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Asisten mil 500 personas al homenaje en Bellas Artes al actor Pedro Armendáriz Jr.

Minerva Hernández / Agencia Reforma

Ciudad de México

Como si fuera un telón a punto de levantarse, una enorme tela negra colocada al fondo del vestíbulo sostenía el letrero que en sólo un par de datos resumía el motivo del homenaje: Pedro Armendáriz Jr. 1940-2011.
Pero para dejar constancia de que su existencia fue mucho más que lo que esas cuantas palabras decían, amigos, familiares, colegas y unos mil 500 fans se reunieron la tarde de ayer en el Palacio de Bellas Artes con el fin de brindarle un tributo al actor fallecido el 26 de diciembre.
“Toda la familia está muy agradecida. A él le hubiera gustado estar aquí. También gracias a la gente por su muestras de cariño, a sus amigos y compañeros de trabajo. Mi padre era un gran amigo, le gustaba dar consejos. Te conociera o no, siempre tenía una opinión para resolver tus problemas. Era un gran hijo, un gran hermano, un gran esposo y una gran pareja. Barco, necio, pero un gran esposo. También era un gran tío y un gran actor porque todo el día estaba en personaje. Dormía siendo actor. Nos dejó muchísimas películas, unas malas, otras peores y unas buenas. Nos dejó muchísimos recuerdos, miles de enseñanzas, nunca se podía quedar callado. El choro era lo suyo”, dijo su hijo Pedro.
Buenos recuerdos, un par de anécdotas y repetidos reconocimientos a su talento fueron las constantes en el homenaje en el que más que lágrimas imperaron sonrisas al recordarlo. Aunque la tristeza asaltó por breves momentos a más de uno, como al director Luis Estrada al leer su discurso, o a Carmen Armendáriz al escuchar a su sobrino Pedro asegurar que su padre fallecido siempre había cuidado de ella.
“Pedro fue y seguirá siendo una de las personas más importantes de mi vida. Fue amigo, maestro, consejero y casi, casi, un padre. Fue un hombre de cine, pocos sabían tanto como él. A todos nos deja un gran vacío”, dijo Estrada con la voz entrecortada en el podio colocado a un costado de la sencilla urna de madera que contenía las cenizas del actor.
El director de La Ley de Herodes, junto con el cineasta Felipe Cazals, con quien Armendáriz trabajó en Su Alteza Serenísima y Bandidos, fueron los encargados de dirigir unas palabras en memoria del actor en el evento organizado conjuntamente por Conaculta, INBA, ANDA, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas y el Imcine.
Fue la titular del Conaculta, Consuelo Sáizar, la primera en hablar y dar por iniciado el homenaje, a las 18 horas, con un aplauso en memoria del histrión.
Tras sus palabras, las de Estrada, las de Cazals y las del hijo de Pedro Armendáriz Jr., retumbó una porra, organizada por el descendiente del histrión, en el vestíbulo de Bellas Artes como un reconocimiento más a su carrera.
A partir de ese momento, las aproximadamente mil 500 personas que se había reunido en el lugar comenzaron a pasar frente a la urna mientras los más allegados se colocaban para montar guardias.
Fernando Cámara, Eugenio Caballero, Rafael Inclán, Alberto Estrella, Carlos Carrera, Julieta Egurrola, Álvaro Curiel, Héctor Bonilla, Ana Martin,  Roberto D’Amico, Juan Osorio y Cuauhtémoc Cárdenas Batel (presidente del comité técnico del fideicomiso del Teatro Mariano Matamoros en Michoacán) entre otros, fueron algunos de los que acudieron a despedir al actor que murió a finales de 2011 a consecuencia del cáncer.

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