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Mostrarán la faceta de lectora de Remedios Varo en exposición a medio siglo de su muerte

Óscar Cid de León / Agencia Reforma

Ciudad de México

Remedios Varo fue también lo que leyó. Ouspenski, por ejemplo, o el esotérico Gurdjieff. Breton, Sartre, Hesse, Huxley o Freud.
Su biblioteca personal hablaba de la dimensión de su propio pensamiento.
De la pintora hispano-mexicana, que en octubre cumple 50 años de fallecida, el Museo de Arte Moderno (MAM) alista una exposición a partir de los autores que de alguna forma mimetizaron con su imaginario plástico más allá del surrealismo que signaría a su producción.
“El surrealismo ha sido tan sólo una de las perspectivas más revisitadas dentro de su obra, pero no se vincula exclusivamente a él”, asegura a Reforma Marisol Argüelles, curadora de la muestra que llevará por título Remedios Varo, La dimensión del pensamiento.
Y es que de eso se trata: desplegar su pensar.
A inaugurarse el 14 de agosto, la exposición dejará patente la lectora ávida que fue.
Para ello, Argüelles se internó en la biblioteca de la artista que aún resguarda Anna Alexandra Varsoviano de Gruen, guardiana de la memoria de quien falleciera en la Ciudad de México el 8 de octubre de 1963.
Anima a esta muestra precisamente su 50 aniversario luctuoso.
Se trata de sacar nuevamente de las bodegas del MAM la colección que en el año 2000 donaran al recinto los Gruen, un total de 39 piezas, en su mayoría óleos, ahora intercaladas con vitrinas que exhibirán algunos de los libros que Varo resguardó y cuyos contenidos dialogan con su plástica.
“La muestra relaciona su trabajo con el bagaje intelectual que venía de sus lecturas”, precisa Argüelles, quien además se desempeña dentro del MAM como subdirectora.
Cinco núcleos arroja la exposición.
El primero tiene que ver con las lecturas filosóficas de la artista, exhibiendo títulos de autores como Piotr Demiánovich Ouspenski y Jean-Paul Sartre.
“Sobre todo Ouspenski, fue un filósofo muy leído por Remedios”, cuenta la curadora.
“Ouspenski estuvo relacionado con el esoterismo, ligado al grupo de Gurdjieff, pero tiene sus antecedentes en la filosofía racional.
“Habla, por ejemplo, de la percepción del espacio y del tiempo, de la construcción espacial y de cómo la percibimos, del mundo que podemos ver y el que no”, explica Argüelles.
Junto a este autor, por ejemplo, se expone de Varo La llamada (1961), donde asoma un personaje que parece haber emergido de ese mundo paralelo que el ojo humano no es capaz de percibir.
Otro núcleo es el esotérico, encabezado, precisamente, por el armenio Georges Gurdjieff. En especial su libro El cuarto camino.
La trascendencia del ser de la que hablaba el autor, sostiene Argüelles, parece relacionarse con el óleo Las almas de los montes (1938), que se muestra en este capítulo.
Luego vienen las lecturas universales con escritores como el poeta romántico Novalis y el contemporáneo Herman Hesse, y las de los terrenos de la sicología, dominados por nombres como Carl Jung y, por supuesto, Sigmund Freud.
Dentro de este último núcleo no podía faltar la exhibición de una de sus obras más representativas: Mujer saliendo del sicoanalista (1960).
Cierran la muestra sus lecturas alrededor de la ciencia, incluso la ciencia ficción y la alquimia. Destacan aquí autores como Aldous Huxley y Ray Bradbury y óleos como Exploración de las fuentes del río Orinoco (1959) o Ciencia inútil o El alquimista (1955).
“Varo tuvo mucho interés en la alquimia y la ciencia. Fueron al final temas que de alguna manera, lo supongo, vivió en una misma línea”, expresa Argüelles.
La muestra Remedios Varo, La dimensión del pensamiento desglosa el universo de la artista.
“Es éste el mundo intelectual e interior a partir del cual trabajó”, señala la curadora: “Lo que busca la exposición es mostrar de dónde viene un personaje tan grande en términos intelectuales”.

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