6 diciembre,2023 8:05 am

Asesina un hombre a su pareja frente a sus hijos y lleva a los menores a su suegra en San Marcos

 

La madre de la víctima exige justicia porque familiares del agresor le han planteado “llegar a un arreglo”, pero lo que quiere es que lo entreguen a las autoridades

 

Chilpancingo, Guerrero, 6 de diciembre de 2023.  Dorit Olivera Jiménez fue asesinada a balazos por su pareja, Nereo, frente a dos de sus tres hijos, los más pequeños, en su casa en la localidad de La Caridad, a media hora de la cabecera municipal de San Marcos, hace 15 días.

El feminicida llevó la misma noche del ataque al niño de 10 años y a la menor de uno con la señora Irma Jiménez Morales. “Ten, Irma, tu nieta, dices tú que la quieres mucho’, me dijo. ‘Sí, es mi adoración’, le respondí. Nunca pensé que había matado a mi hija”, contó.

En denuncia telefónica, la madre de la víctima exigió justicia, porque familiares del agresor le han planteado “llegar a un arreglo”. Aclaró que el único arreglo es que lo entreguen a las autoridades. 

Dijo que teme por la seguridad de sus nietos y la propia, porque también le dijeron que de seguir el procedimiento legal “no era un juego”, y en la región el comentario puede traducirse en una amenaza. 

Indicó que ya acabó la novena de rezos para Dorit, la bebé ya no llora por la ausencia de su mamá, y ella espera que el caso no quede impune.

Relató que el domingo 18 de noviembre, como a las 9 de la noche, Nereo le entregó a la niña y al niño, con quienes vivían en un rancho que tiene en La Caridad, “yo siempre los cuido cuando van a fiestas. Tocó el timbre porque yo estoy hasta acá adentro, luego se fue”.

A las 11 de la noche, Karla, la hija de Nereo, con su esposo y un hermano de su esposo llegaron a su casa, y los saludó sin abrir la puerta.

“Me dice Karla, ‘queremos hablar con usted, nos queremos meter’”. Adentro, le dijo que Dorit tuvo un accidente, no sabía de qué tipo, sólo que le avisaron que se encontraba con el doctor del pueblo.

Para evitar que alguien fuera al consultorio, Karla añadió que ellos “se iban a echar este cargo”. A través de una tercera persona, en ese mismo espacio, supo que su hija estaba muerta. 

No supo del tipo de accidente que presuntamente sufrió Dorit, ni del paradero de Nereo, que según el dicho de Karla se había ido a revisar una vaca, además de que estaba muy borracho, aunque doña Irma lo vio sobrio dos horas antes.

Indicó que a la 1 de la mañana recibió el cuerpo de su hija en una caja sellada con clavos, con la indicación de que no la abriera, y que la sepultara a las 4 de la tarde.

“No supe si la bañaron, ni nada”, así que con ayuda de sus familiares abrió el féretro con martillo. Al descubrir las heridas, llamaron al Servicio Médico Forense de Acapulco para que hicieran la necropsia, y confirmaron que recibió dos balazos.

La denuncia se presentó en la agencia del Ministerio Público de San Marcos, inicialmente como homicidio, y se trasladó a Acapulco, donde se reclasificó a feminicidio. 

Supo después que el niño de 10 años, con su hermana en brazos, vio el ataque, pero fue amedrentado por Nereo para que no le dijera nada a su abuela, porque estaba enferma y se podía morir.

“El señor la mató, le tiró balazo, tiró mucha sangre, todavía la trajo en el carro (hacia San Marcos), le decía, ‘no te vas a morir, yo te voy a curar’. Su mamá alcanzó a decirle a su hijo que cuidara a su hermana y no volvió a hablar más.

Doña Irma también denunció que un tío de Nereo, que vive fuera del estado y con quien tiene un parentesco político, la llamó por teléfono para preguntar si no quería llegar a un acuerdo con Karla, la hija del agresor: “no consuegro, jamás voy a arreglar eso, estoy enferma, pero nunca voy a arreglar lo de mi hija. Si quiere un arreglo que entregue a su papá a las autoridades”, le dijo.

Aclaró que el pueblo de La Caridad supo del feminicidio y seguramente su hija vivía amenazada, y tal vez piensa que “porque tiene dinero” podrá quedar impune.

“Imagínese me pasa algo y mi niña chiquita, pues yo la verdad no quiero que me la vayan a quitar”, si el agresor en libertad reclama algún derecho.

 

Texto: Lourdes Chávez