10 agosto,2023 10:48 am

Artesana amuzga busca registrar su marca para vender sus huipiles dentro y fuera del país

 

Acapulco, Guerrero, 10 de agosto de 2023. La artesana amuzga Gilda Pantaleón Crecencio está en proceso de registrar su marca para poder exportar los huipiles que su mamá y que otras mujeres amuzgas tejen en la comunidad de Huehuetonoc, Tlacoachistlahuaca, en la Costa Chica de Guerrero.

La mujer de 36 años estará expendiendo los telares de cintura en el Parque de La Reina, en la exposición artesanal que culminará el próximo miércoles en el contexto del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.

Afirmó que, para ella, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda ha empoderado a las mujeres amuzgas, al portar los huipiles en sus actividades diarias, porque a ellas les ha permitido una mayor demanda de los telares. “Ella ha dado el valor de nuestro trabajo, y me siento orgullosa al verla portar el traje, aunque no me lo compre a mí”.

Contó que desde niña aprendió a tejer, y poco apoco con ayuda de su mamá Julia Crecencio mejoró su técnica. Su comunidad está ubicada a unos 40 minutos de la cabecera municipal, es de apenas dos mil habitantes, tiene luz, y telefonía celular, pero el servicio fácilmente se suspende por lluvia u otro motivo.

Estudió hasta el bachillerato, optó por no continuar con una carrera profesional, y dedicarse a la elaboración del telar de cintura, arte que ya corría por su sangre.

En el puesto que colocó en el Parque de La Reina, hay huipiles de dos y tres lienzos, blusas, servilletas, así como la enahua y el huipil que es lo que usan de manera habitual las mujeres amuzgas, además de carteras y bolsos.

Explicó que trata de dar precio justo a su trabajo a los interesados, que remunere el tiempo en tejer el huipil, que va de desde dos semanas y hasta dos años, según la dificultad y el tamaño de lo solicitado.

Una blusa sencilla que se elabora en un tiempo aproximado de dos semanas cuesta 700 pesos, un huipil largo, según el brocado, va de mil 500 hasta los 12 mil pesos. La mujer pidió a quienes acudan a comprar a no regatear los precios ya establecidos a las artesanas.

“Nuestro trabajo no está valorado porque nos ha tocado lugares donde nos regatean bastante y son problemas que enfrentamos en cada exposición”, e incluso –comentó–, es la gente de la misma Costa Chica la que no valora el trabajo que realizan.

Ese mismo comportamiento hizo que en algún tiempo tratara de convencer a su mamá de no comercializar los tejidos, pero cuando salió fuera de su municipio y estado, encontró a personas que sí valoran el trabajo que realizan, como en la Ciudad de México.

Confió que, con el registro de la marca, pronto pueda exportar los telares a otros países, y a otros estados de la república, a través de las redes sociales que se han popularizado, y aún más con la visibilidad que le da la gobernadora del estado al portar las prendas.

Gilda indicó que, en la comunidad, a algunas artesanas les han llegado pedidos muy específicos y con las fotografías del huipil que porta la gobernadora, para realizar un atuendo similar.

“Es un gran beneficio para nosotras las artesanas el hecho que alguien que es muy conocida esté portando nuestros huipiles, porque a través de su imagen muchas personas; en mi caso, tengo clientas que me piden trajes como el que usa la gobernadora y me mandan las fotos”.

La mujer amuzga comentó que el registro de la marca ha sido complejo para ella que puede leer y escribir, además de estar familiarizadas con las redes sociales, pero para otras mujeres no, y por esa razón comentó que una vez que tenga el registro, ayudará a sus paisanas a vender sus telares a través de su marca o encargarles a ellas los trabajos que le soliciten.

“Se nos dificulta, no es fácil, necesitas un contador para darte de alta en el SAT, es todo un proceso, pero por fortuna nos han tocado personas buenas que nos están ayudando”, expresó.

 

Texto: Jacob Morales Antonio