Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

Subasta Pemex 26 mil toneladas de ductos tóxicos desechados

Casi 26 mil toneladas de ductos tóxicos desechados por Petróleos Mexicanos (Pemex) fueron subastados en abril pasado.
Se trata de 315 kilómetros de desecho ferroso mixto contaminado, que tiene que ser desenterrado por las empresas ganadoras de la subasta.
La paraestatal había fijado inicialmente un precio de 28.9 millones de pesos por las 25 mil 961 toneladas de desechos, es decir, un peso con 11 centavos por kilogramo del material.
Sin embargo, el material fue rematado en segunda almoneda por 17.4 millones de pesos, apenas 67 centavos por kilo.
Los ductos fuera de operación eran, básicamente, líneas de descarga para pozos petroleros.
Este material se ubica en los activos de producción Muspac-Macuspana, Bellota-Jujo y Samaria-Luna, en los alrededores de Ciudad Pemex y Comalcalco, en Tabasco, así como en Reforma, Chiapas.
Las empresas ganadoras tendrán que realizar inversiones sustanciales para recuperar los activos y hacer negocio con ellos.
Pemex no difundió al ganador o ganadores de las tres subastas en que dividió el proyecto, pero en una junta de aclaraciones celebrada en Villahermosa el 23 de abril, sólo dos de las seis empresas interesadas fueron consideradas como técnicamente calificadas: Proyectos Marlop 304 y Reciclados Veracruz.
Debido a lo complejo del proyecto de recuperación del material, Pemex estimó que será necesario un plazo de 480 días hábiles para que los contratistas terminen de retirar los desechos.
El plazo será a partir de la aprobación del Programa de Extracción y Retiro, y exigió la contratación de un seguro de 5 millones de pesos por posibles daños a sus instalaciones, y otro de 10 millones de pesos por daños ambientales y responsabilidad civil.
Los contratistas tienen que obtener anuencia de ejidatarios y, en su caso, pagarles los daños; además deben tramitar permisos de todos los niveles de Gobierno; desmontar el derecho de vía, construir o rehabilitar caminos de acceso y rampas.
Deben asegurarse que los ductos ya no tengan presión alguna, desmontar los que pasan por cuerpos de agua, excavar y seccionar las tuberías ya recuperadas, así como lavarlas, y hacerse cargo de ellas en caso de que califiquen como residuo peligroso.
Además, en caso de ubicar tramos de ductos imposibles de recuperar, es problema de la contratista sellar ambos extremos con tapones de placa de acero al carbón.
Cuando terminen las obras, se tendrán que tapar las zanjas y sembrar pasto, de acuerdo con la zona ganadera, o los árboles frutales que determine Pemex.
Este tipo de subasta es poco frecuente para la petrolera, que el año pasado vendió dos gasoductos en Querétaro y Tamaulipas todavía en condiciones de ser utilizados por empresas de ese sector, por los que obtuvo 232 millones de pesos. (Agencia Reforma / Ciudad de México).

468 ad