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Borda Roberto Ramírez Bravo un relato policiaco que fluctúa entre realidad y sueño

Óscar Ricardo Muñoz Cano

“La nada es una oscuridad tan grande que en ella no existe ni siquiera la oscuridad. Es la ausencia universal, lo que no tiene nombre ni sustancia. Desde el fondo de aquel vacío inconmensurable su mente iba y venía, subía y bajaba, pero no llegaba a ningún lado”.
Así inicia El nombre de la Luna, novela de Roberto Ramírez Bravo que fue presentada ayer en el Centro Cultural Acapulco.
En entrevista, el periodista Ramírez Bravo comentó que “es una historia hasta cierto punto con tintes policiacos, cuya anécdota es la de un hombre que en terapia sicológica anda buscando recuerdos perdidos; le brota uno donde, cuando iba en la secundaria y una muchacha que no conocía se suicida, y su novia en aquel entonces le decía; sabes que ella murió por tu culpa”.
A partir de ahí, agregó, de ese recuerdo de más de 20 años atrás, y luego de hacer su vida como cualquiera en la actualidad, el protagonista se da a la tarea de investigar quién era la muerta y si había una razón para que le hubieran dicho lo que le dijeron.
“Si bien vemos algo sobre la violencia y el narcotráfico, también vemos algo acerca de la juventud, la secundaria y esas cosas, y por cierto, se llama el nombre de la luna porque la muchacha en cuestión, la suicida, se llama Selene”.
La historia, que pretende bordar realidad y fantasía, nació a partir de la imagen en un sueño, reveló su autor; “en él había una muchacha que no conocía y esa imagen me llevó a la idea de plasmar algo por escrito y se fue armando sola la historia”.
Luego de diez meses de elaboración y tres años de revisiones, Ramírez Bravo opinó que todo lo que ha escrito tiene un punto de partida: de la realidad y hacia lo fantástico, “aunque en ésta es más la parte real”.
En su oportunidad, Iris García Cuevas comentó que la novela está escrita en clave policiaca sin llegar al cliché, pero que contiene la esencia, que es la muerte (un suicidio, un asesinato y un accidente), al tiempo que se teje entre dos tiempos: presente y pasado.
Asimismo, que en el caso del personaje principal, y quizás como en la vida misma, la identidad no tiene que ver con lo que se ha hecho, sino con lo que no se recuerda.
Por su parte, el director de Radio y Televisión de Guerrero, Misael Habana de los Santos, luego de afirmar que la portada de El nombre de la Luna es muy fea y que se pudo hacer un trabajo mejor, destacó el hecho de que la historia partiera de un sueño del autor y que la misma estuviera elaborada con una arquitectura muy fina, señalando que su autor “es un joven maduro, no tan mayor que sé que escribirá cosas mayores”.
Ambientada en el Acapulco actual y de los años 80, la novela El nombre de la Luna de Ramírez Bravo, fue presentada como parte de las actividades del programa Escritores en Verano, en una abarrotada Sala de Lectura Carlos Fuentes, del Centro Cultural Acapulco.
Roberto Ramírez Bravo es periodista y escritor oriundo de Ometepec. Ha colaborado en distintos medios locales y nacionales y ha publicado los libros El viaje, Sólo es real la niebla, Hace tanto tiempo que salimos de casa y Las pausas concretas.

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