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Isinbayeva agiganta su leyenda con un nuevo título mundial en Moscú

*La rusa logra su tercera medalla de oro en salto con pértiga en un campeonato mundial de atletismo. Se impuso en la final con un salto de 4.89 metros. La estadunidense Jennifer Suhr terminó en segundo lugar y la cubana Yarisley Silva fue tercero. Confirma su pausa para ser madre y deja abierta la posibilidad de regresar para competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016

DPA

Moscú

La rusa Yelena Isinbayeva, reina del salto con pértiga, agrandó ayer aún más su leyenda al conquistar el título en los Mundiales de atletismo de Moscú.
Isinbayeva sumó así su tercer título mundial a los dos oros olímpicos y 28 récords mundiales que posee justo antes de tomarse una pausa de la competición para ser madre.
“Quiero tomarme un tiempo. Tener un niño y luego intentar volver para los Juegos Olímpicos de Río 2016”, explicó la rusa, para quien “la cuenta es fácil”.
“Nueve meses para tener el bebé y nueve meses para amamantarlo”, dijo Isinbayeva, que habló y habló hasta la madrugada en las catacumbas del estadio Luzhniki.
La rusa de 31 años, que no ganaba un título desde hace cinco, se impuso con un salto de 4,89 metros, por encima de los 4,82 de la estadounidense Jennifer Suhr y de la cubana Yarisley Silva, plata y bronce respectivamente.
“Estoy feliz. Soy la reina de la pértiga. La corona es mía de nuevo”, dijo la atleta. “Quiero agradecérselo a los fans. Y también a mi entrenador. Es un genio. Él me ayudó a recuperar el título mundial. Esta es la victoria más preciada de mi carrera”.
Isinbayeva superó el listón más alto al primer intento y cuando vio que Silva no podría igualarla salió disparada a saludar a su entrenador Yevgeny Trofimov, en medio del delirio de un estadio Luzhniki que hoy volvió a mostrar varios claros en la tribuna.
La rusa decidió continuar saltando e intentó en tres ocasiones la hazaña de quebrar su récord mundial de 5,06 metros, pero no lo consiguió.
Los anteriores títulos mundiales de la rusa fueron en 2005 y 2007. Además, ganó dos medallas de oro olímpicas en 2004 y 2008 y batió a lo largo de su carrera nada menos que 28 récords mundiales.
Isinbayeva competirá aún en dos reuniones atléticas más en 2013 antes de dedicarse a la maternidad. “Los años próximos no me verán competir. Pero en 2016 o me verán de vuelta o escucharán mi anuncio de retiro”, dijo.
La rusa era junto al jamaicano Usain Bolt la principal cara de los Mundiales, pese a que su nivel de los últimos años no era el mismo.
En los Mundiales de 2011 finalizó sexta y en los Juegos de Londres 2012 debió conformarse con el bronce por detrás de Suhr y Silva.
Sin embargo, su sola presencia transformó unos Mundiales que parecían un mitin apagado en un verdadero campeonato.
Pese a que no llenaron las gradas, los fans rugieron más cuando la rusa simplemente entró en el estadio que en la final de los 100 metros ganada por Bolt.
Isinbayeva empezó el concurso con 4,65 metros, sólo ocho centímetros por debajo de su mejor marca de la temporada, 4,73, pero a 41 de distancia del récord mundial que estableció en 2009.
Pasó su primera altura al segundo intento, 4,75 al primero y 4,82 de nuevo al segundo. Cuando superó los 4,89 metros en su primer salto, la final quedó prácticamente definida.
El público pedía un final aún mejor para el cuento de hadas que les ofrecía su heroína, que mientras ponía el listón en los 5,07 metros, lo que hubiera sido un nuevo récord del mundo, tenía tiempo de lanzar besos a la cámara.
El ucraniano Sergey Bubka, recordman mundial entre los hombres, apareció en la zona VIP para no perderse el momento, pero los cinco metros hace tiempo que no están al alcance de la zarina. Pero no importó, pues Isinbayeva volvía a lo más alto del podio y lo celebró como más le gusta, con todo el estadio para ella.

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