Ciudad de México, 15 de marzo de 2024. Quien recorra la exposición Dan Flavin: Obras de la Colección Dia Art Foundation en el Museo de Arte Contemporáneo (Marco) de Monterrey tendrá que contemplar las obras con los ojos bien abiertos.
Las 24 piezas iluminadas del artista neoyorkino devienen en una experiencia visual para los espectadores por sus formas y, sobre todo, por sus colores.
Han pasado 27 años desde la muerte de este creador, pero su legado de usar luz fluorescente como material artístico permanece.
“Dan Flavin tiene esta preocupación de pensar en sus obras como obras de arte que son totalmente abiertas”, indicó en un recorrido Humberto Moro, curador de la selección de la muestra que abre el viernes.
“La experiencia del espectador está totalmente ligada a cómo se percibe y se completa la obra”.
La instalación Untitled (to You, Heiner, with Admiration and Affection), de 1973, ejemplificó esta cuestión sobre la experiencia del visitante explicada por Moro.
Cuanto más tiempo pase el espectador contemplando aquella retícula con luminarias en verde que divide una sala, percibirá como su luz cambia de cromática a blanco y gris.
La pieza monumental incluso dialoga con Puerto Rican Light (to Jeanie Blake) 2, una obra con tres tubos de luz, rojo, rosa y amarillo, que pinta la sala de rojo.
En esta convergencia está el momento cúspide de la exposición, a decir del también director adjunto de la Fundación Dia, pues se observa de manera más clara cómo el público abraza el color con las obras de Flavin.
“Cuando estemos en la sala verde (la de Untitled…) nuestros ojos se empezarán a adaptar, haciendo la luz cada vez más blanca, y luego volteen a ver esto (la sala de Puerto Rican Light…), y se verá rojo, rojo, rojo”, dijo Moro.
“Porque son colores complementarios que nuestros ojos y los bastones, que son los receptores del color, empiezan a compensar”.
Este juego óptico se repite en Parejas europeas (1966-1977), una serie de cuatro obras con efecto espejo según la posición en la que se coloque el espectador.
“Flavin determinó un sistema en el que usaba cuatro tamaños y nueve colores. Este universo limitado de color le brindó la posibilidad de combinar lámparas, formaciones de rectángulo, progresiones y variaciones”, menciona Moro.
“Él estaba todo el tiempo trazando esquemas para encontrar este tipo de variaciones y llevarlas hacia las piezas de luz”.
Un artista “situacional”
Exponente de la corriente minimalista en el arte contemporáneo, Flavin prefirió describirse como un artista “situacional”.
“Si pensamos en esta etiqueta, abre la posibilidad de entender la obra como objeto que se vive en el presente, en el lugar en el que está instalada. Y también abre la oportunidad de contemplar el espacio de una forma muy profunda”, explicó Moro.
El quehacer artístico de Flavin también remite a los medios tradicionales que usaba al inicio de su trayectoria, como la pintura, la escultura y el collage.
“Si tú piensas en la pintura tradicional, ahí estás aplicando un color en un espacio determinado, entonces, de la misma forma, la luz aplica un color en un espacio determinado”, añadió el curador.
Dan Flavin: Obras de la colección Dia Art Foundation es la primera exposición en el País dedicada al artista. La selección, en la planta alta del museo, abarca producciones de 1962 a 1974.
Texto y foto: Agencia Reforma
