Fernanda Carapia / Agencia Reforma
Guadalajara
Cada día, dos personas son diagnosticadas con Parkinson, considerada como la segunda enfermedad crónicodegenerativa más frecuente del país y va en aumento.
De acuerdo con el Boletín Nacional de Vigilancia Epidemiológica de la Secretaría de Salud (Ssa), en lo que va del año se han detectado 743 casos de este padecimiento, 37.33 por ciento más que en el mismo periodo, pero de 2021, cuando fueron 541.
El investigador y especialista en medicina interna, Samuel Serfati, señaló que los casos pueden duplicarse en los próximos años debido a la pirámide poblacional, ya que es considerada como una enfermedad de adulto mayor.
“Aproximadamente la tiene el 1 por ciento de las personas mayores de 60 años y a medida que aumenta la expectativa de vida, más gente lo va a tener”, destacó.
Las tres características principales de este padecimiento son: temblor, rigidez y dificultad para caminar, lo que provoca diversos niveles de incapacidad.
“Antes se veía que la gran mayoría eran personas mayores de 60 años, pero hoy en día hay un 15 por ciento que son de 45 a 55 años, es gente que está en edad productiva”.
Cuando aparece en personas más jóvenes, acotó Serfati, se debe más a un factor genético.
“De 5 al 10 por ciento es genético y el resto es de causas idiopáticas, o sea, no se sabe cuál es la causa, sin embargo, cuando se empiezan a hacer análisis, están implicados herbicidas, plaguicidas, golpes en la cabeza, se ha visto que hay una relación entre estos agentes y la aparición del Parkinson, pero no hay nada en concreto”.
Pese a los avances tecnológicos, no hay una cura para la enfermedad de Parkinson, ya que no es posible “revivir” las neuronas que producen dopamina, encargadas, entre otras cosas, del movimiento, y cuando mueren más del 60 por ciento, aparecen los síntomas clásicos del padecimiento.
Los pacientes son sometidos a un tratamiento médico de por vida para la ingesta, en pastillas, de esta “dopamina”, mejorando la calidad de vida de las personas, pero no los cura, recalcó.
Además, se trabajó en un suplemento alimenticio basado en la semilla y aceite de la granada, ricos en Omega 5, que, junto con la nanotecnología, logra llegar al cerebro para mejorar la producción de dopamina.
Ya se tienen testimonios de personas con Parkinson que, al tomar Granagard, han visto una disminución significativa en sus síntomas, permitiéndoles retomar actividades productivas.
