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Anuncia Rousseff una inversión para transportes en Sao Paulo tras las protestas

EFE / DPA

Sao Paulo / Río de Janeiro

La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, anunció ayer inversiones por 8 mil millones de reales (unos 3 mil 500 millones de dólares) en la ciudad de Sao Paulo, principalmente para mejorar el transporte público, una de las principales reivindicaciones de las protestas que sacudieron a Brasil en junio.
La jefe de Estado anunció en una ceremonia pública en Sao Paulo que el gobierno federal invertirá 3 mil millones de reales (unos mil 315 millones de dólares) en la construcción de corredores y terminales para autobuses en la mayor ciudad del país.
Del total de las inversiones, mil 400 millones de reales (unos 615 millones de dólares) serán destinados a obras para prevenir inundaciones, 2 mil 200 millones de reales (unos 965 millones de dólares) a la recuperación de manantiales y los otros mil 400 millones de reales (unos 615 millones de dólares) a la construcción de 20 mil viviendas para familias pobres.
La mandataria aclaró que la mayor parte de la inversión será destinada a la movilidad urbana por ser una urgencia para la mayor ciudad del país, con 11 millones de habitantes y en la que el 55 % de la población utiliza el transporte público.
Las inversiones se producen poco más de un mes después del inicio de las protestas por mejores servicios públicos.
Asimismo, diez maniquíes cubiertos con velos blancos fueron colocados ayer sobre tapetes rojos en Copacabana, la playa más conocida de Río de Janeiro, en una original protesta para denunciar que casi 35 mil personas han desaparecido desde 2007 en esta ciudad brasileña y el estado homónimo.
Por otra parte, el festejado programa de pacificación de favelas de Río de Janeiro está ayer en jaque, después de que desapareciera un obrero de 43 años tras ser llevado a “prestar declaraciones” en la comisaría de la Unidad de Policía Pacificadora (UPP) de Rocinha, la barriada más grande de Brasil.
Así también, los funcionarios del ente estatal que administra los aeropuertos brasileños (Infraero) iniciaron ayer una huelga en demanda de mejores salarios que, según el sindicato, afecta a las 63 terminales existentes en el país.

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