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Suspende la Asamblea de Túnez la actividad parlamentaria en medio de la crisis

EFE

Argel

El presidente de la Asamblea Nacional Constituyente de Túnez, Mustafa Ben Yafar, anunció ayer la suspensión de las actividades parlamentarias hasta que las fuerzas políticas del país se sienten a dialogar para salir de la actual crisis.
“Asumo mi responsabilidad como presidente de la Asamblea Nacional Constituyente. Suspendemos las actividades de la Asamblea hasta que empiece el diálogo” entre oposición y gobierno, dijo Ben Yafar en un breve discurso difundido por la televisión estatal.
Túnez está sumido en una crisis política desde el asesinato, el pasado 25 de julio, del diputado opositor Mohamed al Brahmi, de cuya muerte las formaciones de la oposición responsabilizan al gobierno dirigido por el partido islamista Al Nahda.
Ben Yafar, quien acusó tanto a la coalición gobernante a la que pertenece como a los partidos de la oposición de creer que están en posesión de la “verdad absoluta”, subrayó que los tunecinos desean superar la etapa de transición lo antes posible y no quieren ver más asesinatos ni atentados.
Simpatizantes de las fuerzas políticas de la oposición se manifiestan desde el 26 de julio pasado frente a la Asamblea para exigir la renuncia del Ejecutivo, la disolución del Parlamento y la formación de un gobierno de unidad nacional.
Por su parte, seguidores de Al Nahda mantienen una concentración de apoyo al Ejecutivo a pocos metros de los activistas de la oposición.
Según las palabras de Ben Yafar, la oposición y parte de la opinión pública tienen miedo de que la coalición gobernante y, en especial, el partido Al Nahda elaboren una legislación electoral a su medida para permanecer en el poder.
Por otro lado, indicó Ben Yafar, parte de la opinión pública y la troika gubernamental, sobre todo Al Nahda, temen que las actuales protestas conduzcan a una contrarrevolución y al regreso del régimen anterior.
El presidente de la Asamblea, quien aseguró que entiende a todas las partes y no culpa a ninguna, insistió en su discurso de apenas diez minutos en que había dado el tiempo suficiente a ambos bandos para que acercaran posiciones.

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