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La explosión en la Torre de Pemex, por gas metano, concluye la PGR

*De acuerdo a una investigación del Instituto de Geología de la UNAM, el gas derivado de sedimentos y microorganismos, vapores de solventes y una chispa de origen eléctrico fueron la causa de la explosión

Benito Jiménez / Agencia Reforma

Ciudad de México

Gas metano derivado de sedimentos y microorganismos, vapores de solventes y una chispa de origen eléctrico fueron la causa de la explosión registrada el 31 de enero en el Edificio B-2 del complejo corporativo de Petróleos Mexicanos (Pemex), concluyó ayer Procuraduría General de la República (PGR).
Hasta ayer, las conclusiones de la explosión, que dejó 37 muertos, era información reservada por la Fiscalía que encabeza Jesús Murillo Karam.
El 8 de marzo, al comparecer a puerta cerrada ante los miembros de la Comisión Bicameral de Seguridad Nacional del Congreso de la Unión, el procurador refrendó la versión de que una acumulación de gas ocasionó el estallido.
En febrero, Emilio Lozoya, director de Pemex, y Alfredo Castillo, subprocurador de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo de la PGR, aseguraron que el siniestro no fue producto de un atentado.
Ayer, la PGR puntualizó en un comunicado que investigaciones solicitadas al Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) revelaron la presencia de metano acumulado a lo largo del tiempo en el área suroriente del sótano del inmueble.
Esos estudios, añadió, también arrojaron la presencia de vapores provenientes de materiales solventes utilizados para el mantenimiento del sótano que, junto con el metano, resultaron una mezcla explosiva.
Los peritos de la PGR encontraron en el sótano del inmueble elementos de origen eléctrico, como una extensión de cable de luz, una lámpara y una clavija de donde pudo originarse la chispa que motivó la explosión.
“Se especifica que la explosión fue de tipo difuso, que se inició con una chispa de origen eléctrico o mecánico, generando un flamazo de forma instantánea que consume en su totalidad la mezcla explosiva (de vapores y gas metano) presente en la zona de pilotes, aumentando la temperatura y presión, ocasionando quemaduras en los tres empleados que se encontraron en la zona de pilotes, para, por último, fracturar, romper y proyectar la loza de cimentación”, detalló la PGR.
Explicó que los estudios de la UNAM detectaron diversas capas de sedimento impregnado de hidrocarburos que se encontraban ahí, tal vez desde los años treintas.
“(Fueron) procedentes, ya sea por derrames de los depósitos de combustible de la Huasteca Petroleum Company, que hasta los años treinta estuvo situada en dicho predio, o del depósito de almacenamiento de hidrocarburos del Servicio Público del Distrito Federal, inmueble que también se localizó en esa ubicación”, refirió.
“Además del hidrocarburo se comprobó la presencia de materia orgánica en diferentes capas del subsuelo que contiene microorganismos (anaerobios) productores de metano”, abundó.
Para evitar esta acumulación de gas, en el comunicado se asegura que Pemex ha tomado las medidas necesarias instalando sistemas de ventilación.
En una respuesta de información de la paraestatal se indicó que la empresa inició el trámite de compra de 16 detectores portátiles y 11 fijos que se instalarán en los edificios de calderas de su centro administrativo, donde laboran más de 8 mil empleados.
Por lo pronto, para restablecer los servicios de telecomunicaciones, monitoreo de seguridad y sistemas de cómputo que fueron dañados en su Centro Administrativo, en el Edificio B2, Pemex requiere de 110 millones, según reportó a la Secretaría de Hacienda.

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