Los colchoneros exhibieron los valores clásicos inculcados por Diego Simeone, primando la cultura del esfuerzo por encima del riesgo y el talento. Jugaron con fuego en la segunda parte, pero la poca calidad del Mónaco le ahorró mayores sustos.
Texto: DPA / Foto: Twitter @Atleti
Principado de Mónaco, 18 de septiembre de 2018. El Atlético de Madrid debutó hoy martes en la nueva edición de la Liga de Campeones con un triunfo 2-1 en campo del Monaco tras remontar un tanto inicial adverso y dedicar toda la segunda parte a defenderse.
Todos los goles llegaron en la primera parte. Samuel Grandsir adelantó al Monaco y el Atlético volteó el marcador antes del descanso con los tantos de Diego Costa y José María Giménez, suficiente para certificar el primer triunfo rojiblanco.
En la jornada 1 de la fase de grupos de la Champions League, el Atlético exhibió los valores clásicos inculcados por su entrenador, Diego Simeone, primando la cultura del esfuerzo por encima del riesgo y el talento. Jugó con fuego en la segunda parte, pero la poca calidad del Mónaco le ahorró mayores sustos.
Y eso que el equipo madrileño arrancó el duelo con autoridad. Ángel Correa ocupó el puesto de Thomas Lemar y la pareja formada por Diego Costa y Antoine Griezmann fue un problema para la zaga local. Con empuje y decisión, los primeros minutos fueron del Atlético.
Sin embargo, no hubo consistencia y poco a poco el Monaco fue recuperando terreno. Así hasta que llegó el tanto local. Fue a los 18 minutos y llegó tras los errores de Saúl Ñíguez y Correa, muy blandos en su propia área. Lo aprovechó Grandsir para marcar desde cerca.
El gol despertó al Atlético. O más precisamente a su pareja de delanteros. A los 31 minutos, el equipo español inició una transición vertiginosa que incluyó un sensacional pase de Griezmann para que Costa marcara en el mano a mano.
El Atlético siguió mejorando y marcó un gol de esos que se consideran psicológicos. En el descuento de la primera parte hubo un saque de esquina y José María Giménez se elevó por encima de todos para marcar de cabeza.
La segunda parte del equipo de Simeone fue amarga, aunque le quedó la satisfacción del resultado. Ocurrió lo que ya se vio esta temporada: el rival lo dominó hasta el final ante la elección del repliegue. Esta vez sobrevivió, pero también por la candidez del rival.
El conjunto del principado aceptó la invitación de su rival y se fue en busca del partido. El Atlético se marchó de la segunda parte sin un sola ocasión ni un mínimo disparo peligroso. Fue una pésima segunda mitad de los rojiblancos.
Con muy poco, el Monaco consiguió acorralar al conjunto de Simeone en su área y el Atlético lo pasó especialmente mal en los últimos diez minutos. Sin llegadas muy claras ni remates, lo cierto es que los locales estuvieron cerca del empate. Al menos, por sensaciones.
Sin embargo, el Atlético recordó al de antaño: se llevó lo que fue a buscar, que no fue otra cosa que el resultado. El juego no le importó, pero le vino bien el triunfo después de las dudas surgidas en su arranque de temporada.
