Periódico con noticias de Acapulco y Guerrero

El ritmo del día es lento, no hay bullicio; poca gente en las playas al acercarse el fin del verano

Mariana Labastida

A ritmo lento se siente el tiempo en playa Icacos. Es jueves, la playa luce medio llena, poca gente dentro del agua, mientras niños juegan en la arena haciendo castillos.
A dos semanas de que terminen las vacaciones de verano e inicie el ciclo escolar 2013-2014, escasos turistas se observan disfrutando del sol, arena y mar de Acapulco.
El sol se siente sobre la piel, el calor y el cansancio de caminar sobre la arena se ve en los vendedores de collares, artesanías y ropa de playa que van ofreciendo sus productos sin convencer a los visitantes de que compren alguno.
En el mar, pocos turistas se ven en playa Icacos disfrutar de las olas, en la arena se ven algunos niños jugando, otros más, entre las olas, disfrutan de aventarse agua con las cubetas de plástico de colores que compraron para la playa.
El ritmo del día es lento, no hay bullicio y no todas la sombrillas colocadas cerca del mar están ocupadas, al fondo se escucha la canción de ritmo banda Tamarindo, que ambienta a los meseros que se encuentran relajados cubriéndose del sol tomando alguna bebida; en la playa pocas personas se ven bañándose en el mar, los comerciantes informales de diferentes productos ofrecen de todo a los visitantes.
Pero son las tres y media de la tarde y nadie ha rentado una moto acuática, los prestadores de servicios turísticos ofrecen los un paseos en banana, moto o en paracaídas.
A lo lejos se ve como el viento no ayuda a que el paracaídas continúe su vuelo y poco a poco se ve como va cayendo al agua mientras acercan al turista la lancha que lo jalaba para rescatarlo. También se acerca una embarcación de la Marina que iba pasando por el lugar para auxiliar a quien sin más cayó al mar debido a que la corriente de aire no ayuda a que se eleve. Minutos después se ve otro paracaídas a lo lejos, ese sí completa un vuelo exitoso.
También se ha animado una pareja a pasear en motoacuática, después de colocarse los chalecos se van hacía el medio de la bahía entre las las pocas embarcaciones estacionadas, y evitando las lanchas que se encuentran en su camino.
Faltan dos semanas para que acabe el periodo vacacional de verano y en Icacos a un día del penúltimo viernes de vacaciones el ritmo es lento; el cielo se ve azul, no hay nubes que impidan el paso de los rayos de el sol que se sienten en la piel y que los que turistas rehúyen detrás de las capas blancas de bloqueador solar que llevan en las extremidades y les cubre la cara.

468 ad