adelantó lo que planea hacer los años siguientes.
Acepta que Trainspotting es un filme que marcó a una generación, y Boyle, enemigo de las secuelas, aceptó involucrarse en una segunda parte, parcialmente inspirada en el libro Porno, de Irvine Welsh.
“Mucha gente en el mundo recuerda los nombres de los personajes de la película, no hay quién se acuerde del nombre del personaje de Brad Pitt en Guerra Mundial Z, pero la gente recuerda a Renton, Bergbie o Spud”, declaró.
Serán los mismos personajes de la cinta original –incluido Ewan McGregor–, quienes aparecen 10 años después.
La cinta, que está planeada para 2016, ocurrirá realmente hasta 20 años del estreno de la primera parte.
“No la hicimos a los 10 años por los actores realmente no se veían diferentes, se cuidan mucho, van al spa, usan cremas y esas cosas. Dan la impresión de que se la pasan bebiendo, pero no es así. Los acabo de ver a todos y ahora sí se ven diferentes. La energía de la película será sobre el tiempo, sobre preguntarse qué has hecho, lo que lamentas y qué harás en el futuro”, contó.
Mientras el mundo estaba embelesado con Star Wars, Boyle a los 14 años veía películas de adultos con sexo y violencia, filmes de Francis Ford Coppola; escuchaba, primero a Los Beatles, luego el punk, después el house y el brit pop.
El director ejerció la autocrítica, reconoció que en La Playa cometió muchos errores.
El principal fue relacionarse con un gran estudio (20th Century Fox) y llevarse un crew de ingleses a Tailandia, en lugar de trabajar con los nativos, cosa que rectificó para Quisiera ser millonario.
“Es una forma muy colonial de filmar, que no debe ser”, dijo.
Luego de confesar que la última escena de Trainspotting fue robada completamente de Memorias del subdesarrollo, de Tomás Gutiérrez Alea, su próximo filme está inspirado en los inicios de las cirugías médicas.

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