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Oribe Peralta, héroe y villano en la victoria de Santos 3-2 sobre Cruz Azul

Oribe Peralta fue sol y sombra en el triunfo de Santos 3-2 sobre Cruz Azul.
El estadio Corona fue el escenario de un partido cardiaco. Los Guerreros tuvieron una ventaja de tres goles, dos de ellos del Cepillo, antes de que el jugador fuera expulsado en una decisión al filo del reglamento y luego de la cual se produjo la reacción de La Máquina.
Los cementeros visitaron la lona, pero se quedaron a nada de levantarse de ella. Apenas al 2’, Oswaldo Alanís adelantó a los locales tras un tiro de esquina, en una jugada en la que Rodolfo Salinas rescató el balón con una chilena poco ortodoxa, pero efectiva.
El pasado fin de semana Pedro Caixinha la hizo de espía en el Estadio Azul. No era para menos luego de que tres de sus seis derrotas en la Liga fueran a manos de los celestes. Por eso colocó gente muy rápida en sus bandas, para tapar así los desbordes de Pablo Barrera y Joao Rojas.
En la media cancha, Juan Pablo Rodríguez fue el hombre talentoso que distribuyó el esférico con rapidez, mientras Salinas fue el guerrero que peleó cada balón, de hecho, de una jugada dividida de éste último surgió el rebote que le cayó a Peralta, quien con un toque suave venció a Jesús Corona al 26’.
El “Cepillo” hizo la losa más pesada con una excelente definición al 43’.
Los Santos gestaban un triunfo sencillo, pero el guión cambió dramáticamente.
El árbitro Erim Ramírez expulsó a Peralta al 59’ en una jugada dividida en la que el delantero pisó a Gerardo Flores. A Santos le llovió sobre mojado porque 10 minutos después el silbante marcó un penal de César Ibáñez sobre Gerardo Flores, mismo que anotó Christian Giménez en su primer partido ya como mexicano.
Santos jugó, como dicen, con el rosario en la mano. Entre salvadas en la línea de gol por parte de Ibáñez y Alanís, además de las atajadas de Oswaldo Sánchez, transcurrió la recta final del partido.
Al 78’, Joao Rojas hizo soñar a los cruzazulinos luego de marcar el segundo para su equipo con un sólido cabezazo.
La tensión local aumentó a tal grado que Caixinha amagó con enfrentarse al cruzazulino Jerónimo Amione y el árbitro Ramírez no dudó en expulsar al técnico, que por fin venció a La Máquina, hasta su cuarto partido, aunque ya no estuvo en la cancha para festejar. (Agencia Reforma /?Torreón).

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